“Shh mi amor, nunca podría matarte, eres mía. ¿No te he hecho un favor? Tú misma dijiste que la odiabas”. Se arrodilló a mi altura y atrajo mi cabeza hacia su torso con suavidad, rodeando mi espalda con sus brazos desnudos. No me aparté, simplemente seguí llorando, apoyando la mejilla en su pecho desnudo, su corazón martilleaba sin cesar en mi oído, lo que me decía que realmente no le importaba lo que había hecho, estaba tranquilo y sereno. “Tu vida puede mejorar mucho si me aceptas. Ahora puedo cuidar de ti. No te queda nadie más que yo, te lo prometo, mi amor, no me voy a ninguna parte”.

Tenía razón… estaba tan sola. Nick me había dado la espalda, estaba más interesado en su pareja que en cualquier otra cosa, pasaba exactamente lo mismo con Erin, mi hermano pequeño Freddie estaba mucho más seguro sin mí, solo le causaría más dolor y problemas si me quedaba cerca de él, y Lewis… probablemente nunca sintió lo mismo que yo, y probablemente ya se había olvidado de mí, perdió todo lo que