Capítulo 37

Después de disfrutar de un delicioso desayuno, Clara, Kevin, Lucas y sus amigas se dirigieron al parque de diversiones. La emoción estaba en el aire, y Clara no podía evitar sonreír al ver las luces brillantes y escuchar las risas de los visitantes. Era un día perfecto para disfrutar de la compañía de sus amigos, además de su novia y de la adrenalina de los juegos. El olor a algodón de azúcar llenaba cada espacio y ni siquiera sabían hacia donde ir primero.

—¡Vamos a la montaña rusa primero! —gritó Ana, señalando hacia la atracción más alta y emocionante del parque.

—¡Sí! —respondió Clara de inmediato, sintiendo que la adrenalina comenzaba a fluir por sus venas— No puedo esperar a subirme para gritar como loca.

Kevin y Lucas intercambiaron miradas y ambos sonrieron listos para seguir a las chicas en todas sus locuras. No importaba que ellos fueran mayores que ellas, su espíritu infantil no desaparecía y a todos les gusta pasar un día entre atracciones como esas.

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