Punto de vista de autor. Explicar la muerte a un niño de cuatro años era casi tan difícil como ver a Dante pasar los próximos días en una completa niebla, pareciendo más un zombi que el hombre que Selene conocía tan bien. Cada vez que les decía a los cachorros que Petra se había ido y que no volvería el mensaje solo parecía asimilarse durante unas pocas horas. Muy pronto le preguntaban cuándo volverían a ver a Petra, y ella tenía que tratar de explicar el concepto de permanencia a cuatro preciosos seres que solo no podían entenderlo. Aun así, ver a Dante era más difícil. Pasaron por toda la planificación y los preparativos para un funeral de estado masivo con gran agotamiento y estrés, pero poca emoción de su parte. Seguía esperando que se quebrara, que saliera del shock y llorara de la forma en que lo necesitaba con tanto desespero. Todavía no había sucedido, y Selene rezaba para que encontrara la chispa que necesitaba antes de que terminara el funeral esta tarde. La mayor parte de
Punto de vista de autor.El corazón de Selene se hundió cuando vio la expresión de enojo de Dante. Nerviosa, miró hacia la puerta y envolvió sus brazos protectoramente alrededor de su cuerpo. Sin embargo, en lugar de responder, solo se alejó de Dante, incapaz de concentrarse en su coartada hasta que supo exactamente lo que había sucedido. —¿Qué más dijo él?—Me habló de las pruebas que te conectan con la escena del crimen —explicó, y la siguió con lentitud.—¿El vestido? —Se mordió el labio inferior.—El vestido, más el pelo y las huellas ensangrentadas —elaboró.—Él nunca me habló de eso. —Selene respiró trémula y se alejó del alfa para tratar de ordenar sus pensamientos, sin sentir su mirada abrasadora sobre ella. Por supuesto, todo esto significaba que podía sentirlo en la espalda en lugar de en la cara, atravesándola como un rayo láser.—Eso es típico —le dijo Dante—. Nunca te dicen cuánto tienen en tu contra. Quizá tiene otras cosas que no me dijo. Así es como te atrapan. Te abr
Punto de vista de autor.Al día siguiente, cuando Dante y Selene salieron a hacer algunos mandados, Eric se acercó a cuidar a los niños. En la mente de Selene era una especie de prueba ver si los dos hombres podían estar juntos sin que sus vidas se convirtieran en un caos. Los niños dormían la siesta cuando llegó, así que se instaló en la sala de estar con un libro y esperó a que se despertaran. Romí fue la primera en salir de su sueño; se tambaleó por el pasillo y se frotó los ojos.—Hola, dormilona —la saludó Eric. Había cuidado a los otros tres niños miles de veces antes, y estaba ansioso por conocer al más pequeño de Selene para poder demostrarle lo bien que se adaptaban.—¿Qué estás haciendo aquí? —Ella bostezó—. ¿Dónde están mamá y papá?—Fueron a hacer algunas compras. Voy a vigilarte hasta que regresen —le explicó—. ¿Tienes hambre? ¿Quieres un bocadillo?—¿Puedo tener una manzana? —preguntó tímida.—Por supuesto que puedes. ¿Quieres que te la corte?—Sí, por favor. —Lo siguió
Punto de vista de autor.El artículo revelaba todos los detalles de los informes policiales. Luego proporcionaba una larga lista de los probables crímenes que cometió Selene para escapar y continuaba especulando sobre su participación en el asesinato de Petra. Si Jane todavía estuviera en el favor de los medios, podría pensar que ella era la responsable de esto, pero dados todos los detalles de la investigación actual incluidos sospechaba que la policía filtró la historia.Fue un alivió para Selene de que nadie supiera de su verdadero pasado.Una parte de ella quería llamar a Dante, pero sabía cómo respondería.Él prometió cuidarla y le dijo que no se preocupara, aunque ella no podía hacer nada más que preocuparse. Ya estaba tan confundida acerca de sus motivaciones que no creía que pudiera agregar otra capa de complejidad a su situación, así que resistió el impulso de acercarse. No obstante, esa determinación solo duró lo que dura la mañana, porque cuando salió del taller para ir a a
Punto de vista de autor.—¿Qué quisiste decir con que nos mudamos? —preguntó Sofía en voz baja.—Eric me lo dijo. —Romí miró los rostros de sus hermanos con el ceño fruncido—. Él dice que mamá nos llevará a todos de regreso a la manada de la Luna Oscura y dejará a papá aquí.Los otros cachorros intercambiaron miradas de preocupación. Tenían miedo de que algo así sucediera. Mami siempre decía que solo estaban aquí por unos meses y que no les había hablado de quedarse más tiempo, incluso cuando los mudó con su padre e hermana. Era parte de por qué habían estado tan ansiosos por reunirla con el alfa; sabían que tenían que trabajar rápido.La pobre Romí, por otro lado, no se había dado cuenta de que Selene solo estaba en la ciudad por un tiempo limitado. Supuso que ahora que su familia estaba junta permanecerían juntos. Si Eric no le hubiera dicho la verdad, nunca habría sabido de otra manera. Sin embargo, ya fuera que la noticia fuera inesperada o no, los cuatro cachorros estaban de acue
Punto de vista de autor.—No funcionó —dijo Romí malhumorada, intercambiando miradas preocupadas con sus hermanos.Aunque sus esfuerzos por convencer a sus padres de que no separaran a la familia habían tenido un impacto en ellos, no había hecho nada para hacerlos cambiar de opinión. Selene había huido mientras lloraba y Dante había enviado a los cachorros a echarse un rato mientras él revisaba a Selene. Un poco más tarde, Selene había salido de su dormitorio con los ojos secos y el rostro sombrío, y se dispuso a preparar la cena como si nada hubiera pasado. Luego Dante habló con los cachorros y les dijo cuánto lamentaba que se hubieran enterado de esta manera y los ayudó a superar sus sentimientos, pero al final nada cambió. —¿Que hacemos ahora? —Adán se sentía perdido.Los problemas que enfrentaban los cachorros se acumulaban tanto que se volvían insuperables. ¿Cómo se suponía que iban a ayudar a limpiar el buen nombre de Selene al mismo tiempo que la convencían de quedarse en el t
Punto de vista del autor.El sábado por la noche Selene estaba parada en su oficina cuando sonó su celular, tratando de ponerse al día con algo del trabajo que perdió durante la semana en medio de todo el drama de los medios. Al ver el nombre de Dante desplazándose por la pantalla, consideró ignorar la llamada, pero al final cedió y se lo llevó al oído.—Hola, hermosa —la saludó.—Dante, ¿qué pasa? —respondió con rigidez.—Bueno, primero que nada, ¿estás libre?—Estoy ocupada —le recordó.—Lo sé, pero acabo de llegar a casa para encontrarme con una gran sorpresa.—¿De qué estás hablando? — preguntó con cautela.—Bien —comenzó con una sonrisa evidente en su voz—, parece que nuestros cachorros han estado intrigando con su tía. Hay una cena bastante hermosa aquí esperándonos para celebrar; buen vino tinto, un delicioso pastel de chocolate… Entonces, si no quieres decepcionarlos, tienes que volver aquí.—¿Qué?—Cariño, yo no tengo nada que ver con esto —insistió—. Estoy tan sorprendido co
Punto de vista de autor.«¡Dante!», pensó emocionada.Esperaba a Bella, pero no había duda de esa voz profunda.—Alfa —escuchó a uno de los guardias tartamudear—, su compañera está bajo custodia. No hay…Oyó un gruñido y una pelea. Luego otra orden retumbante.—Llévame con ella ahora mismo —ordenó Dante.Unos momentos después, la puerta del calabozo se abrió y apareció Dante sujetando al enorme guardia por la nuca. En el momento en que sus ojos se posaron en Selene bajó la guardia y se apresuró a ir a su celda.—Eli, ¿estás bien? —Agarró las barras que los dividían con puños de nudillos blancos.Moviéndose para pararse frente a él, no se alejó cuando atravesó la barrera de hierro para enmarcar su rostro entre sus manos. La escrutó casi como si pensara que estaba herida, con toda la preocupación y agresividad.—Estoy bien —mintió entre dientes.Un gruñido bajo retumbó en su pecho y miró con ira al guardia. —Desbloquea esta celda.—Señor, no puedo hacer eso. —El hombre se alejó de Dante