Capítulo 5
Aiden se colocó frente al espejo de cuerpo completo de la habitación de Mathew, por más que trató de dormir, falló drásticamente. No pudo conciliar el sueño. Su vientre estaba más que crecido, aunque no podía decir lo mismo de su mano, la cual aun tenía pequeñas marcas que estaban tardando más de lo normal en sanar y sabía el porqué.
La única razón por la cual estaba en esa casa, era porque no tenía la más remota idea de dónde podía conseguir transporte e irse lejos. Al menos mañana podía decirse que tendría más dinero, Manu lo ayudaba en lo que podía, pero debía de buscar algún medio de salir de ahí.
Las gemelas tenían razón, Frederick sólo buscaba su felicidad en él y en nadie más. El quejido de Mathew lo alertó, el niño se estaba quejando mucho en la cama, se movía de un lado a otro.
— Pequeño alfa — se puso de rodillas frente a la cama — ¿Qué tienes?
— Duele mucho, mamá — sollozó — Me duele el cuerpo...
— ¿Dónde te due
Capítulo 6Aiden miró hacia los lados en el pasillo de la casa de Frederick, para ser más específicos el pasillo que daba a la habitación de éste. Con pasos cautelosos, sujetó mejor la toalla que envolvía su cuerpo e ingresó a la habitación. Cerró la puerta sigilosamente, escuchando el agua de la ducha.Tenía unos pocos minutos para prepararse y llevar a Mathew hacia la salida de la casa, como le era costumbre. Se puso el uniforme rápidamente, dejándose el botón abierto del pantalón. Dejó de escuchar la ducha y su corazón comenzó a latir a millón por hora. Recogió la toalla del piso y corrió hacia el pequeño armario en el que Frederick guardaba algunas cosas sin importancia.— Que no se quite la toalla, que no se la quite — repetía una y otra vez — Y se la quitó. Ay, no, no — se tapó los ojos, pero dejó un pequeño espacio entre ellos — Sus nalgas son más grandes que mi futuro.Aiden pasó saliva, rezando para que Frederick no pudiera sentir sus fer
Capítulo 7Aiden sacó la cabeza y después el cuerpo completo cuando no vio rastros del alfa en todo el pasillo. No sabía cómo debía de reaccionar ante lo que había dicho la noche anterior, el alfa era demasiado bipolar como para tener una relación normal. Ese día Mathew iba con ropa casual a la escuela por motivo de que era su presentación y no se veía muy feliz por eso, no era el tipo de chico que deseaba estar frente a todos.— ¿Ya se van? — Frederick salió de una de las habitaciones, cerrándola detrás de él.— Uh, si... ya nos vamos — dijo Aiden, sin mirarlo — ¿Deseas algo?— Iré con ustedes — tanto Aiden como Mathew lo miraron como si tuviese dos cabezas — Espéreme en el auto.— ¿Irás con nosotros? — Preguntó Mathew — Nunca vas conmigo a la escuela, ¿Por qué irás hoy?— Quiero y lo haré.— ¿No tienes trabajo? — Preguntó Aiden — Lo digo porque pasas mucho tiempo en la casa y ya no sales...— ¿Me estás tomando el tiem
Capítulo 8Aiden levantó una de sus manos y se la pasó por el rostro y luego la dejó caer de golpe sobre algo peludo. Su vista se enfocó de inmediato sobre el cielo del anaranjado. Mathew se movía de un lado a otro en sus piernas, frunció el ceño cuando vio una de las patas de Frederick sobre su vientre, y en lugar de asustarse colocó su mano sobre su cabeza después debajo de su oreja, logrando que éste ronroneara.Mathew se quejó porque no estaba recibiendo la atención que quería de su madre, por lo que Aiden rió y también acarició el pelaje de Mathew, ahora entendía porque había dormido tan cómodamente y sin ninguna pesadilla.— Les traje comida — Mikel dejó una canasta junto a él — Dudo mucho que hayan comido algo.— Uh, gracias — le sonrió — No tenias que molestarte.— Descuida — le guiñó un ojo — Me has quitado un peso de encima — señaló al gran lobo negro y rojo que dormía a su lado — No vemos después.Aiden quitó de forma lent
Capítulo 9Aiden dejó la cuchara dentro del recipiente y luego bajó la mirada apretándolo contra su cuerpo. No había calculado que Frederick quizás estaría vigilando cada uno de sus movimientos como si fuese una lapa. Tenía antojo de ese helado, pero ya no estaba seguro de si debía de seguir comiendo.El alfa se mantenía en silencio, viendo cada uno de los gestos que hacia el menor. Era una noche helada, por lo que se preguntó si el menor no tenía frio al usar esa prenda tan reveladora. El olor a un omega asustado le hizo darse cuenta de que en verdad Aiden estaba luchando para no ponerse a llorar por verlo tan cerca, había sentido que algo malo pasaba cuando sintió la puerta de la habitación de su hijo ser cerrada y los pasos fantasmas de Aiden se escuchaban por todo el lugar.— Ya... ya me iba — se movió hacia un lado para evitar el contacto con el alfa, pero éste imitó su acción — ¿Puedes moverte, por favor? Estás muy cerca...— Siempre dices e
Capítulo 10Aiden dejó salir un largo gemido, abrazó el cuerpo que se cernía sobre él. Su respiración se escuchaba forzada, sus piernas temblorosas se aferraban al cuerpo que lo estaba poseyendo. Se sentía tan bien, que deseó el poder quedarse de esa forma mucho más tiempo del que hubiese deseado.No se comparaba a nada de lo que alguna vez experimento cuando estaba en prisión o antes de entrar. Frederick lo tocaba, Frederick le decía palabras dulces que lo hacías suspirar, Frederick lo miraba a los ojos y le pedía que no los cerrara por más que su mente y cuerpo se lo pedían.El alfa en ningún momento soltó su mano, todo lo contrario. La apretaba cada vez que el omega también lo hacía, había valido la pena el inducirse el celo por un día para saber si podía tener más que unos simples besos. Era una faceta nueva del alfa, no podía creer que se comportara de esa forma, pero tenía miedo de que todo se acabara, que el bien trato se alejara.— No cier
Capítulo 11Aiden estaba sentado en el colchón con la mirada sobre el suelo, sus mejillas estaban húmedas de tanto llorar. No tenía idea de quien le mandaba esas cosas, pero quería tenerlas; era lo único bueno que podía tener y lo que podía comprar con lo que Frederick le pagaba. Se había asegurado de que la puerta estuviera con seguro, pero estaba al tanto de que el alfa podía derribarla si lo deseaba.No quería ver a nadie, pero Mathew estaba ladrando fuera de la habitación y rayando la puerta con sus garras. Escuchó el llamado de Frederick hacia el cachorro y supo que era cuestión de tiempo para que entrara.Con algo de esfuerzo fue hacia el baño y se encerró en el mismo.— Aiden — el omega se quedó callado — Sé que estas en el baño, puedo olerte.— Pues huele el gas que me tire — respondió, de vuelta — Quiero estar solo.— Tenemos que hablar — arrugó la nariz — Mathew está aquí también — Aiden se acercó a la puerta — También quie
Capítulo 12— ¿Qué demonios haces aquí? — Gruñó Frederick — No te di el permiso de llegar a mi casa como si fuera tuya.— Pero también es mi casa, amor — se acercó al alfa — Tengo todo el derecho de estar aquí y decirte...— No me digas absolutamente nada — miró por encima del hombro de Nicholas, para saber si Aiden estaba — Mierda — fue todo lo que dijo cuando no lo vio — ¿A qué has venido?— Quise volver contigo — caminó por la sala, viendo los cambios que habían — Nada de esto lo dejé aquí.— Ni que fueras importante, te lo he dicho cientos veces — abrazó más a su hijo — Ni siquiera te acuerdas de que también tienes un hijo.— Oh, sí — miró a Mathew — Mi dulce bebé alfa.— Quiero ir con mamá, papá — Mathew se aferró al cuerpo de su padre — Sácame de aquí.— Dulce bebé — Mathew sollozó, cuando Nicholas tocó su brazo — Aquí estoy.— Tú no, tú no eres mi mamá...— Ven, pequeño alfa — Aiden apareció, con un
Capítulo 13Frederick observaba a Aiden dormir en sus brazos, estaban completamente desnudos sobre la alfombra de su oficina, sabía que era la hora de la siesta del chico por lo que lo dejó descansar después de pasar unas lindas horas unidos. Las patadas que le daba el bebé contra su abdomen le hacían saber cómo se encontraba. Aunque era un embarazo de alto riesgo, Aiden se cuidaba perfectamente bien, tomaba sus medicamentos al día para que todo saliera bien.Se sentía extraño el decir que era su omega y que estaba embarazado. Se movió un poco dejándolo descansar en la alfombra. Le colocó un cojín debajo del cuello y luego se puso el pantalón para salir de ahí.— Al fin sales — dijo Nicholas, saliendo de la cocina — Y hueles a sexo.— No es algo que te deba de importar — le recordó — ¿Qué haces aquí todavía?— Es mi casa, y no me iré de aquí hasta que desee hacerlo.— No es tu casa, y no te lo volveré a repetir... no tienes nada aquí