Mientras todo el caos se llevaba a cabo, Oleika no alcanza a escuchar con claridad, solo identifica un zumbido molesto al fondo de su cabeza, por lo tanto no puede ser hipnotizada.

Desde esa orilla, se encuentra completamente muda concentrada en seguir respirando. Aunque todos los licántropos estaban con el cuerpo tenso y caminando tranquilos hacia la lluvia…. Hacia la oscuridad de la noche.

En ese momento, ella siente cómo la temperatura está haciendo que sus músculos se tensen y truenen como si se estuvieran desgarrando por dentro.

Justo en el momento que se concentra en Clara quien ha cambiado su postura, y se detuvo en seco, como una especie de rayo saca sus garras y se las clava a sí misma en el muslo, jadeando del dolor.

Oleika cree que sigue alucinando… ¿O no?

Solo alcanza a ver que la Luna comienza a sangrar, cuando siente que su boca es cubierta por una mano y su cuerpo es arrastrado de forma agresiva hacia el exterior.

Aunque intenta zafarse de su agarre todo es en vano, el