Mi boca se abrió ante la sincera confesión del beta de la realeza. Sus palabras tocaron una fibra sensible en mí que siempre vivirá en mi mente. Cada palabra que había dicho tenía un significado, y en realidad estaba bastante agradecida de que reconociera su arrogancia cuando se trataba de ciertos temas.

Suspiré, ya que suponía que mi trato silencioso no nos haría ningún bien. Después de todo, estábamos atrapados el uno con el otro durante las próximas semanas, y por lo tanto, sin decir palabra, extendí mi mano e hice un gesto de ‘ven aquí’ con mis dedos.

"Dame la bolsa... No voy a hacer que lleves todo", dije en voz baja ignorando todo lo que él había dicho, pero finalmente reconociendo que estaba allí conmigo.

"No tengo problema con llevar tu bolsa, solo quiero que sepas que entiendo tu desprecio por mí, pero espero que con el tiempo puedas comenzar a verme como un aliado. Te apoyaré lo mejor que pueda y estaré contigo durante tu lucha. Lo único que te pido es que no me pidas que