German PalaciosMuchas cosas tengo que pensar y decisiones que tomar, ya lave mis dientes así que coloco el cepillo dental en la cajita dónde va y salgo del baño de mi habitación, porque me voy a dormir, pero antes reviso mi móvil y no hay ningún mensaje de Camila hoy es sábado y ella no ha dado señales de vida. Se que no es su obligación escribirme y contestarme los mensajes pero quisiera saber ¿Qué hace? ¿O cómo está? Le timbro cómo décima vez y suena la contestadora. Levanto mi cobija y me voy a dormir. … Un sonido me despierta, se que es mi móvil, extiendo mi mano y lo tomo de la mesa de noche miro la hora y son la dos de la mañana y lo revisó para ver si es Camila y no es John. Le contesto —¿Por qué me molestas a estas hora? Se escucha el sonido alto de la música. —Préstame veinte mil dólares estoy en el club si no pago no me dejaran ir. Abro mis ojos molesto. —¿Qué carajos veinte mil dólares? ¿le compraste trago a todo el club? —No me regañes German y préstamelo, tú sa
Mi cuerpo se debilita al punto de que me sostengo del barandal, porque todo me da vueltas y siento unos brazos rodearme sosteniendo mi cintura para que no me desplome.—¿Te pasa algo? —pregunta con un tono de voz preocupado.—No sé, me mareé. —respondí débilmente llevando mi mano a su hombro para sostenerme de él.Él coloca su mano detrás de mi espalda y la otra debajo de mi pantorrilla y me carga. —¿Ah dónde me llevas? —pregunte un poco mareada.—Ah tu habitación, creo se te bajo la azúcar porque estas muy pálida —entramos y él me deja sobre la cama.—Ya vengo voy a traerte un vaso de agua con estevia. German se me confeso el día que me fue a visitar y me pidió la oportunidad de que fuéramos novios y yo le dije que me dejara pensarlo. Por el rechacé a Ignacio, no voy andar con los dos al mismo tiempo, me quiero decidir por el músico, cuando vuelva a Nueva York le daré la respuesta. Y que pase lo que tenga que pasar… esa es la voz de mi conciencia.Ya me estoy volviendo loca.
Aviso capítulo para adultos, si no le gusta esto esperen el siguiente.Ignacio La abrace fuerte, para sentir que esto es real y que no es un sueño, que ella está aquí conmigo sentada en mi regazo, dándome esa mirada de ternura con la que siempre solía mirarme, acarició su cabello rubio, ese que dejó de trenzar cuando cumplió los doce años de edad, porque según ella eso la hacía ver más niña.Nunca me imaginé que podría conocer el amor al lado de Camila, ella saca a la luz mi lado más cursi, ese que ni yo sabía que existía en mí y que solo se activa por ella. Unos minutos después ella se, se para de mí y nos miramos, acarició mi cara con una sonrisa y yo llevé mis manos hacia su cintura —Levántate que nos vamos —le dije y lo hizo. Cuando nos levantamos, la conduje hacia la cocina para buscar dos copas y la botella de champaña, cuando entramos estaba oscuro, porque los empleados ya se marcharon a dormir, no sé veía casi nada así que saqué del bolsillo de mi jean mi móvil y le encend
CamilaAbro los ojos lentamente, estiro mi mano un poco hacia el lado de mi novio, pero como siempre no está, él y sus costumbres de pararse temprano. No es que me moleste, es solo que me gustaría despertar y ver su cara y abrazarlo, pero que hago ni modo ya se fue. Me siento y estiró mis brazos hacías arriba, me duele todo el cuerpo, incluso esa zona entre mis piernas y no entiendo por qué, digo ya no soy virgen, pero lo peor de todo es que cuando estoy haciendo el amor con Ignacio nada me duele, soy tan pervertida que solo quiero que me siga dando más duro… La puerta se abre y él entra ya vestido con su jean negro y una camisa de cuadros negros y verde toda desabotonada dejando ver una franela blanca de algodón que lleva abajo y me gusta cuando se viste así, porque ese es un estilo parecido a la moda… de los chicos coreanos… Se acerca y está perfumado, carga una bandeja de comida en las manos sonríe al verme y coloca la bandeja en la cama cerca de mí. —¿Cuándo será el día
German Subo al segundo piso y abro la puerta y ya están todos los niños sentados en sus pupitres, al mírame que llegó, se levantan y educadamente saludan. —Buenos días maestro —escuchó el unísono. —Buenos días ¿Cómo se están portando? —les pregunto con una sonrisa. —¡Bien maestro! —responden todos al unísono otra vez. —Hoy practicaremos una pequeña partitura. Dejo mi maletín encima de mi escritorio y me acerco a la pizarra, tomó el marcador y escribí la pequeña partitura que ellos deben copiar en su cuaderno de música, mientras los niños están sentados en su pupitre copiando yo me siento un rato en una silla frente a mí escritorio, doy clases de música a niños de seis a ocho años los fines de semana. En una escuela sin fines de lucro, la fundó Margaret hace quince años, ella se ha dedicado a abrir varias fundaciones de música en Londres y otras aquí en los Estados Unidos. Uno a uno de los niños y niñas fueron pasando al frente de la pizarra, para interpretar la pequeña partitu
Elior Un mes después de ese segundo encuentro con Amelia en ese restaurante quedé un poco absorto en los pensamientos del pasado y seguro de una sola cosa y es que quería a esa insoportable mocosa lejos, pero bien lejos de mí… Él día de mi cumpleaños Amelia fue a mi fiesta no me la esperaba ahí, porque ella también me odiaba, así que cómo algo normal, discutimos si la iba a sacar de ahí, pero me calmé por Bradley e Ignacio que como buenos amigos trataron de tranquilizarme, me la lleve al despacho de mi padre a la fuerza mientras íbamos discutiendo por ese camino. Flashback Entre al despacho con ella… Ignacio y Bradley también ellos se sentaron en el sofá, el rubio de ojos azules a revisar su teléfono y el tigre a jugar con una consola de videojuegos que había dejado hace días en mi mansión, es de color azul y Camila tiene una de color rosado él se la regalo porque ellos son pareja en un videojuegos. Me concentro en mirar a la chica de ojos azul cielo, que viste con ropa anticuada
CamilaEl auto donde venía con mi novio me dejó en la puerta de la casa donde vivo, antes de bajarme note a Ignacio preocupado y todo por lo que descubrió de su hermano, pero creo que ahora está más cerca de encontrar la verdad y solo espero que lo que sea que descubra no lo lastime. Cuando entro a la casa, voy a la cocina por un vaso de agua, hoy es domingo, en frente de la nevera hay una nota con un escrito.“Camila, estoy en el hospital trabajando… Tú amiga Cecilia me llamó para decirme que regresan hoy de viaje y que olvidaste tu móvil aquí, más tarde nos vemos”Yo… no andaba con Ceci seguro dijo todo eso para cubrirme, saco de la nevera una manzana roja y me la empiezo a comer mientras subo a mi habitación y me acuesto en la cama. Busco mi móvil y lo enciendo, tengo cinco llamadas de mi madre, veinte llamadas de German y varios mensajes de él. German: Hola lin ¿Cómo está?German: Ya compré las entradas para el concierto de piano. —¡El concierto! —colocó una mano en mi frente
CamilaNo me gusta nada de esto, el que seamos el centro de atracción de todos los estudiantes que están en este comedor, porque todos no están contemplados hasta Barbie que acaba de llegar con sus dos amigas incluyendo a la chica asiática… Esa que me insulto la otra vez cuando estaba en el salón de música con German y se iba a acercar molesta, pero la ex de mi novio la detuvo por un brazo y yo me levanto. Con miedo fijo mis ojos en los chicos que tengo al frente que se siguen observando con furia y odio, mire a Miguel por un momento y me pareció ver una sonrisa de diversión en su cara o ah lo mejor son ideas mías. Miro a los otros dos IBE y ellos están serios me atrevería a decir que parecen molestos, pero se mantienen en su lugar atento a lo que está pasando. —Deténganse ahora, yo quiero comer tranquila —les digo pero ellos ni siquiera voltean a verme, están muy ocupados tratando… de matarse con la mirada… son unos testarudos. Parecen deseosos de comenzar una estúpida pelea dón