Lovetta se lanza contra él, ambos rodando sobre la nieve fría, un contraste impactante con el calor de la sangre que mancha el suelo. Se enzarzan en una lucha feroz y primitiva. Sus colmillos encuentran el cuello del lobo enemigo, hundiéndose profundamente mientras siente sus garras desgarrar su costado. El sabor metálico de la sangre invade su boca, pero no suelta. Él la muerde de vuelta, pero Lovetta usa la fuerza que le queda para girar, aplastando al lobo contra el suelo antes de finalmente romperle el cuello con un chasquido seco.
Suelta el cuerpo inerte del enemigo, jadeante, pero sin tiempo para recuperar el aliento. Sus ojos recorren el campo de batalla, captando la imagen del humano inconsciente y sangrando. Entonces, ve el movimiento de Mariana. La bruja tiene los ojos cerrados, murmurando palabras en un idioma que Lovetta no comprende. El aire a su alrededor parece vibrar con energía, como si cada
La nieve cede bajo el peso de las patas de Sasha mientras corre por el bosque, el viento frío azotando su pelaje blanco. Su respiración es jadeante, pero constante, y sus sentidos están en alerta máxima.Los lobos solitarios están justo detrás, sus presencias como sombras oscuras y amenazantes que se acercan cada vez más. Los gruñidos y el crujir de las patas sobre el suelo helado son un recordatorio constante del peligro inminente, y ella lo siente en cada músculo, pero se niega a detenerse.Su plan ha funcionado — todos los enemigos la están siguiendo, dejando a los suyos a salvo hasta que llegue la ayuda — pero el precio es alto. Ahora, está sola contra todos.Bueno, no tan sola.Mi cachorro... — Sasha se estremece internamente, su pecho se acelera con el miedo que recorre cada célula de su cuerpo. Qui
La nieve alrededor de Lovetta ya no es blanca, está manchada de rojo, un testimonio silencioso de la batalla que ha tenido lugar. Siente el amargo sabor de la derrota en su lengua, su estómago revuelto por los olores en el ambiente.El aire es pesado, cargado con el olor a sangre y el repugnante hedor de la magia podrida. Lovetta siente cada fibra de su cuerpo pesando toneladas, cada músculo gritando de dolor mientras intenta moverse de nuevo. Sus patas se estiran sobre la nieve helada, pero la fuerza la abandona con cada intento.La imagen de Sasha corriendo, llevándose el peligro con ella y con el futuro Genuino Alfa en su vientre, parpadea en su mente, obligándola a mantenerse consciente, a seguir luchando contra la desesperación que amenaza con devorarla. Lovetta lo intenta nuevamente, sus garras hundiéndose en la nieve mientras se esfuerza por levantarse primero con las patas delanteras.Pero sus miembros est
El sonido de un suspiro suave viniendo de Kesha hace que Lovetta se detenga de moverse, sus ojos afilados en el rostro de la joven lycan, que sigue inconsciente, pero cuya expresión se vuelve casi serena en su rostro. Lovetta observa con alivio su pecho volver a moverse, el sonido de su corazón volviendo a latir, aunque débil.¡Kesha está viva!Lovetta no tiene tiempo de celebrar, sus oídos detectan otros sonidos, más distantes. Capta el sonido de varias patas acercándose, pasos pesados y firmes, cada vez más cerca, cada uno aplastando la nieve con determinación y prisa, las ramas rompiéndose y gruñidos bajos.Gira la cabeza lentamente, cada esfuerzo pareciendo un esfuerzo monumental. Sus ojos color caramelo encuentran las figuras distantes que atraviesan entre los árboles.El viento sopla, trayendo su olor.¡Miguel!Lovetta siente g
Miguel siente su cuerpo temblar mientras intenta levantarse, luchando contra el peso que parece arrastrarlo al suelo.Sasha me necesita —su mente grita eso repetidamente, ahogando cualquier otra voz.Respira hondo, reuniendo todo lo que le queda de fuerza, y con un rugido que se impone sobre los gruñidos de los lycans, Miguel se niega a permanecer caído. Empuja su cuerpo hacia arriba, sus patas tiemblan por el esfuerzo, pero sigue decidido. Finalmente logra erguirse sobre sus patas. Sin embargo, en el momento exacto en que se pone de pie, el dolor desaparece por completo, como si nunca hubiera estado ahí.Su pecho sube y baja rápidamente, sus ojos dorados brillan con intensidad. Un olor insoportable y punzante llega a su olfato, una mezcla de magia negra y plata. Los recuerdos de cuando perdió el control de su lobo y solo Sasha pudo calmarlo invaden su mente. Entonces, la comprensión lo golpea como
Miguel levanta la cabeza, sus ojos escanean el bosque una vez más. El sol comienza a elevarse en el horizonte, proyectando una luz dorada sobre los árboles. Pero para Miguel, no hay alivio en la belleza del amanecer. Todo lo que ve es un recordatorio de que ha pasado otra noche sin Sasha a su lado.Cierra los ojos por un momento, intentando concentrarse, tratando de sentir el vínculo con ella. Es débil, como una línea fina a punto de romperse. Pero sigue ahí, y se aferra a ella, porque si aún existe, significa que ella sigue viva.Vuelve a correr, forzando sus músculos más allá de sus límites.Las horas pasan, y Miguel sigue corriendo. Ignora el dolor en sus patas, el cansancio que amenaza con derribarlo. Lo único que importa es Sasha. No se detendrá hasta encontrarla.Mientras corre, destellos de recuerdos cruzan su mente: la
Sasha inspira hondo, intentando desesperadamente mantener la calma, pero el peso de la situación la asfixia. Sus ojos recorren la vasta e irregular cueva, capturando cada detalle. Las paredes rocosas están cubiertas con dibujos perturbadores hechos con sangre fresca, que gotea lentamente en hilos viscosos hacia abajo. La visión es nauseabunda, pero se obliga a enfocarse, a analizarlos.Entre los dibujos, reconoce algunos de los símbolos que ha visto antes en uno de los libros de romance que Mariana le dio cuando era más joven, sobre el amor entre un cazador y una bruja blanca. La cruz ansada, el heptagrama y el nudo celta destacan en medio del caos. Sin embargo, los demás garabatos le son desconocidos: líneas torcidas y figuras distorsionadas que parecen vibrar con una energía opresiva.En el suelo y en las paredes, velas de diferentes tamaños están esparcidas por todas partes. Sus llamas parpadean,
Sasha inspira hondo, intentando mantener la calma a pesar del caos que siente por dentro.—¿Por qué estás haciendo esto? —pregunta, su voz ronca pero llena de una determinación que se refleja en cada palabra—. ¿Qué hiciste con mi loba, maldito traidor?Lukan la observa por un momento, su expresión enigmática, como si ponderara cuánto debía revelar. No responde de inmediato, dejando que el silencio pese en la cueva, las sombras de las velas parpadeando en las paredes como testigos silenciosos.—¡Responde! —Sasha grita, su voz resonando por la cueva, cargada de ira e impaciencia.Lukan arquea una ceja, una sonrisa fría formándose en sus labios.—¿Crees que estás en posición de exigir algo, lobita?—¡No me llames así, joder! —Sasha gruñe, su cuerpo tenso a pesar de las
Sasha entrecierra los ojos, su ira ahora mezclada con incredulidad.— ¿Vengarte por él ser hijo de sus padres? — Ella cuestiona, su voz cargada de desprecio. — ¿Qué mierda tienes en la cabeza, enfermo? ¡Nadie elige a los padres que tiene! ¡No importa lo que sus padres te hayan hecho, ya fueron asesinados! ¡Esta venganza no tiene ningún sentido!Lukan deja de caminar, volviéndose hacia ella con una sonrisa que no llega a sus ojos. Hay algo frío y calculador en su expresión, algo que hace que el estómago de Sasha se revuelva.— Ah, Sasha... siempre tan buena con las palabras. — Inclina ligeramente la cabeza, como si la estuviera evaluando. — Tal vez por eso lograste que la manada comenzara a respetarte, incluso cuando todos pensaban que solo eras una esclava humana. Admirable, de verdad.Da unos pasos más, acercándose a ella.— Pero eso no aplica para mí — su voz ahora es más baja, casi un susurro. — He invertido demasiados años en esto como para dejar que una cualquiera como tú lo arru