Capítulo 44

Violeta San Marino

No sabía si la tención que había en el aire, se podía cortar con una tijera o un cuchillo bien afilado. Aun así, lo que si sabía; era que estar así no podía resultar más incómodo ¿Por qué digo esto? ¡Fácil!

Ya habíamos pasado más o menos dos horas bailando y para poder descansar, le pedí a Ades que nos sentáramos o mis pies sufrirían un infarto en cualquier momento.

Al llegar al reservado, vimos que Apolo estaba completamente solo y no había ni un solo rastro de la rubia o sus cosas; más si nos fijamos que este estaba tomando demasiado. Al parecer, la rubia se había ido, sin embargo; para cuando quise preguntarle a Apolo por ella o por qué estaba tomando así. El ambiente se puso más tenso tras la llegada de Leslie y su acompañante; lo que hace que estemos justo en este momento incómodo.

Apolo no había mencionado ninguna palabra respecto a la rubia falsa, no obstante; a decir verdad, yo si me moría de ganas por saber qué pasó para que esta se fuera. Aunqu