Cuando escuchó lo que había dicho Madeline, Hannah asintió levemente, pero sus ojos estaban llenos de dudas y desdén. “Eveline, pareces tener mucha confianza”.

“Si no tienes esta confianza, los clientes no pagarían un alto precio para pedirme que les haga el perfume”.

“Ja”. Hannah se rio entre dientes, expresando su desafío. “Creo que no importa lo que sea, siempre que lo hagas en serio, mientras trabajes duro en ello, ¡serás recompensada! Puede que seas bueno en la elaboración de perfumes, pero la práctica hace al maestro”.

Madeline escuchó las palabras demasiadas confiadas de Hannah, pero no quiso refutar.

Ella ya sabía que Hannah era así.

Aparte de las veces en las que tenía un poco de miedo frente a Carter, era egocéntrica y bastante engreída.

Madeline no dijo nada. Simplemente permitió que Hannah se quedara con ella en el laboratorio.

Hannah, quien parecía muy concentrada en aprender, observaba a Madeline elaborar perfumes.

Durante este tiempo, Madeline fue al baño y se en