“Dylan… ten cuidado… y no olvides que eres mucho más fuerte de lo que crees… te amo… te amo tanto”. Obviamente esto no era un adiós definitivo, es decir nos volveríamos a ver en unas semanas, y habíamos usado la noche anterior para despedirnos de verdad, pero ahora que estábamos a punto de separarnos, sentía que mi pecho se ponía pesado. No quería que él se fuera.

“Yo…”. Las palabras se atascaron en mi garganta, quería decirlo de vuelta, no quería nada más que expresarle lo mucho que él significaba para mí, puede que él se haya enamorado de mí primero, pero sin duda yo me enamoré más de él. Sin embargo, ahora que había llegado el momento de decir esas tres palabras, se detuvieron en mi garganta. Las cuantas personas que estaban presentes como público no deberían ser testigos de que dijera esas palabras, no era la primera vez que las decía de todos modos. También debería terminar ya que no nos estamos dejando el uno del otro. No… Guardaría mi declaración para cuando volviéramos, para c