La cama en la que me habían colocado cuando llegué estaba ocupada por un hombre, que no hacía nada más que gritar y retorcerse del tormento. El biombo ni siquiera había sido colocado para la sección y cuatro personas corrían de un lado a otro de la tienda, juntando gasas y antisépticos. Lo que más me sorprendió fue la gran cantidad de sangre que salía de su cuello, ¿acaso se le había reventado la arteria o algo así?

Al instante, imágenes del cuerpo destrozado de mi madre aparecieron en mi visión mientras miraba la lesión supurante en su cuello. ¿Cómo podría alguien que te considera su alma gemela pensar siquiera en hacer algo que no causaría nada más que dolor? No lo entendía en absoluto.

"¿Cómo podemos ayudar?". Lewis rápidamente hizo notar nuestra presencia mientras corría hacia el doctor mientras V simplemente lo miraba. Ella sujetaba las piernas del paciente tratando de evitar que el pobre hombre se agitara.

"Toma mi lugar, eres mucho más fuerte". Él asintió rápidamente y se pus