“Shirley, ¿qué ocurre? ¿Te sientes mal?”.

“Je, je...”. Shirley se rio amargamente. “Castigo”.

Ella pronunció la palabra con gran esfuerzo.

Carter frunció el ceño.

“¿De qué tonterías estás hablando?”.

“La cuarta etapa del veneno está activa”. Shirley respiraba con dificultad; su discurso era difícil de entender.

Carter se quedó helado al instante. Aprovechó ese momento para observar detenidamente el rostro de Shirley y empezó a sentir pánico.

“¿Dónde está el reactivo antitoxinas? He ido a tu laboratorio y he visto que lo has terminado. ¿No te inyectaste con eso?”, preguntó Carter incoherentemente.

Shirley levantó sus ojos cansados y, a través de su visión borrosa, vio el rostro lleno de preocupación de Carter.

“Sí, está terminado. Y sí, lo he inyectado, pero no está dentro de mí”.

Shirley mostró una sonrisa de alivio mientras hablaba.

“Le he hecho mucho daño a los demás sin beneficiarme a mí misma. Esta es la primera vez que experimento ser una buena persona y resulta que se