[Valle](El día de la cena) El restaurante se cerró unas horas antes para poder preparar todo para la cena, 40 invitados, 2 menús, 8 cocineros como locos por toda la cocina y 2 chefs emplatando.— ¡Alejen los platos del fuego! — les digo mientras suelto uno de pronto por lo caliente que está — Si no, no podremos emplatarlo.— Sí, chef— escuchó al fondo.Lena entra por la puerta de la cocina lista para trabajar — ¿Cómo va todo? – le pregunto —¿Ya llegaron todos?— Pues la familia ya está afuera y los padres de Irina aún no llegan. Ella y Rodrigo están discutiendo en la parte de atrás.— Me informa. — ¡Qué raro! – le digo mientras termino de emplatar los aperitivos —Ten llévalo a la mesa, acomódalo con cuidado.—— Si Valle— — ¡Lena! ¿Diego ya está aquí?— — Sí, llegó junto con Valente hace unos momentos; es la sensación de la fiesta — dice pícara.— Gracias, ahora ve y pon eso dónde te dije.— Sigo emplatando los aperitivos rápidamente, junto a Jo, cuando termino me lavo las manos
[VALLE]Mi padre se levanta de la mesa —¿Vamos a la cocina, por favor? – nos dice a mí, a mi mamá y hermanos. Todos nos ponemos de pie para seguirle y Diego me toma de la mano — Ve, aquí te espero corazón— comenta. Vamos caminando hacia la cocina cuando escucho la voz de mi padre diciendo — Diego, ¿por favor? — y le indica con la mano que él vaya con nosotros. Él, sin dudarlo, se pone de pie de inmediato y me toma de la mano. Esto quiere decir que oficialmente hay un nuevo miembro en etas juntas "familiares". Tal vez un punto de vista diferente nos ayude a lidiar con los problemas.Entramos a la cocina y luego a la oficina. Mi padre cierra la puerta después de que Diego y yo entramos a lo último. Se respira la tensión, nadie dice nada, ni siquiera mi padre; aún no hemos asimilado qué pasó.— Parece que a los Sandoval Kuri nos encanta el drama —rompe Rodrigo el silencio.— Y cancelar bodas — agrega Valente.—Y casarse a escondidas — me susurra Diego al oído y yo sonrío.—¿Qué
[Diego]Diego y yo salimos del pasillo y nos dirigimos a la mesa donde la familia ya nos espera. Puedo ver a sus primos, sobrinos y tíos, y si una simple cena se ve así no puedo imaginar como será la fiesta de Año Nuevo. Nos sentamos en nuestros lugares al lado de Valente que ya está comiendo pollo.— Puedes comer lo que quieras, lo cociné sin picante pensando en ti, y bueno, la comida francesa tampoco lo lleva — me dice sonriendo.Me pone en el plato un tipo de tortilla con pollo arriba y un poco de crema y queso —Come amor, esto te va a gustar —me dice tierna.La veo de reojo y ella sonríe —En verdad no te enchilarás, te lo juro— me promete. Entonces le doy una mordida, es crujiente y me encanta, definitivamente me casé con la mejor cocinera de comida mexicana — ¿Qué es?— Indago. — Se llama tostada de pollo, ¿te gusta?— Me deja saber. — Me encanta – respondo — ¿De qué más hay?— Averiguo. — Bueno, hay de carne deshebrada. — Dale, dame una — le digo feliz.— Parece que eres de b
[VALLE] Y aquí estamos de nuevo en su avión, pero esta vez rumbo a Argentina. Diego y yo hemos salido un poco tarde de la fiesta ayer en la noche, por lo que venimos cansados y con ganas de dormir todo el vuelo, aunque mis nervios y mi emoción pueden más que el sueño. Los asientos son espectaculares, el espacio mucho más. De pronto veo las ventajas de viajar en un avión privado, la comodidad y sobre todo tener una habitación para nosotros si es que queremos descansar, él se comporta con naturalidad y yo solo podía aferrarme a su mano mientras caminábamos viendo lo exquisito que es el aeropuerto privado. Al entrar al avión me siento mejor, más cómoda y feliz — ¿Todo bien amor? — me dice mientras me abrocho el cinturón. — Solamente un poco nervios, pero nada que 5 whiskies me puedan quitar —bromeo, él se ríe conmigo. — Eres extremadamente graciosa Valle, no puedo creer que me la pase riendo contigo todo el tiempo. — Espérate a los 5 whiskies — le guiño el ojo y le sonrío. Diego
[DIEGO]Puedo sentir su cuerpo, como sus caderas se mueven lentamente en círculos mientras juego con mi lengua, se aferra a la sábana como si su vida dependiera de ello y eso me excita más. Con el pretexto de que el aire acondicionado estaba muy bajo y tenía frío a las 5:00 am he decidido quitárselo de la mejor manera que se me ocurrió y la verdad tenía que desahogar las tremendas ganas que tenía de ella. Escuchó como susurra mi nombre entre gemidos y una de sus manos se cuela hasta mi cabello y lo jala suave solo como ella lo sabe hacer.— Diego, me voy a venir – me dice bajito mientras el movimiento de sus caderas se acelera para, después, escuchar lo que amo que salga de su boca, un gemido que anuncia la increíble ola de placer que siente en ese momento y que me contagia a mí. Valle sonríe, eso lo hace cada vez que tiene un orgasmo y eso yo exclusivamente lo sé yo. Tal vez ella no se dé cuenta, pero yo sí, y me fascina. Sé que cuando deje de provocar esa sonrisa algo estará mal en
[DIEGO]Observo a Valle atento mientras toma una taza de café viendo por la ventana de mi departamento, lleva puesta todavía aquella camiseta, trae el cabello recogido y sus gafas que a mi parecer le dan un toque muy sensual e intelectual. El calor está bastante fuerte en Buenos Aires, y la ciudad pareciera haberse convertido en un horno.— Regresa a la cama, corazón hace calor para salir de acá— le pido mientras entro de nuevo a la habitación con pan tostado en un plato y más café, los pongo sobre la mesa que se encuentra dentro del cuarto.— Tienes una gran vista aquí — me responde —no cabe duda que lo tuyo son las vistas.—— Así es, siempre la vista es mejor de mi lado — le comento mientras llego por atrás y la abrazo— Mmmm, tu cabello huele delicioso, ¿es chile? — le bromeo.— No, el champú de chile no vino a este viaje, es uno que encontré en tu baño ¿piso de soltero eh? — me dice curiosa.— No te voy a negar que no pasaron cosas aquí, pero si te puedo asegurar que ahora eres la
[Valle ] Observo cada rincón de su piso mientras él baja por la comida que ha pedido. Diego me juró que era uno de los mejores restaurantes de Buenos Aires y que no me iba a arrepentir de la comida que iba a probar. Confieso que me da mucha ternura verlo así, preocupado por lo que me va a ofrecer como si yo fuera un juez culinario y fuera a castigarlo si no me gusta lo que me da. En verdad, como de todo y no critico tanto, si no me gusta, no lo como, así de fácil. Su piso es demasiado de soltero, tiene las cosas necesarias, ni más ni menos, y el recorrer los estantes me ayuda a ver su pasado, lo que hizo o hacía antes de que yo llegara. Tomo una foto que tiene con su familia y la observo con detenimiento, esta es la familia de mi esposo, tan pequeña en número y tan grande en ideas. Debo confesar que aún me siento un poco cohibida por lo que pueda pasar, pero le prometí a él que ya no pensaría eso. Los padres de Diego se ven de carácter y sus hermanos se ven muy diferentes a los míos,
[Valle]En Buenos Aires hace demasiado calor para mí, aunque creo que la ropa que traigo para este viaje no ayuda mucho, así que planeo comprarme ropa más adecuada para sobrevivir este paseo y algo de bloqueador solar. He notado que Diego también aquí es diferente, es más reservado, precavido, en pocas palabras más tenso, tal vez porque la vorágine de la gran ciudad lo lleva a ser así. He tratado que esa tensión no me afecte, pero después de algunas cuadras caminando y "huyendo" en cierta manera de quienes lo reconocen y los encuentros, vuelvo a sentir esa sensación que tuve cuando se anunció mi matrimonio con él. Me siento en una de las bancas que se encuentran en el parque y trato de controlarme.— ¿Estás bien corazón? — me dice Diego, preocupado.— Sí, solo tengo mucho calor—miento.Él me abraza, por primera vez en este paseo él se atreve a hacerlo sin que le importe quién está alrededor.— ¿Qué te pasa Valle?, ¿es algo que hice?—me pregunta en un susurro. — No, no, esta vez soy yo