"Te pensé y encontré un destino"
Malo no es estar atascado, malo es estarlo y no saber ni buscar la manera de cómo salir de allí.
Dylan.
Mi rostro está más pálido de lo usual, tengo unas ojeras enormes que abarcan gran parte de mi cara. El sonido de los pájaros jugar hace que mi vista los busqué e inmediatamente mis pensamientos vuelan tan lejos como ellos, el sonido de su voz es fresco y sutil , su sonrisa amplia llena de alegría y su cuerpo es perfecto; como esculpido por los mismísimos ángeles del cielo.
— ¿Estas volviendo a vagar en tus pensamientos? — la voz cantarina de Tessa la enfermera que me ha estado cuidando desde hace no mucho, algo que no logro recordar con exactitud llega a mis oídos.
Es una chica de tez blanca, corta estatura, tienes ojos de color almendra y un cuerpo delgado sumamente delicado.
—No hice nada esta vez, ¿por qué has venido? —danza con sus pies alrededor de la silla donde me encuentro sentado observando por la venta y deposita un beso en mi mejilla.
—Dylan, tu madre me envió a buscarte para que disfrutes un poco junto a tus amigos en el jardín. —Contornea sus caderas mientras camina tras de mí y posa sus manos sobre la silla de ruedas.
—Hace mucho que no juegan, desde que empezaste con tus delirios sobre esa chica... —murmura un poco bajo, creo que trata de no hacerme sentir peor de lo que ya me siento.
Hace unas noches atrás desperté a todos gritando un nombre sin sentido, según mi médico encargado eso fue causado por un ataque de ansiedad tras no ver a mi padre por semanas.
—Es porque no he querido ir, sabes que no me encuentro en condición para tan siquiera hablar con ellos.
El chirrido de las ruedas bajando por el corredor me aturde un poco pero al llegar al jardín, es el resplandor del sol lo que me devuelve la incomodidad. Galatea está sentada en la grama comiendo flores y Poe, quien está amarrado en su silla solo la observa fijo he ido, si no me equivoco debe de estar fantaseando otra de sus historias de acción donde dice casi siempre al final que ambos son novios.
— ¿Adivinen quien llego? —canta Tessa, mientras hace morisqueta con sus manos y rostro. — ¡Dylan!, su amiguito favorito.
Nos deja solos, mientras miramos nuestros rostros como los desconocidos que nos hemos vuelto. No recuerdo en mi vida haber entablado una conversación con esas dos personas, tampoco el día en que nos volvimos amigos, solo tengo un vago recuerdo de cuando jugábamos a la guerra en las recamaras pero eso paso hace mucho tiempo.
Nuestra tarde consistió en ver nuestros rostros y llamar a las enfermeras por medio de gritos sin sentidos cada cierto tiempo cuando los ataques de ansiedad de Poe se hacían presentes, logrando que tuviera convulsiones y actuara como sí tuviera el mal de rabia que comúnmente les da a los animales.
— ¿Te divertiste un poco? —Tessa se vuelve insistente con sus preguntas, desde que vamos por el pasillo a los baños públicos no ha dejado ni un momento de preguntar lo mismo.
Asiento leve para que deje de una vez por todas su vano intento de aliarme a esos dos chicos y me concentro en aquel sonido tan familiar que me eriza la piel.
—Miguel, ya es la tercera descarga. Si continuas con esas extrañas pesadillas tendremos que darte drogas más fuertes y sabes muy bien que eso te causara más daño del que ya tienes.
La voz de mi progenitora sale de la habitación del frente, la cual es abierta por un enfermero que sale luchando con la mesa que transporta las soluciones anestésicas.
Miguel Knight, el chico de cabello negro que está sentado con una mirada vacía viendo al techo en la silla eléctrica, es el actual acompañante de mi madre.
—Trisha McFire, no existe. Angy O'Connor tampoco, debes olvidar eso y seguir adelante o no podremos autorizar a tu abuela para que pueda venir a verte.
Su figura es imponente, sus brazos están en forma de jarras sobre la cadera y algunas pequeñas arrugas son visibles, el cabello negro en ondas le cae por la espalda en cascadas y sus labios están de un rojo carmesí.
—Sáquenlo de aquí y llévenlo a su habitación, parece que no resistirá más por el día de hoy. —Ordena y los dos hombres corpulentos sacan al chico con suma facilidad debido a que no opone ninguna clase de resistencia. Mira por sobre su hombro y me ve, da una extraña seña con la mirada y Tessa quien da media vuelta a mi silla.
—Debe de estar muy estresada, por eso no te saludó.
Sé que miente, que mi madre no tiene ningún afecto hasta mí y que desde pequeño he tenido que luchar para ganarme su aceptación.
Deja la silla a un lado y como puede me ayuda a subir a mi cama, su mirada está dirigida al suelo y sus labios en una perfecta línea.
— ¿Sucede algo, Tessa?— me mira llena de cautela, se acerca a la puerta de entrada y observa a los lados.
—Escucha bien lo que te voy a decir —sisea con los dientes apretados y muy cerca de mí. —Nos están observando, hay cámaras en todos lados pero me han pagado para infiltrarme aquí. —Me quedo en un breve shock cuando me habla y ella simula que arregla el florero.
—Angy, Trisha y tu hermano Mika están buscando una forma de sacarte de este lugar, pero si tu madre se entera es muy capaz de asesinarte hoy mismo mientras duermes.
—Tessa, ¿me traerías tarta de fresa? —frunce el ceño y cuando cae en la cuenta de que Roth el enfermero que mama contrato hace unas semanas para vigilar que todos los que estén en periodo de prueba hagan su trabajo como debe ser, me regala una sonrisa.
—Sabes que no puedo traer nada fuera de la hora de almuerzo y eso fue hace... —Levanta su mano y noto como mira el reflejo del hombre tras de ella con el mismo.
—Dos horas y treinta y siete minutos, niño. Hoy no será, quizás mañana ¿te parece? —Asiento como un niño pequeño y ella sale dándome una especie de señal con la mano en modo de "silencio"
"Lo que sea, solo mientras sea por ti"Somos capaces de hacer lo inimaginable, por una persona que nos necesite y nos importe en realidad.Angy.La bala rosa mi mejilla pero caigo justo a tiempo en el suelo evitando mi muerte segura, estoy agotada, los párpados me pesan y tengo el cuerpo hecho un asco. Me pongo en pie tan rápido como puedo y arrojo el cuchillo impactando justo donde quería, en la garganta de mi agresor quien cae despavorido; le doy una última mirada antes de trepar unos de los árboles en busca de algún otro contrincante, pero al no encontrar a nadie más opto por irme a casa.La silueta del chi
"Dentro del mismo infierno"Estar entre la espada y la pared, no puede ser peor que estar sin elección alguna.Tessa.Camino por los pasillos blancos del manicomio, los cuales enfocan la luz de las bombillas de una manera tétrica, no por la escasez sino por lo potente que se ven. El lugar está muy iluminado para ser de madrugada y el silencio me causa escalofríos, suspiro y noto como el vaho sale hace tanto frío que mis manos están heladas.— ¿En dónde están todos?—Pienso, por más que agudizo mis oídos no logro escuchar nada, incluso hubo un micro momento en el que pensé estar mue
"Contra pronóstico, solo por ti"Angy.Mika grita desde las afueras y caigo de cara al suelo desde la cama. Busco mi arma bajo la almohada y la cargo para luego quitar el seguro.—No voy a morir sin antes salvar a Dylan—pienso, olvido por completo arreglar mi pijama y corro hasta la salida.La puerta está abierta y hay señales de lucha por todo el lugar, los cuadros rotos al igual que la televisión, los floreros y el sofá rasgado. — ¡Angy!— la voz del chico me hace ponerme en modo de defensa y salgo apresurada pero con cautela.Trisha está a un
"Una mente perversa divida en dos""Podemos elegir con quien formar una familia, pero jamas tendremos la opción de escoger donde nacer y crecer"Tessa.Doy un pequeño masaje a mis hombros tras la jornada de trabajo que me dejo totalmente agotada, mi última actividad es dar la bienvenida a dos pacientes nuevos de nombres Támara y Claus quienes para su desgracia han vuelto a caer en este infierno que llaman sanatorio mental.Empujó la puerta frente a mí y mis ojos caen sobre los chicos atados a las sillas, con la mirada vacía y una sonrisa aterradora. Ambos me miran fijo y no puedo evitar escudriñ
"Dame una razón para ser cruel si todo en ti me dice que te trate bien"Hay personas que están para ti sin darte cuenta y justo a esas personas es a quien le fallas cuando no te importa nada.Angy.Quiero dejar de pensar por una vez en lo que sería de mi vida si aún tuviera familia, me gustaría pensar en tonterías en momentos como estos, en los que me encuentro sola en la habitación con una foto vieja de Dylan que su hermano menor terminó por regalarme cuando lo visité mientras tomaba una ducha y le amenacé para hacerlo.—Si estuvieras aquí todo sería muy diferente... —murmuro por
"Los recuerdos se van desvaneciendo con el tiempo"Dylan.Comienzo a tener mareos y dolores de cabeza poco usuales, los choques eléctricos se detuvieron hace semanas cuando le dije a mi madre que no recordaba nada de mi pasado.Mentí, recuerdo cada sueño como sí lo hubiera vivido y no soñado en mitad de la noche, ya no despierto gritando porque al menos reconozco que es real y que no.—Dylan, ¿quieres ir a jugar con tus amigos?Veo por sobre mi hombro a Tessa; Su uniforme blanco me causa nauseas debido a que me recuerda a los dos enfermeros que venían por mi cada madrugada para infringir dolor tanto físico co
"Pesadillas"Dylan.Despierto.Estoy en medio de la nada, para ser exacto en medio del vacío mismo.Todo a mí alrededor está de color negro, no veo más que oscuridad y una luz a penas visible es lo que me ilumina en este lugar.— ¿Estoy muerto? —Murmuro resignado, estoy comenzando a creer que fallecí en alguno de los tantos experimentos que hizo mamá conmigo.—No.Tras esa voz llena de maldad se escuchan pasos acercarse, bajo
"Entre cielo y tierra, no hay secretos ocultos"Galatea.Estar metida de cabeza en un mundo que desde un principio no es lo tuyo es algo asquerosamente aterrador, Lucia mi enfermera de guardia danza dentro de la habitación en busca de ropa que le sirva para atraer a dos enfermeros nuevos. No tendría nada de malo, sino fuera en mi armario donde está hurgando, si algo detesto más que a nada es que tomen mis cosas prestadas,¡Son mías y punto!—Querida, este vestido me luce. Está divino, mira como queda mi espalda al descubierto.La odio, el simple hecho de que la hicieran mi guardiana en este lugar me enferma, desde qu