PDV de Dylan

Tras una fracción de segundo mirándolo atónita, bajé la cabeza en señal de sumisión. Gracias a Dios que era él y no el rey. Todos sabemos lo que pasó la última vez que le di un puñetazo.

“Lo siento, yo…”. Lewis se apresuró a interrumpirme, yo esperaba una bofetada, o un puñetazo pero ninguno llegó para mi sorpresa. En vez de eso, se rió de mí.

“En cuanto a puñetazos, la verdad es que tienes un buen gancho de derecha”. Miró mi expresión de sorpresa y suspiró. “Sé por lo que estás pasando, un puñetazo en la cara no es nada, además es bastante agradable saber que sigues luchando”. La sorpresa no se acercaba a lo que yo sentía. No iba a castigarme por mi violencia y eso en sí era un shock para mi frágil sistema. “¿Procedemos?”. Me hizo un gesto para que saliera por las puertas y lo obedecí, con los tacones que me había obligado a llevar golpeando el suelo mientras avanzaba, lo que me dolía más en los pies debido a no haber usado zapatos durante meses.

“Sabes, el castillo