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No puedo hacerle esto

Capítulo 5

A la hora de la cena, estamos los tres sentados con nuestra cena frente a nosotros, cada uno sumergidos en sus pensamientos, algo fuera de lo normal, pues siempre estamos bromeando. Por lo general Alex nos relata todo lo que pasa en sus prácticas de música y Bridge sobre ese chico misterioso que la tiene loca, pero del que no revela su identidad.

—¿Mal día el de hoy? —levanto la mirada hacia ellos, alejo el plato de mi sin apetito.

—Ni lo preguntes, nos cambiaron de profesor y para el nuevo no estoy a la altura— dice mi hermano, Alex, muy enojado. Hace el plato a un lado y se cruza de brazos.

—Recuerda que cada día debemos aprender a superarnos, tómalo como un reto y esfuérzate mucho más para alcanzarlo, tú lo haces muy bien, lo vas a lograr— lo animo, él me regala una sonrisa.

—Gracias hermanita, y tu Brid ¿Cómo va tu romeo?— con ánimos renovados me ayuda a relajar un poco el ambiente.

—No quiero hablar de eso— dice tajante. Suelta el cubierto de golpe haciendo que este termine en el suelo esparciendo un poco de comida.

Alex y yo brincamos en nuestros puestos por su reacción, ella no suele portarse de este modo.

—¿Problemas en el paraíso?— Alex bromea, pero recibe una mala mirada.

—Sabes que puedes contar con nosotros, cuéntanos que pasa— trato de persuadirla posando mi mano sobre la de ella, pero lo único que consigo es quite su mano con brusquedad y se levante de su lugar con intenciones de retirarse.

—Ojala yo pudiera estar en tu lugar— dice antes de salir completamente del lugar, eso me dejo fuera de sí.

—No te preocupes, ya se le pasara —mi hermano coloca su mano sobre la mía y me da un leve apretón.

—Pero ¿por qué está actuando así? No entiendo que hice para que me trate así —le pregunto dolida, nunca había recibido un trato así de ella.

—Nuestros padres estuvieron aquí para el almuerzo y hablaron con ella en el despacho, decidí esperar en su cuarto para saber qué pasaba y a los minutos entró llorando, lo único que decía era... "él no la merece, yo soy mejor mujer que ella", cuando se percató de mi presencia me sacó a empujones— me cuenta pensativo.

Cada vez entiendo menos.

—¿Has logrado averiguar algo?

—Aun nada, pero esta noche puedo sumergirme en la investigación, mañana no tendré clases en la mañana, en cuanto sepa algo te lo haré saber enseguida —promete dejando un beso en mi mejilla y se va a su cuarto.

Tapo la comida de los tres y los guardo, mañana Belkis vera que hará con eso.

Paso por el frente de la habitación de mi hermana y me debato en si entrar o no, al parecer ella tiene las respuestas a las preguntas que tanto rondan en mi cabeza. Giro la manila entrando a su cuarto, todo está oscuro, su cama está vacía, pero veo a alguien en el balcón, me dirijo hacia allí y la veo con su semblante triste, me siento a su lado.

—Sé que algo no muy grato te está pasando y quiero ayudarte, cuéntame qué está pasando. Por favor —inclina su cuerpo al lado opuesto de donde estoy.

—No quisieras saberlo... es mejor que dejes todo tal cual esta— intenta escabullirse pero la tomo de la mano y la veo con mirada suplicante —no hay nada que se pueda hacer para evitarlo.

—Por favor cuéntame, soy tu hermana— ella sonríe de una manera que me desconcierta.

—Hace un par de años, en unas de las fiesta que mi padre organizó conocí a un chico— dice perdida en sus recuerdos, me acomodo y trato de no perder ningún detalle— atento, amable, de mirada cautivante... me atrapo desde el primer momento en que lo vi, no te lo puedo negar. Cuando mi padre se enteró me prohibió todo contacto con él, hasta me tenía vigilada, varias noches me escape para estar con él, pero nada funcionó, siempre nos descubrían. Muchas veces les preguntaba por qué no podíamos estar juntos y su respuesta siempre fue "Él no te pertenece"— noto cierta amargura en su voz, mira directo a mis ojos— nunca entendí esa respuesta. Pasaron los meses y él se iba alejando de mí, no respondía mis mensajes o llamadas, fui a su trabajo varias veces y nunca podía atenderme, fui a su casa y nada. Me sentía perdida, desesperada. Aun lo amo, aunque ahora comprendo que él no me pertenece.

»Por eso, decidí irme a Francia y estudiar por allá, no quiero estar aquí, no quiero tenerlo tan cerca sabiendo que él no es mío, ni será mío— Al mirarme veo odio en sus ojos, tanto así que, por primera vez siento temor de mi hermana, trato de controlarme para que ella no lo perciba. Se levanta del asiento y se va hacia la baranda— hasta hace unos días me sentía con esperanza de poder recuperarlo, pero me estaba engañando a mí misma, que ingenua fui, ellos tienen todo planeado.

—¿Ellos quienes Bridge? —me acerco un poco a ella para no perder detalles de lo que dirá a continuación.

—Mis padres, es decir, nuestros padres— se gira hacia mí, la manera en que lo dice hace que tenga dudas de todo de lo que me rodea, quisiera saber de una buena vez todo lo que está pasando y que me están ocultando— ese hombre del que te estoy hablando es Umar.

Al escuchar su nombre quedó en shock, nunca me hubiese imaginado que el hombre con quien mis padres quieren que me case es el mismo hombre del que Bridge está enamorada, ahora entiendo tantas cosas, porque se empeñó en que escapara, porque sus miradas entre ellos, porque mi madre siempre los separaba, su molestia cuando le dije que no me escaparía y el por qué se encerraba en su habitación cada vez que llegábamos a casa, ¡oh por Dios! ¿Cómo podría hacerle esto a ella?

—Tienes el camino libre, mañana mismo me voy a Francia, ellos me quieren lejos —se gira quedando frente a mí y se cruza de brazos.

Dicen que los ojos son las ventanas del alma, los ojos de Bridget me muestra que su alma esta echa pedazo. Rompiendo la mía tambien. No entiendo, no comprendo, como es que nuestros padres puedan ser capaces de quitarle, más bien, robarle la felicidad a una de sus hijas por un capricho, por dinero.

—Brid... yo... no...

—Hay cosas que nunca debieron suceder, pero ya no hay marcha atrás— entra a la habitación y se acomoda para dormir— al salir asegúrate de cerrar la puerta, mañana debo levantarme temprano.

Me dirijo a la puerta, sé que seguir insistiendo no lograre nada bueno, antes de salir del cuarto volteo a verla, quizás por última vez y me marcho sin decir nada más.

Me voy a mi habitación y me tiro en la cama pensando en todo lo que acabo de descubrir, me cuesta mucho asimilar todo lo que me ha contado, no dudo de su palabra, pero aún hay muchas cosas que no entiendo, tengo que hablar con él.

A la mañana siguiente, me alisto y me preparo para salir pero no al instituto, pase toda la noche pensando en todo lo que me dijo Brid y tengo muchas preguntas y hoy empezaré por Umar, no será fácil pero debo intentarlo. Me quedo en la entrada esperando por Él, no pasa mucho tiempo cuando veo estacionar su carro frente a la casa, me dirijo rápido al carro y así evitar que él baje, cuando voy a cerrar la puerta veo hacia el balcón de Brid y allí está ella con un semblante inexpresivo, se da media vuelta y regresa a su habitación.

—¿Tantas ganas tienes de verme? —se quita los lentes y sonríe de medio lado, se acomoda frente al volante, dirigiendo toda su atención a mí— pensé que después de nuestros mensajes de anoche tendría que sacarte de tu habitación.

—Necesito que hablemos, llévame a un lugar donde podamos hablar sin que nadie nos interrumpa —le pido. Hablo con tanta rapidez debido a los nervios que se me traba un poco las palabras.

—Si lo que quieres es estar a solas conmigo no tienes por qué buscar excusas, solo debes pedirlo —su sonrisa se ensancha, se coloca nuevamente los lentes oscuros y enciende el carro poniéndolo en marcha— después de todo, te gusto lo de ayer.

—No te pases de listo, además, puede que esta conversación te interese y mucho —trato de controlarme y mostrarme seria.

Se me quedó viendo analizándome, pero no me permití reflejar nada y evitar que él sospechara algo, volvió su vista a la carretera y se desvió hacia las afueras de la ciudad, al principio me asuste porque no conozco este lugar, trato de relajarme y esperar que todo salga bien.

—Llegamos— estaciona el carro y se queda viendo al frente.

Estar tan cerca de él no es algo que me beneficie, él tiene algo que me desconcierta y necesito aprovechar al máximo esta oportunidad, me bajo del carro y observo todo a mi alrededor, estamos en un bosque, muy hermoso, al final veo un arroyo y me dirijo hacia allá, me siento en una piedra, Umar se sienta en otra que esta frente a mí y eso me tranquiliza.

—¿Qué sientes por Brid? Es decir, ¿alguna vez la amaste o solo fue un pasatiempo para ti? —le pregunto sin rodeos, el tiempo es oro, quizás logremos evitar que ella se marche.

Se sorprende por mi pregunta, al punto de que su rostro de playboys se le cae en seguida. Se repone rápidamente endureciendo su expresión.

Aquí vamos otra vez.

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