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Capítulo 2 “Una víctima inocente más.”

(Septiembre 14 de 2012 Cd. De México.)

(Doctor David Ramírez Cortez.)

Una tarde de septiembre cuando ya me retiraba después de estar reunidos en un café, con mis amigos recibí un mensaje de la secretaria de mi padre.

La policía había estado  tratando de encontrarme, pues a mis padres los habían asesinado.  Un hombre los había  asaltado y les había disparado sin motivo. Y yo no estuvo presente en el hospital para ayudarlos, pues mi turno había terminado y había apagado mi teléfono móvil, eso me dolió tanto que maldije a la muerte en ese momento por llevarse a dos buenas personas que fueron asesinadas sin motivo aparente pues no se resistieron al asalto.

            Un par de días después de los funerales estoy deprimido y voy a visitar a Alex a su despacho

-Hola Alex, que tal estas.- dijo al entrar

-Hola, yo bien y tu como estas, tenía varios días que no te veía que te paso? Te vez fatal!- le responde Alex

-No sé qué paso, no lo entiendo, tuve una operación muy delicada, pero perdí a mi paciente.

-Bueno dices que la operación era delicada, acaso fue a consecuencia de la operación?

-No eso es lo que no entiendo, si era difícil y delicada, pero la chica salió bien, es mas ya había salido de cuidados intensivos y no corría peligro alguno, pero de pronto le sobrevino un infarto y murió por el paro cardiaco, no sé qué fue lo que hice mal, no lo entiendo, era tan joven y bella, solo tenía veinte años; porque se fue una vida que tenía todo por delante, esa maldita muerte no perdona nada.

-David no te pongas triste, porque si tú te mortificas te vas a poner mal, además no está a tú alcance, hiciste todo lo posible no es así?

-Claro que sí, pero no pude salvarla

-Dios sabe porque hace las cosas, no te pongas triste, pues no pudiste evitarlo.

-Es que la muerte no respeta edades ni sexo, cuando hay muchos ancianos que lo único que desean es irse ya a descansar pues están cansado y enfermos, pero no; porque mejor no muere un violador o un narcotraficante, o un asesino, esos no merecen vivir, pero ella?

-No lo sé David, si yo pudiera ayudarte a remediar esto te juro que lo haría.

-Lo sé hermano, lo sé, anda vente conmigo, ya termine en el hospital por hoy, vayamos a tomar una copa, tal vez me calmo y mi humor cambie y terminemos divirtiéndonos.

-Vale, yo también termine aquí, así que te sigo, mas no quiero terminar como cucaracha fumigada así que solo un par de cervezas y ya.

-Vamos que te conozco Alex, dices un par de cervezas y termina siento un veinticuatro completo.

-No para nada, mañana tengo trabajo y tú también.

-Bien un par de cervezas y después café.

            Los dos salimos del despacho de Alex con rumbo al Bar Coyote Ogli, si el nombre es el mismo de esa película, y aunque aquí las meseras no son aspirantes a actrices ni a músicos, son buenas bailando y cantando, así como en hacer malabares con las botellas a la hora de servir, lo que llamaba la atención de todos los clientes hombres y mujeres, el show por llamarlo de alguna forma tenía horario especifico, eso y que Katy la dueña había puesto pantallas en donde se transmitían deportes, y eventos especiales de los llamados Pago por evento. Así que el bar siempre estaba lleno.

            Y Mientras nos servían las cervezas, yo seguía con mi humor tétrico y deprimido, más que nada renegando de la muerte, pues para mí no era más que un ser frio que no se fijaba a quien se llevaba, sin distinguir edades ni sexo, ni estatus social, si era buena o mala, motivo por el cual la odiaba

-David y no crees que eso es lo que ella debe hacer? Digo y comenzara solo a llevarse a los ancianos enfermos, el mundo estaría sobrepoblado ya que solo morirían unos cuantos que pasaran de cierta edad, o imagina que pasaría que en las guerras con todo esa destrucción no muriera nadie, que solo quedaran lesionados o mutilados;  te imaginas la cantidad de hombres deprimidos, rencorosos y amargados que habría por estar así en lugar de morir? .   

-Es que no entiendes mi punto Alex, la muerte debería llevarse solo a aquellos que no son útiles a la sociedad, para que queremos a un narcotraficante, a un asesino, o a un pedófilo, ella lo ve todo o no? Entonces que se lleve a un maldito pedófilo que lastimo a una pequeña de siete años o a un niño de nueve.  Que se lleve al imbécil que vende drogas a las afueras de una secundaria envenenando a niños idiotas que se dejan enredar. Pero dime que mal hace una joven mujer de veinte años con un hijo pequeño que ahora está huérfano de madre?  Que daños hicieron mi padre y mi madrastra para ser asesinados? Que daño hizo mi madre para morir de cáncer?  No ellos eran personas buenas que fueron arrancados de este mundo cuando aún tenían mucho que dar.

-Y no has pensado David que si ellos no hubieran muerto de esa forma algo mucho peor les habría podido suceder?  Yo no sé los motivos de la muerte para llevarse a uno u otro, solo sé que Dios dio la vida y esta tiene un momento para terminarse, y la muerte solo está aquí para venir por esas almas, ella no los mata, bien podría ser el destino de cada uno.

-Aun así, ella podría perdonar a uno, solo a aquellos que merecen vivir.

-Ha ya.- fue lo único que dijo Alex antes de ver llegar a Eduardo quien tras tomarse una cerveza sugirió

-Porque no vamos a tu Casa Alex, y saludamos a Vi, hace días que no la veo

-Vale vayamos a mi casa y puede que Vi este de humor y nos haga algo rico para la cena. 

-Sigue queriendo poner su tienda de postres?- le pregunto

-Aún no se decide, ya le dije que puedo ayudarle pero me dice que debe pensarlo bien pues una repostería es un negocio de mucho trabajo y que debe siempre estar pendiente de las recetas y nuevos gustos en repostería. Ya la conoces.

Bueno pues si se decide avísame, yo también quiero ayudarla.- le digo y salimos del bar para irnos a casa de Alex, en donde Violeta ya se encontraba tras un día de trabajo en un pequeño restaurante como chef de repostería.

            Cuando Alex abre la puerta vemos a Violeta bajando las escaleras, debió ver mi cara pues pregunto

-Que les pasa a ustedes Tres, parece que perdieron una apuesta grande, en el partido de hoy. Vienen del Coyote?

-Si, pero no es eso, es que David siendo uno de los mejores médicos en el hospital civil, cuando pierde un paciente lo reciente mucho, como si se le hubiera muerto un familiar ya lo conoces y nos ha pegado la depresión.- escucho decir a Alex por lo que le doy un codazo

-pero David, tú sabes que los designios de Dios son inapelables, cuando Dios quita por un lado, te sorprende dándote algo más grande.- me dice Violeta viniendo a abrazarme como si me consolara, es tan dulce y comprensiva.

-Lo sé queridita pero no puedo evitarlo, no me gusta ver morir a personas que no lo merecen.

-Ya te entiendo, pero nada podemos hacer pues no está en nuestras manos. Díganme han cenado?- pregunto y los tres negamos con la cabeza y ella sonriendo solo nos dijo

-Y así se fueron al bar? Tendré que hablar con Katy, no debe darles alcohol si no cenan primero, les hará daño, eso lo sabes muy bien Doctor. Síganme y lávense las manos es hora de cenar.- nos regaños a los tres y como de costumbre la seguimos a la cocina en donde ella nos hizo la cena, claro que todos ayudamos, pues no era cuestión de agotarla después de un día de trabajo.

            Fue durante la cena que violeta me dijo

-David, sé que eres un magnifico médico, pero creo que deberías leer una novela que me recomendó una cliente, es estudiante de literatura y me dijo que el libro es bueno, mas no lo he comprado aun.

-Qué libro es Vi? – pregunto Alex

-Es una novela algo vieja, dijo que se llama “el ahijado de la muerte”

-Que esa no fue una película de “Jorge Negrete” de aquellas viejas películas de charros que le gustaban a mi mamá.- dijo Eduardo

-No, ella dijo que eran una novela clásica, no creo que hablara de una película de charros del años de mi bisabuela.- dijo Violeta

-Bueno déjame ver si te lo consigo, si es que lo quieres leer.- le dijo Alex

-mmm, no se puede que lo puedan conseguir en la librería frente a bellas artes, es una librería grande, si no lo consigues ahí dime para buscarlo por otra parte.- le digo a Alex.

            La cena termino y mi humor cambio un poco, mas no dejaba de pensar en lo injusta que era la muerte por llevarse a personas buenas y dejar que las malas sigan viviendo para hacer daño a otros.

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