Punto de vista de autor.Lo peor de todo ese calvario era que Selene no quería que se separaran más. Había planeado recuperar a Romí de Dante desde el momento en que la entregó, pero aún no había descubierto cómo hacerlo, más ahora que sabía lo apegados que estaban. Era tentador pensar en no llevarla de regreso, huir con ella allí y ahora y nunca mirar atrás. Después de todo, esa era la oportunidad que había esperado, y estaba tan enojada con Dante que estaba tentada a mantener a Romí consigo por despecho y por su seguridad, pero también recordó la mirada en su rostro.—Está bien, niños, solo denle a mami un minuto. —Se encerró en su dormitorio, salió a la terraza y llamó a Bella a toda prisa. Ella contestó después de unos pocos timbres—. ¡Hey, mujer! —Exhaló y trató de recuperar el aliento—. Tengo un problema.—¿Qué pasa? —cuestionó Bella alarmada.Selene tragó saliva e intentó descubrir cómo relacionar ese extraño giro de acontecimientos.—Los niños descubrieron que Romí es su herma
Punto de vista de autor.—¡Dante, por favor! —lloró Jane todavía acurrucada en el suelo. Sollozaba como una actriz en una telenovela.Si había estado enojado antes, su pelea con Selene lo había llevado al límite. Sus palabras lo hirieron profundo, sobre todo porque sabía que eran verdad. Todo eso fue su culpa. Sí, Jane era una mujer imperdonablemente cruel, casi sin corazón, pero fue él quien la dejó quedarse incluso después de saber lo que ella era. Los agentes del orden habían acordado que era lo mejor, pero ahora solo podía ver con claridad que lo mejor para su caso y para su hija eran dos cosas muy diferentes.—Deja de lloriquear en este instante —ordenó. Su voz atronadora resonó en la habitación—. Te quiero fuera de mi casa dentro de media hora. Todo lo que quede aquí después de eso será tirado a la calle.—¡No! No puedes. ¿No entiendes? ¡No tengo adónde ir!—¡Entonces deberías haber pensado en eso antes de abusar de mi cachorra! —ladró.—¡No lo hice! ¡Nunca la toqué! —exclamó—.
Punto de vista de autor. Su muñeca fue tomada con una mano grande y luego fue jalada hacia atrás con tal fuerza que se estrelló contra él. Selene se congeló no porque él la jaló bruscamente, sino porque ahora mismo, en ese momento, su rostro estaban solo a centímetros que sus respiraciones chocaban entre sí. Azul inteso, contra negro penetrantes. Su corazon latio conferozidad en su caja torica que ella estaba segura que se saldria de su pecho. —No siquiera lo intentes. Solo sobre mi cadáver —gruño el con frenesí. Fue cuándo sus sentidos volvieron en sí. Selene sé cubrió la boca con la mano, sorprendida y horrorizada de que Dante la engañara para que admitiera la verdad. La miraba con una expresión de puro triunfo. Su lobo brillaba en sus ojos mientras respiraba entrecortadamente. Selene sacudió la cabeza y empezó a retroceder. —Yo no… Eso no es… —Trató de pensar en alguna excusa. Dante ya estaba detrás de ella. Merodeaba hacia delante con gracia depredadora y mostraba sus colmi
Punto de vista de autor.—Estoy de acuerdo —contestó Dante con rapidez. La aturdió por completo—. Ella te pertenece, y deberías tener la custodia.—¿Qué? —indagó con incertidumbre, sin darle crédito a sus oídos.—Con mucho gusto te daré la custodia… —merodeó más cerca— si vuelves a casa, donde perteneces.Al darse cuenta de que quería que regresara y viviera con él de nuevo, Selene apretó sus manos en puños. —No te pertenezco.—Tú me perteneces —proclamó—. Tú y los otros cachorros. No quiero que nuestra familia se divida.—No —contestó al instante—. Quiero a Romí. Quiero llevarla de regreso a la manada Luna Oscura para poder finalmente seguir adelante con mi vida. Ha estado en suspenso por mucho tiempo.—¿Quieres quitármela? —El entendimiento hizo clic en la mente de Dante—. ¿Del único hogar que ha conocido?—Mi vida está en el territorio de Luna Oscura. —Se encogió de hombros.Él la miró de cerca. Sus ojos oscuros se agrandaron.—Este era tu plan desde el principio, ¿no? —Realmente
Punto de vista de autor.A Dante no le importaba lo que dijera Selene, ya que sabía que los cachorros eran suyos. Podía mentir hasta que su cara se pusiera azul, pero no lo convencería de que lo engañó con Eric.—Bien —masculló Selene sin siquiera detenerse a pensar en su pedido.Sorprendido, entrecerró los ojos hacia ella. Sonaba confiada y despreocupada ante la perspectiva de que se realizara una prueba de paternidad. De hecho, parecía ansiosa por hacerla.—¿Cuándo quieres hacerlo?Una semilla de duda se asentó en el estómago de Dante por primera vez, haciendo que sus entrañas se revolvieran y se enturbiaran con inquietud.—¿Lo harás? —cuestionó como un tonto.—Sí. Con mucho gusto te haré una prueba de paternidad, y cuando salga negativa, me llevaré a mi hija.A Dante se le ocurrieron dos cosas a la vez. Primero, ella ya había falsificado una prueba de ADN, por lo que podría estar mintiendo mientras asumía que podía hacer el mismo truco allí. Sin embargo, la segunda era que, si de v
Punto de vista de autor.—Bueno, ¿qué dices? Selene no podía creer lo que oía. Nunca imaginó que Dante aceptaría la derrota y mucho menos sin una larga batalla. Ahora se ofrecía a darle Romí, pero la idea de vivir con Dante otra vez era demasiado abrumadora para contemplarla, si incluso podía confiar en que él lo haría mantener su palabra.—¿Por qué debería creer que realmente la dejarías ir? —indagó con sospecha.—Porque quiero lo mejor para ella —respondió con voz suave—. Y yo soy lo suficientemente hombre para admitir cuándo he cometido un error.Selene lo miró con escepticismo. Dante había cambiado de rumbo de forma tan inesperada que sintió como si tuviera un latigazo emocional. Ese día había sido una montaña rusa completa de principio a fin, y no sabía cómo lidiar con el repentino cambio de actitud del alfa. Al mismo tiempo, nunca soñó que él se disculparía por lo que pasó entre ellos. De hecho, parecía arrepentido, como si al fin se diera cuenta de cuánto la lastimó.No excusa
Punto de vista.Selene no sabía qué iba a hacer con Dante. La idea de finalmente tener a su familia junta era increíble, pero la idea de vivir con él de nuevo era demasiado desalentadora. Eric estaba en contra de la idea, y pasó la mayor parte de la noche tratando de disuadirla. En cuanto a Bella, parecía partidaria del plan.Por supuesto, había tres opiniones que no necesitaba molestarse en preguntar. Sabía que sus cachorros estarían encantados de vivir como una gran familia con Romí y su padre. De hecho, eso era lo que más la preocupaba. Podía ver con facilidad la lógica de ayudar a Romí a adaptarse al cambio de circunstancias, pero ¿qué sucedería cuando sus otros cachorros se encariñaran con Dante? ¿Cómo iban a manejar la pérdida de su padre después de encontrarlo?Ni siquiera sabía si su oferta era real. Quería creer que de verdad se sentía culpable por los terribles errores que cometió en el pasado, pero ¿sería suficiente ese remordimiento para que dejara ir a su única hija? ¿Qué
Punto de vista de autor.Recuerdos dolorosos pasaron por su mente como la pesadilla que era, aquellas que no la dejaban dormir, que la atormentaban profundamente aún. Todavía podía ver cómo la piel de su hermano como era arrancada por aquellos lobos si piedad y oír sus gemidos desgarradores de dolor o el simple hecho de ser testigo de cómo su propia doncella personal era degollada ante sus ojos.Eran imágenes que simplemente la había traumado por vida, y volver allí era como presenciar aquel doloroso día.—¿Por qué me trajiste aquí? —balbuceó, esforzándose por no romperse en llanto allí mismo. Sintió sus ojos arder con la amenaza de lágrimas.—Pensé que te gustaría —respondió con simpleza—. No importa lo que pasó después. Me gustaría pensar en el día que te volví a encontrar. Nunca tuve la oportunidad para decirlo, pero en ese momento que te sostuve entre mis brazos completaste ese vacío que me provocó la muerte de mamá en aquel entonces en la revuelta en que varias mandas se rebelaro