Las heridas de Balto eran bastante considerables, Blanca le exigió una explicación a Gideon y él no tuvo más opción que contarle la verdad a su reina. El rey alfa se negó a cualquier atención en el campamento tras ganar la guerra, él ordenó volver a la manada para verla y ser cuidado exclusivamente por su mujer.Ella, al saber la verdad tras la tontería de su alfa, no pudo con los sentimientos y lloró noches enteras a su lado, él no había despertado aun cuando sus heridas estaban sanando exitosamente, el terror y la culpa la estaban consumiendo. Quizás si ella no hubiera huido, él no hubiera empeorado al estarla buscando.La sanadora estaba haciendo lo posible por ayudar al rey, pero aquel veneno era de lo más mortíferos, él sobrevivió por lo fuerte que es, ser un guerrero de clase alta lo ha ayudado a soportar el veneno y de alguna manera a no dejarlo avanzar en la sangre.―Majestad. ―Gideon la miró. ―Por favor, permanezca al lado del rey, con eso usted ayuda más de lo que cree. ―Bla
―Mi rey... —¡Habla! —Gruñó cortándola. El guardián sabe del lugar secreto de la reina. ―Balto sintió su pecho pesado. ―Ambos se van todos los días y vuelven horas después, cuando usted no está, vuelven hasta altas horas de la noche. ―Bajó la mirada. ―Todos en el pueblo lo hablan, mi rey… No, no puede ponerse en pie. ―Intensó contenerlo, pero Balto con una sola mirada le advirtió. ―Una sola cosa tenías que hacer. ―El grito de Balto los sobresaltó, pero Blanca no sintió más que felicidad por verlo despierto. ―“¡Has despertado!” ―Ella intentó acercarse a él, pero el empujón que Balto le dio la dejó caer con fuerza al piso, Lucius miró con horror la escena y se apresuró a ayudarla. ―¡No la toques! ―Gritó paralizándolo. ―Lo sabía, sabía que estabas enamorado de ella y aun así yo fui tan estúpid0. ―Escupió dejándolos en blanco a los dos. ―Pero tal vez solo necesitaba experimentar en carne propia como pueden ser de malagradecidos algunas personas. ―Los miró desde su altura, furioso y do
“Blanca miró a su alrededor, los hombres no la dejaron ni en el mundo humano ni en el sobrenatural, ella estaba en una zona neutral, quizás era el dolor de su pecho y la desesperación de su loba, pero ella no sentía más que deseo por la muerte, esa misma que sin duda la liberaría de todo el sufrimiento. Los gruñidos, bufidos y cada ruido aterrador parecían perseguirla, ella corría con todo lo que podía, con la poca energía que le quedaba, ya que llevaba días a la deriva sin saber exactamente dónde estaba. Su sordera parecía estar curada completamente por lo claro que podía escuchar aquellos ruidos tan perfectamente. Su dolorido corazón no dejaba de acelerar su ritmo, la sangre parecía fluir en sus venas de manera furiosa provocándole una sensación de ardor en todo su cuerpo, ¿Cómo es posible que ella pueda escuchar su propio corazón latiendo en su cabeza? ¿Cómo es que su respiración se podía volver tan errática hasta el punto de quemar su pecho? No lo sabía, pero lo cierto es que su
―¿Jefa? ―Micky entró al baño. ―Aquí está. ―Se colocó a su lado sin ser consciente por lo que estaba pasando su jefa. ―Ya he llamado a la floristería y me lo han cambiado, por supuesto me vi en la obligación de acariciarlos con mis delicadas palabras. ―Blanca trató de sonreír. ―Así que eso está listo, todo lo demás queda a su supervisión, ¿Iniciamos? ―“Sí, solo déjame echarme agua en la cara” ―Le pidió transpirando. ―“El cliente aún insiste con invitarme a cenar, creo que aceptaré aunque será un desastre la comunicación” ―Micky carcajeó. ―“Si lo desea, puedo ir de traductora y de paso protegerla de ese viejo” ―Blanca, rio divertida, esa chica realmente está bastante loca. Un infierno, eso estaba siendo el día para Blanca, ¿Cómo se olvidó de tomarse ese brebaje? ¿Por qué ni siquiera lo recordó antes de salir? Ella pudo sentir la diferencia en su cuerpo, esa sensación que la inundó cuando pasó la mano por su cuerpo, pero estaba demasiado preocupada por el trabajo que simplemente lo
La cordura ya no formaba parte del rey, Balto estaba literalmente enloqueciendo por no poder encontrar a su luna, él simplemente no comprende como es que desapareció, la verdad es que lo sabe, las maldit4s flores que tanto le gustan a ella.Gideon era quien soportaba todos los estados de ánimo de su alfa, había estado trabajando para conseguir cualquier información de la reina, pero nadie sabía decirle nada, lo poco que sabía es porque era público y ya se estaba cansando de todos, los humanos suelen ser irritantes.―Solo necesito la dicción de la señorita. ―Miró a la recepcionista de piso. ―Solo eso, prometo no ser un loco. ―La chica sonrió, el hombre castaño frente a ella de ojos dorados es muy atractivo y la pone nerviosa, es como si su mirada la dominara por completo.―Lo siento. ―Se disculpó nuevamente. ―No puedo darle esa información, perdería mi trabajo si la jefa se entera. ―Gideon arrugó el entrecejo.―¿Jefa? ―La chica asintió. ―Es la heredera de este lugar. ―Se encogió de ho
Blanca apretó los labios al escuchar la voz dulce, pero firme de la mujer, ella había callado todo ese tiempo, solo les hizo saber a los que considera sus padres que necesitaba quedarse con ellos algunos días, más no les contó el motivo y ellos no la cuestionaron.―“No debes preocuparte” ―Le hizo saber. ―“Déjame amamantarlo e iré con ustedes” ―La mujer se acercó y besándola en la frente la miró a los ojos.―No quiero que nos ocultes nada, ¿De acuerdo? ―Le sonrió. ―De esa manera no podríamos defenderte. ―Blanca le correspondió la sonrisa y asintió antes de que la mujer besara al bebé y saliera. ―Tres meses y está enorme, ese bebé. ―Río feliz, ese niño ha traído mucha más alegría a su vida y a la de su esposo.Blanca alimentó, aseó y puso a su hermoso rubito precioso, por supuesto lo bañó en el perfume que ella hace para que nadie lo sienta, la casa está rodeada de esas flores, pero no quiere arriesgarse y ahora menos que sabe que Balto la está buscando sin descanso.Al saber lo que las
Blanca abrió los ojos al escuchar el alto llanto de su bebé, ese niño tiene unos pulmones muy fuertes y lo adora, ella es capaz de escuchar el llanto de su bebé y eso la pone muy feliz. Levantándose de la cama, fue a por su rubito y como todos los días le dio el pecho.Ha pasado más de dos semanas en las que ha estado ahí en casa de sus padres, ella se niega a irse a su piso y usa la excusa de que siempre que se queda en su departamento duerme sin su bebé y no quiere separarse de él.―Buenos días. ―Susan entró con una enorme sonrisa, ella es muy feliz cuando los tiene ahí en casa. ―¿Cómo amanecieron? ―Los miró sin borrar su sonrisa.―“Él, comelón como siempre” ―Le hizo saber. ―“Cada vez tiene el patito más grande” ―Sonrió acomodándolo, no lo tiene agarrado y teme que se le caiga. ―“Hoy en la cita le hablaré a la doctora de eso, son apenas cuatro meses y ya come mucho” ―Ella actúa como una madre primeriza.―Bueno, le hablaremos de todo. ―Dijo Susan, es primera vez que ella también pasa
Ambos corazones quedaron enloquecidos, sus miradas enganchadas y todo a su alrededor desapareció por completo. Ellos estaban ahí, cara a cara sintiendo sus respiraciones a pesar de que uno estaba en el umbral de la puerta y la otra estaba tras el escritorio.Finalmente, estaban cara a cara, ¿Cómo es posible que sus lobos se desesperen de tal manera? ¿Cómo es que ambos pueden sentir lo que siente el otro aun cuando ella tenía esa flor que le quita el aroma? Balto pasó saliva, él había soñado muchas veces estar frente a su luna, él deseó tomar su puesto el día que le dijeron sobre su muerte y ahora está ahí, ¿Acaso es real?Micky que sintió de inmediato el ambiente tenso y algo extraño por la magnitud de esa conexión, trató de respirar con normalidad, ¿Cómo es posible que ellos desprendan tanto? No lo comprende ni un poco.―Bienvenido, señor Adamson. ―Blanca miró de inmediato a su asistente, ¿Acaso le había ella mencionado ese nombre? Negó de inmediato, ella lo hubiera recordado, esa mu