***NARRA LU FABIANO***

Ciudad de México

Nicolás lo estuvo pensando y fue cuando aproveché y me acerqué a él, ya había bajado un poco la pistola, pero eso no quería decir que estuviera del todo calmado, yo ya no sabía cómo estaba funcionando su mente, antes tenía el poder de adivinar lo que pasaba por su mente por pura intuición, pero ya no lo conocía como antes.

–Quiero que estés calmado, Nicolás ¿Estás bien? – Le hablé como cuando discutíamos.

Me nacía del corazón tranquilizarlo, así había sido siempre, porque sabía que él traía una situación muy fuerte en su alma que no lo dejaba ser, una pena muy honda que siempre había vivido en su corazón y yo me había dado cuenta de eso, él no me lo tuvo que decir.

–No, Lu, no estoy bien, ellos se burlaron de mí. – Dijo ya más calmado.

– ¿Me dejas que ayude a Camilo, a soltar a Grace? – lo tomé de la mano y lo llevé cerca de la ventana.

Sentí cómo apretaba mi mano, estando más alejados, era menos probable que hiciera algo, le hice unas señas a C