Los días siguientes al encuentro con Sofía transcurrieron con una sensación de inquietud en el aire. Elena trataba de mantener una fachada de normalidad, pero Lucía podía percibir la tensión subyacente. Sabía que necesitaban hablar, pero no encontraba el momento adecuado.

Una tarde, mientras organizaban los materiales para el próximo evento comunitario, Elena finalmente rompió el silencio. "Lucía, ¿podemos hablar?" preguntó, su voz era suave pero cargada de preocupación.

Lucía dejó lo que estaba haciendo y se sentó junto a Elena. "Claro, Elena. ¿Qué sucede?"

Elena tomó un respiro profundo, como si estuviera reuniendo coraje para continuar. "No puedo dejar de pensar en lo que vi entre tú y Sofía. Sé que tienes un pasado con ella y eso me hace sentir... insegura. No quiero perderte."

Lucía sintió un nudo en el estómago. Sabía que la conversación era inevitable, pero escuchar las palabras de Elena le dolía profundamente. "Elena, tú eres mi presente y mi futuro. Sofía es solo una amiga de