***NARRA GRACE***
Cuando me recuperé totalmente de ese beso, caminé sintiendo que se me doblaban las piernas y me subí a mí auto. Me quedé hundida en el asiento de mi deportivo y como si me propusiera hacerme más daño a mí misma, busqué en una de mis redes sociales a mi amiga Angélica y entonces mi mundo se terminó de ir al demonio, cuando ví que inició una relación con Ángel, al día siguiente de que él y yo terminamos. Lo que me llevaba a pensar que quizás ellos ya se entendieran desde que él era mi novio.
Estaba furiosa y con miles de pensamientos espantosos dentro de mí, gritando desesperadamente por salir. Me sentía abatida, molesta pero sobretodo completamente estúpida. Decidí no quedarme ahí cómo tonta sentada en mi auto en el estacionamiento, me limpié las lágrimas y traté de calmarme aunque no del todo pude lograrlo, pues en mi mente seguía sintiendo los labios de Nicolás sobre los míos. Quise borrar esa idea de mi mente enseguida y decidí no irme a mi casa.
Fui a buscar a otra de mis amigas a Priscila, para convivir un rato y sobre todo para proponerle que fuéramos a ver a Diana, nuestra mejor amiga de sorpresa a Monterrey ese fin de semana. La extrañaba demasiado, Diana, Priscila y yo éramos amigas desde que íbamos al jardín de niños, pero una oferta de trabajo en Monterrey y un chico que la volvió loca nos habían distanciado, pues desde que inició su relación con su chico, no hablábamos mucho que digamos. Lo bueno es que las mejores amigas así pasáramos mucho separadas siempre seríamos amigas.
Llegando a casa de Priscila, estaba por tocarle la bocina del auto cómo siempre hacía cuando iba a verla, pero no hubo necesidad. Tan pronto me vio se aproximó a mí como si hubiera visto a un fantasma. Apenas pude bajarme de mi auto, cuando me embistió abrazándome y llorando desconsolada.
–Hola Priscila, calma amiga que yo también te he extrañado mucho. No llores que me harás llorar también a mí – Dije consolándola y devolviendo el abrazo – No sabes el día tan terrible que tuve hoy.
–Hola Grace, tampoco sabes el día que tuve. Me siento muy mal, estaba por salir a tú casa de hecho ya ha llegado el taxi que me llevaría contigo, no me sentía capaz de conducir así cómo estoy. Permíteme un momento, le pediré al taxi que se vaya.Permanecí de pie junto a mi auto, en tanto Priscila le decía al taxista que se retirara, ¿Qué habrá pasado para que Priscila esté tan alterada? Pensé dentro de mí. Ella de pronto volvió a mi lado y nos fuimos a sentar a una zona muy cómoda del jardín de su casa. Justo cuando yo pensaba que ya se le había pasado el episodio de llanto, ella continúo llorando.
–Priscila, por favor dime ¿Qué tienes? Me preocupa verte así – La abracé queriendo tranquilizarla - ¿Terminaste de nuevo con tu novio?
–Grace, cuando te diga lo que tengo te vas a poner igual o peor que yo – Respondió mirándome con tristeza – Hoy por fin tuve noticias de Diana.–Mira nada más, pues sí me pondré peor que tú. Esa ingrata de Diana quedó de llamarme pero desde que tiene chico, se le olvidó que tiene también a sus dos mejores amigas aquí y que la necesitamos – Manifesté mi molestia – Espero que al menos tenga una buena excusa, para haberte llamado a ti y no tomarse la molestia conmigo ni de enviar un mensaje, ni un W******p, ni nada.–Grace, es que no me estás entendido. No me ha llamado ella. Me ha llamado un chico llamado Boris quién era amigo de ella.–Dirás que ese Boris, ¿Es acaso el tipo con el que andaba Diana y por el que nos abandonó? No entiendo amiga, ¿Por qué te llamó él y no ella? – Cuestioné confundida – La verdad yo no sé ni supe nunca el nombre del novio misterioso de nuestra amiga.–Grace, siéntate por favor que no quiero que te pase nada cuando sepas lo que ha pasado. –De acuerdo, ya me senté. Dime por favor que me está matando la duda.–Diana está muerta y el asesino está prófugo de la justicia – Dijo Priscila así sin anestesia dejándome congelada – Boris es un amigo muy cercano a Diana y me ha llamado hasta ahora que pudo conseguir algún contacto de Diana, para comunicar lo ocurrido. Tengo que ir además a avisar a sus padres, cómo ellos viven aquí y ella estaba sola allá en Monterrey. Soy la primera persona que lo sabe.–No, no Priscila. Debe de haber un error, ¿Te dejó ese Boris algún número de teléfono? Quiero llamarle, esto debe de ser una broma de muy mal gusto. Está bien que Diana nos abandonara por su novio en cuestión, pero esto de decir que está muerta, se está pasando de la raya con su bromita – Declaré con mucho enojo.–Grace, no te estaría diciendo esto si no tuviera la seguridad. Tan pronto me he enterado me puse a buscar por mi cuenta en el internet y esto fue lo que he encontrado. Ven, te mostraré y si después de eso no me crees, entonces le llamamos a Boris.Priscila me condujo a uno de los salones de su casa, dónde tenía su computadora. Nos sentamos frente a ella y tecleó el nombre de nuestra amiga en el buscador de internet, al hacerlo se desplegó la amarga verdad. A Diana la habían asesinado, al parecer su propia pareja causando un incendió en su propia casa, pues sólo su cuerpo apareció en la escena del crimen y eso no era todo, el responsable andaba prófugo de la justicia cómo bien lo había dicho Priscila. No pude contener el llanto y al darme cuenta que todo era cierto y que mi mejor amiga y una de las personas más importantes de mi vida, ya no estaba más en éste mundo.
Abracé a Priscila y lloramos toda la noche y parte de la madrugada, aun negándonos a aceptar esa espantosa verdad. Me quedé a dormir con ella y por la mañana muy temprano, me retiré a mi casa ya que me gustara o no, tenía que ir a trabajar.
Llegué a mi casa, me bañe, me arreglé y bajé a desayunar lo cual tuve que hacer sin hambre. Ya que estuve lista, me puse de camino a la empresa llegando antes que de costumbre y para mí buena suerte ahí estaba mi padre.
Él apenas me vio entrar a la empresa, caminó a mi lado y entramos juntos a su oficina dónde él tomó su lugar y yo, presa del coraje y de la tristeza que sentía por lo de Diana no tuve ganas ni de tomar asiento. Al mismo tiempo, quise desquitar todo lo que sentía en ese momento, preguntándole a mi padre, sobre él tal Nicolás.
–Hola Grace, ahora sí ya puedo saludar a mi hermosa hija en la privacidad de mi oficina – Me halagó mi padre – No sé qué tienes de nuevo hoy, pero te ves bellísima. Tengo algo de lo que quiero hablar contigo hija, aprovechando que hoy no tengo ningún compromiso y estaré aquí en la empresa, siéntate por favor.
–Hola papá, ¿Quieres dejar los halagos para otra ocasión?, ¿Qué onda con este nuevo tipo que contrataste? Al que además no te dignaste a venir a atender y me dejaste hacerlo todo a mí – Creo que me debes una explicación.–A eso voy Grace, no te desesperes hija. Nos hemos quedado sin Director de Social Media y éste chico está muy bien recomendado por Lucas Ortiz, quién cada empleado que me ha sugerido para la empresa ha sido un acierto y de lo que quiero hablarte es justamente de eso – Comenzó a explicar mi padre – Quiero que trabajes con él en el Área de Social Media como su asistente y su mano derecha. Llevas ya mucho tiempo trabajando en la empresa y es hora que tengas mayores responsabilidades para cuando te toque asumir la presidencia de la misma, ¿Qué piensas hija?–Papá creo que no quieres saber lo que pienso. No es para nada bueno, mejor dejémoslo así, ¿Tienes trabajo para mí? – Quise desviar la conversación, sabiendo que iba a salir mal – Ya sé, le preguntaré a Carmen.–Graciela Zambrano Ávila, te he preguntado algo y quiero que me digas ahora, tu sentir y tu pensar – Exigió mi padre con autoridad.–Bien, tú lo has querido así papá yo no quería pelear pero ya que es inevitable. Yo soy tu hija y no hay manera en éste mundo en la que yo me rebaje a trabajar bajo las órdenes de ese tipo que además no sé si te das cuenta de que por muy preparado que esté es un pobre diablo papá. Discúlpame pero en esta vida existen los niveles y él está muy por debajo del mío, así que no hay manera en la que acepte trabajar cómo su asistente, ni cómo nada de él.–Tenías razón Graciela, íbamos a salir muy mal y ahora que sé todo el veneno que llevas dentro, no me dejas otra alternativa. Tendré que hacer contigo, lo que debí hacer hace años. A partir de este momento, tú vienes a trabajar a la empresa no cómo mi hija, sino cómo una empleada más, además de que cancelaré tus tarjetas de crédito y no te daré más dinero que el que te ganes aquí cómo parte de tu sueldo, vas a aprender a ganarte las cosas y a tener humildad. Te tendrá que quedar claro que no eres más que nadie. Ahora entrégame las llaves de tu auto y tú verás la forma de venir a trabajar. Aprenderás a ganarte la vida Graciela, a partir de éste momento, dejas de ser una princesa – Proclamó mi padre con un tono cruel, que nunca había escuchado en él.–Papá, no te entiendo en serio. No tienes por qué castigarme, cuando tú me pediste que te diera mi opinión – Expresé conteniendo el llanto – Olvida lo que dije y hagamos de cuenta que no me preguntaste nada. Si eso quieres entonces lo haré, trabajaré con ese tipo.–Ya dije Graciela, ahora sal de mi oficina y espera en el vestíbulo en lo que Carmen va a darte indicaciones – Dijo mi padre fulminándome con la mirada.Salí corriendo y llorando de su oficina. Bajé corriendo todos los escalones hasta llegar a la planta baja, sin molestarme en tomar el ascensor, cuando de pronto choqué con Nicolás, casi derribándolo al suelo. Él lejos de molestarse al ver cómo me encontraba yo, no dudó en querer ayudarme.–Señorita Graciela, ¿Le ocurre algo? – Preguntó con su seguridad impresionante – Sé que sin duda, uno de mis besos, sea lo que sea, lo podrá solucionar.
–No joven Nicolás. No me pasa nada. Ahora con su permiso solo quiero tomar aire – Pude apenas responder con un hilo de voz, pero él me atrajo hacía él y estrelló sus labios contra los míos dejándome indefensa ante el contacto por unos segundos.Finalmente después de sentirme sin defensas ante Nicolás, al fin pude zafarme. Él se quedó de pie mirando cómo me alejaba corriendo y llorando por el estacionamiento, unos instantes antes de correr detrás de mí.
***NARRA GRACE***Me sentía tan mal que al ir corriendo cómo loca por el estacionamiento para no ser alcanzada por Nicolás, me resbalé y terminé cayéndome sólo para darme cuenta que él ya se encontraba a mi lado y me ofrecía su mano para ayudarme a levantarme.–Gracias joven Nicolás – Dije sin ganas tomando su mano para levantarme del piso – Vamos adentro.– ¿Está bien, no se ha hecho daño?–No, en absoluto. Estoy bien.Caminé junto a él para volver, volví al interior de la empresa y busqué a Carmen para esperar a que me diera indicaciones, tal y cómo me lo había ordenado mi padre. Mientras la esperaba ahí en el vestíbulo de la empresa pude notar cómo la mayoría de los empleados se me quedaban mirando, tanto hombres como mujeres. Eso realmente en esos momentos, me
***NARRA NICOLÁS***Al día siguiente muy temprano me aparecí en la empresa con el fin de dar una excelente impresión llegando temprano. Me estaba estacionando y me sorprendí al ver llegar a la señorita Grace en un taxi, ya que pensé que por ser hija del dueño tenía que tener chofer o algo así. Me bajé de mi auto y detuve el ascensor dónde ella se había apenas subido.Era curioso darme cuenta que una chica cómo ella se pusiera tan nerviosa ante mi cercanía, apenas estuvimos solos en el ascensor, pude notar que sus manos comenzaron a sudar, traté de disimular que la estaba estudiando brindándole una sonrisa, a lo que ella interpretó cómo que le di pie para iniciar una conversación.–Buenos días joven Nicolás, veo que ha llegado muy temprano – Me saludó y me tendió su mano llena de
***NARRA NICOLÁS***Al día siguiente muy temprano cuando yo llegué a la empresa, me tomé el atrevimiento de pedirle a Carmen que le avisara a Grace que la iba a esperar en una cafetería que estaba a la vuelta de la empresa. Así que dejé mis cosas y me fui para allá. Tenía pensado tomar más acción con ella y no perder el tiempo en cosas de cortejarla y demás cómo sucedió con Diana, tanto para que al final todo quedara en una infidelidad por parte de ella, causando que yo reaccionara como lo hice privándole de la vida.Deseché esos recuerdos de mi mente, eso era parte de mi pasado y quería definitivamente vivir con Grace un presente. Me fueron a llevar la carta mientras la esperaba, siendo sincero ya me estaba desesperando cuando de pronto la ví llegar tan hermosa y tan nerviosa cómo siempre que estábamos cerca.–N
***NARRA GRACE***Esa noche cuando ya casi era hora de salir de trabajar, ví a Nick muy pensativo sobre todo después de lo que pasó hacía un rato con Priscila, pero no quise tocar el tema con él únicamente me limité a platicar con él un poco antes de irnos.–Nick, ¿Te falta mucho por terminar? – Lo abracé tiernamente – Sí quieres le cancelo a mi amiga y me quedo a ayudarte.–No me falta tanto Grace. Prefiero que vayas con tu amiga, parece que tienen un asunto importante que atender y no quiero interferir – Manifestó él muy tranquilo – Yo me las puedo arreglar sólo, ya me ayudaste mucho hoy.–Para eso estoy, para hacer la vida de mi Director de Social Media más fácil – Reí divertida, provocándole a besarme – Espero que esté cumpliendo con mi función aquí.&n
***NARRA NICOLAS**Nos fuimos con rumbo a mi departamento, Grace iba muy callada en el camino lo que claramente me demostraba que estaba bastante nerviosa. Puse algo de música para liberar un poco la tensión del momento y que ella pudiera relajarse un poco, pero al darme cuenta que no se animaba aún a pronunciar palabra yo rompí el hielo.–Grace, ¿Qué te gustaría que cenáramos? Puede ser lo que tú quieras, yo no tengo problema con nada de la comida.–Nick, lo que tu decidas está bien. En serio y muchas gracias por pasar por mí – Me sonrío agradecida – Tenía ganas de estar un rato más contigo.–Me pasa lo mismo Grace, quiero estar más contigo – Afirmé convencido – ¿Te parece que ordenemos comida china?–Sí claro que sí.–La ordenaré de una vez, para que
***NARRA NICOLAS**Al día siguiente muy temprano cuando sonó mi alarma, me sobresalté dándome cuenta que era muy tarde. Me levanté de un salto de la cama y me di un baño a la velocidad de la luz para irme rumbo a la empresa. Llegué dos minutos tarde y enseguida subí a mi área notando enseguida que mi bella Grace ahí se encontraba.– Hola Grace. Buenos días – La saludé dándole un beso intenso y apasionado – Disculpa se me ha hecho un poco tarde.–Buen día Nick, o más bien buenas noches – Río ella ante mi retardo – Carmen me ha dicho que así cómo llegaras pases a verla. Nos enviarán de viaje a algo de un cliente en la Ciudad de Saltillo, por unos días.– ¡Vaya, eso no la ví venir!, ahora mismo voy a buscar a Carmen. Gracias Grace.–Por nada Nick.Sal&i
***NARRA GRACE*** Salimos de desayunar Nick y yo nos fuimos caminando hasta llegar a la Plaza de Armas en el centro de la ciudad, caminamos un poco con el fin de conocer un poco los alrededores. Pensábamos en conceptos para la campaña de nuestro cliente y nos regalábamos uno que otro apasionado beso que me dejaba definitivamente con ganas de más. Lo peor de todo es que pese a que sabía que en algún momento de mi vida tenía que pasar eso, tenía que perder la virginidad con alguien, al estar dos veces con Nick muy cerca de que se diera el momento, lo único que logré sentir fue miedo y mucho. Tenía que pedir un consejo a alguien, así que después de caminar un rato con Nick, fuimos al hotel a recoger algunas cosas para podernos ir a una cafetería o algún lugar a comenzar con lo que tuviéramos para lo que faltaba de la campaña. Mientras estuve en mi habitación de hotel, decidí llamar a Priscila para saber lo del investigador y de paso pedirle un consejo, lo
***NARRA NICK***Ví a Grace aparecer en el Lobby del Hotel, no sé qué se había hecho pero se miraba más que bonita. Me puse de pie del sillón en dónde estaba sentado y tomé a Grace de la mano.–Grace, ¿Traes contigo todo lo que necesitas? De lo del trabajo – Pregunté preocupado por lo que nos ocupaba en el viaje – Yo ya tengo lo mío conmigo.–Nick, ya llevo todo. Dame un poco de crédito por favor.–De acuerdo, te lo daré. Mientras bajabas de tu habitación, ubiqué un café muy bonito dónde podemos ir a trabajar sin interrupciones. –Pues, ¿Qué estamos esperando Nick? Vámonos, que tenemos que comenzar a elaborar esa campaña.Partimos del hotel con rumbo a ese café que yo había encontrado por internet. Al llegar pedimos una mesa un poco apartada y en área de fumar, no podía faltar mi cigarro que junto con mi café era una pareja indispensable para mí. Una vez instalados en la mesa, Grace y yo sacamos nuestras respectivas laptops junto con todo lo necesario para realizar la campaña para la