Karen escuchó de repente la voz de Jeremy. En el momento en que se giró para mirarlo, él pasó junto a ella a la velocidad de un rayo. Llegó junto a Lillian.

Lillian había tropezado y estaba a punto de caer en el gran suelo de mármol. Sin embargo, cayó en los brazos de Jeremy.

La niña se quedó boquiabierta. Todavía sorprendida, miró al hombre que la había atrapado.

Los ojos de Jeremy brillaban con calidez. Tenía el corazón roto. "¿Estás bien, Lillian?".

Preguntó, preocupado, mientras tocaba la cabeza de la niña.

Sentía un dolor insoportable al pensar en el momento en que ignoró a su retoño cuando había caído al suelo justo frente a él.

Lillian miró a Jeremy, pero de su boca no salieron palabras. No hubo ningún cambio en su expresión y se limitó a parpadear.

Jeremy sabía que esto se debía al incidente ocurrido anteriormente, que hizo que Lillian tuviera una mala impresión de él.

A los ojos de la niña, el guapo señor que tenía delante ya no era guapo. La impresión que ella tenía d