Después de que Madeline hiciera esa pregunta, sintió que su corazón latía a un ritmo errático.

‘Esa es la sangre de un humano’.

‘¿Pero no se supone que la sangre humana es roja? ¿Por qué es de ese color?’.

Mientras seguía sumida en sus pensamientos, el médico forense respondió por teléfono: "El caso es que, según nuestra investigación, esta muestra de sangre parece haber sufrido alguna mutación. A través de la misma, también hemos encontrado algunas muestras desconocidas que requieren más investigaciones para saber de qué se trata".

"Pero no hay duda de que se trata de sangre humana", repitió el médico forense la última afirmación en tono seguro.

La mano de Madeline que sostenía el teléfono se puso rígida. Entonces dijo robóticamente una palabra: "Gracias".

Después de colgar la llamada, su mente siguió rebobinando las frases pronunciadas por el médico forense.

‘Es sangre humana’.

‘Es sangre humana con una mutación’.

Madeline estaba muy segura de que el pañuelo había estado ant