Madeline estaba muy tranquila cuando habló, pero el aura que exudaban sus ojos era anormalmente dominante.

Hannah se sorprendió un poco al ver la expresión fría en el rostro de Madeline. Hannah apretó los labios, pero no pronunció ni una sola palabra.

Desde su primera interacción con Madeline, había sentido que Madeline era una joven señora dulce y gentil de una familia rica. Madeline parecía tranquila y serena sin importar las circunstancias. Esa noche, sin embargo, Madeline era muy diferente.

Sus ojos y su temperamento parecían extraordinariamente severos.

Hannah tuvo que admitir que estaba asustada por esa aura.

“¿Sabes lo que acabas de decir delante del cliente?”, la cuestionó Madeline con frialdad.

Hannah, aturdida al escuchar eso, recordó rápidamente cómo se había presentado con ese cliente llamado señor Sutton.

Ella había dicho que era la persona especial de Jeremy.

A pesar de su inquietud, Hannah, todavía disgustada con la actitud de Madeline, se burló con arrog