Las palabras de Shirley revelaban una actitud indiferente.

Parecía no tener expectativas para el futuro.

"Addy murió, y Cathy también murió porque estaba implicada. No puedo escapar de mi culpa. Además, ahora me veo así. Si no puedo expiar mis pecados en esta vida, es mejor dejar que esta enfermedad me atormente lentamente hasta la muerte. Simplemente pensaré en ello como un alivio".

Madeline quiso consolar a la pesimista Shirley, pero de repente oyó toser a Lillian.

Madeline se arrodilló frente a Lillian, nerviosa. "Lily, ¿te sientes mal?".

Lillian parpadeó con sus grandes ojos puros y cristalinos, sacudió ligeramente la cabeza y dijo una palabra: "Papi".

"¿Extrañas a Papi, Lily?", preguntó Madeline con una suave sonrisa.

Lillian asintió con seriedad y abrió ligeramente la boca. "Mami, Papi".

"Lily, deberías quedarte con ella y portarte bien. Vendré a recogerte dentro de unos días. Entonces, podrás ver a tu padre, a tu hermano y a tu hermanito".

Madeline la calmó suavemente.