"P..pa."

El cuerpo de Rafael temblaba violentamente, su voz parecía atrapada en su garganta, una sensación extraña se deslizaba en lo más profundo de su corazón.

¿Es así como se siente ser llamado papá? Solo una palabra, pero capaz de hacer que el mundo de Rafael se tambaleara.

"¡Papá!" llamó Justin de nuevo, esta vez más fuerte y seguido de risas.

Rafael extendió los brazos, esperando a Justin en su abrazo.

El niño obedeció, avanzó para abrazar fuertemente a Rafael, a pesar de que la madre de Amarta le había advertido que no se acercara fácilmente a extraños. No se podía negar que el vínculo emocional entre ellos era bastante fuerte, aunque Justin apenas había conocido a Rafael unas pocas veces.

Las lágrimas no podían contenerse por la felicidad abrumadora que sentía, cerró los ojos mientras acariciaba suavemente la espalda de Justin con una mano.

En su habitación, Anna escuchó y presenció lo que ocurría afuera. Se cubrió la boca con la palma de la mano para que su llanto no se escuc