“¿Cuánto de eso escuchaste?”. Murmuró mientras seguía negándose a mirarme a los ojos, realmente no podía creer que estuviera invocando tanto miedo en alguien. Lo odiaba.

“¿De verdad crees que eres el primer humano adolescente que busca protección?”. Pregunté con una sonrisa desconcertada, intentaba calmar el pánico en él, pero en vez de eso sólo vi la curiosidad chispear en sus ojos.

“Quieres decir… pero entonces…”. Me reí entre dientes del chico mientras las ruedas giraban en su cabeza. “¿Tú y Dylan?”. Simplemente alcé las cejas y me encogí de hombros ante su interrogatorio.

“No importa, solo por favor- Nunca me tengas miedo, puede que me haya enamorado de un lobo pero sigo siendo humano”. Asintió pero aún mantenía una postura tensa.

“Lo eres, pero también pronto serás el alfa de la manada, humano o no. Tu pareja es la hija del alfa, eso te da credibilidad”. No se equivocaba. Siempre había pensado que el sistema era corrupto, ahora que estoy marcado y emparejado, y pronto casado c