***NARRA LU FABIANO***

Monterrey, Nuevo León

Entré con mi hija al probador y Julia y Grace, entraron juntas a uno, desde el mío, las escuchaba reír y yo me coloqué mi vestido. Nicky, se subió a una pequeña silla que estaba ahí dentro y fue la que me ayudó a subirme el vestido.

–Te queda muy bonito, mami.

No cabe duda, el rojo, era definitivamente mi color, se me veía precioso, como una segunda piel. Estaba por demás, bello, divino y espectacular el modelo, me lo iba a llevar. Salí del probador, para ver a Grace y a Julia y tal parecía, que ellas, se llevarían también lo que se probaron.

–Lu, te ves preciosa – Dijeron ambas – Te lo tienes que llevar, será pecado, que no lo hagas.

Yo había elegido este modelo porque me sentía muy bien con él, tenía una textura muy agradable y se pegaba muy bien a mis curvas y estaba divino el modelo, y a mi hija también le había gustado cómo se me veía, y ella tenía muy buen ojo.

–Mi mamita es hermosa – Dijo, Nicky – Pero ustedes, también lo son. Julia