Tras terminar el tenso desayuno Xana vio como sus cachorros se iban con aquella loba. Casi habían corrido con ella sin mirarla. Comprendía que no tenían ningún sentimiento afectivo hacia ella, pero de igual forma dolía y mucho. Ella deseaba acercarse a ellos, pero al parecer no era para nada correspondida.

Su expresión fue notada por el alfa que se acercó a su mate. Podía sentir la angustia de ella a través del enlace.

-Dale tiempo, ya hablé con ellos, pero aún si en parte son humanos, siguen siendo lobos, tarde o temprano su instinto reaccionará y vendrán hacia ti. Y como que los gemelos son un poco… tercos por naturaleza, a mí a veces me cuesta lidiar con ellos.

-Tengo todo el tiempo del mundo- respondió ella con voz apagada, después de todo ese era el único objetivo que tenía. Si no fuera por sus cachorros la vida ya no tendría sentido. No tenía nada más a lo que aferrarse.

White miró el semblante de ella y casi pudo leer sus pensamientos.

-Ven- el extendió su mano recibiendo la mi