—Ah ok —me reí—. Uh, oye, hablé con mi madre de lo que tengo y…

Le conté lo que ella me había dicho, él solo me prestó atención y estuvo de acuerdo, también dijo que no perdía nada con intentar, tuvo tanta curiosidad por saber dónde lo venden, pero no supe cómo responderle.

Nuestra cita de almuerzo virtual se pasó entre conversaciones agradables y risas, Aaron hacia preguntas para conocerme mejor y yo también se las hacía.

***

Blake y yo nos encontrábamos en un restaurante caro de Los Ángeles. Aaron me había escrito para hacer otra vídeo llamada para una cena, pero le dije que saldría a cenar con Blake, se incomodó y lo acepto.

Ahora íbamos por el postre y nuestra noche era silenciosa, ya que Blake no paraba en ver si teléfono, ¿para que vine? Ah sí, a gastar su dinero, pero hubiese preferido quedarme en una video llamada con Aaron.

—Bebé —me llama.

—¿Mmm? —le presto atención.

Estaba hundida en mis pensamientos, aquellos eran más entretenidos que la cena con mi esposo.

—Te tr