—Clarissa, ¿y ese tipo con el que vienes? ¿También vas a traerlo para el divorcio? — Luca bajó la voz, y algo avergonzado pues no quería que los reporteros lo escucharan. Maxence jugaba con su celular, pero, al escuchar eso, levantó la mirada, sonrió con desprecio y miró la cara frustrada de Luca. Luca recordó de inmediato el día en que Maxence le falto al respeto, tirándolo en el suelo y echándole agua fría. Un escalofrío le recorrió el cuerpo. No se atrevió a provocarlo otra vez así que, enojado, entró a la oficina del registro civil. Luca ya había dejado todo listo, y los empleados estaban esperando. Cuando vieron a los tres entrar, sus caras cambiaron un poco. Ya sabían, por las noticias de la noche anterior, que Luca tenía una amante. Esa noche, después de una llamada de un superior, se les pidió que apartaran tiempo para atender a Luca y Clarissa en su divorcio. Cuando vieron los chismes en línea, los empleados ya sabían que Luca tenía varias mujeres, pero no pensar
Los recuerdos de todo lo que vivió con Luca pasaron por su mente como una película. La luz suave de la habitación caía sobre ella, destacando su linda figura. En ese momento, Clarissa no era la brillante mujer que recordaba. Su sonrisa ya no era tan radiante y, en su lugar, había una calma profunda, como si todos los males que había vivido le hubieran dejado cicatrices. Luca estaba de pie a un lado, con su mirada fija en ella. Antes del divorcio, había dicho tantas cosas crueles, pero ahora, cuando tuvo el certificado de divorcio en las manos, no entendía nada. Luca miraba a esa mujer que, al mismo tiempo, era una extraña que conocía muy bien, y una sensación de amargura lo invadió. Recordaba a la Clarissa de antes, siempre con una sonrisa confiada, con los ojos brillando de esperanza por el futuro. Pero, después de casarse con él, su mirada se volvió triste, como si hubiera vivido demasiadas cosas. Pero, ahora, Clarissa parecía haberse transformado otra vez en la Clariss
Clarissa notó la mirada de Giulia, pero solo levantó los ojos y la vio con apatía. Para ella, todo era ridículo. Giulia, la mujer que había destruido su matrimonio y le había quitado a su esposo, ¿qué derecho tenía para mirarla de esa manera tan despreciable? Guardó su certificado de divorcio y levantó un poco su vestido mientras caminaba a la salida. Los reporteros, como si hubieran olido la sangre de su presa, se amontonaron enseguida, con los micrófonos casi chocando contra su cara y los flashes de las cámaras iluminando todo a su alrededor. — Clarissa, ¿qué piensa sobre su divorcio con Luca? — preguntó primero un reportero de cierta edad, con un tono de duda. — ¿Es cierto que Luca se divorció de usted por haber obligado a Giulia a no tener el bebé? ¿Puede confirmarnos esta versión? — insistió otro, más joven, con una pregunta más directa. — Clarissa, ¿por qué odia tanto a la mujer que tenía al hijo de su esposo? ¡Responda algo por favor! — dijo otro, el de gafas, con una
En ese bullicioso pasillo, Clarissa ya estaba por irse y por fin terminar con esa incómoda entrevista. Pero una voz familiar la detuvo. — Clarissa, quédate por favor donde estas — la voz de Luca sonó por el pasillo, llena de enojo y autoridad. Él caminó dando grandes pasos hacia ella, mirando directo a los ojos a Clarissa. — No puedes irte así. Los reporteros enseguida se enfocaron en ellos, los flashes comenzaron a brillar otra vez, y los micrófonos apuntaban a sus labios. Luca estaba molesto, y su voz era grave y áspera: — Giulia perdió el bebé por tu culpa. Tienes que darles una explicación a todos. Sin importar las miradas de los demás, Luca bloqueó el paso de Clarissa, exigiendo que ella hablara sobre lo que había pasado con Giulia. Giulia estaba cerca, mirando con una sonrisa de satisfacción. Con las manos sobre su vientre, con unas pocas lágrimas que se escurrían por su cara, como si tratara de mostrar su debilidad y sufrimiento. Sabía que todos los ojos estab
No, no podía dejar que Clarissa tomara ninguna ventaja, ¡si lo hacía, ya no tendría oportunidad! De repente, Giulia se escondió tímidamente detrás de Luca, mirando con una expresión de miedo y confusión a Clarissa. — Clarissa… ¿Cómo te atreves a casarme después de todo lo que me hiciste? — Su voz temblaba con odio. — Ese niño era el mayor deseo de mi corazón. Sé que cometí un error, si quieres no me perdones, puedes odiarme… pero no deberías haberme hecho perder a mi hijo… — Giulia dijo entre sollozos. Las caras de los reporteros cambiaron al instante. Los flashes no paraban, y las preguntas de los reporteros volvieron a sonar con fuerza. Clarissa se quedó ahí, enfrentando todas las preguntas, pero su expresión seguía como si nada. — Señorita Clarissa, ¿quiere decir que Giulia la está acusando de obligarla a abortar? — preguntó un reportero en voz alta, seguido de otros que soltaron un sinfín de preguntas. La situación empezó a descontrolarse. Giulia, por su parte, segu
—He estado intentando alejarme de la familia Ferrucho — continuó Clarissa, —Pero tú quieres lo contrario. Pues bien, ahora te dejo libre el puesto de esposa de Luca. Bienvenida a tu peor pesadilla. Les deseo a ti y a Luca toda una vida de amor, que sean felices para siempre. A ella parecía no importarle nada Luca. Con una actitud tranquila, le deseó que fueran felices enamorados. Giulia aún sentía ese nudo en la garganta, las lágrimas comenzaron a desbordarse de sus ojos. Se sentía muy impotente, como si el mundo se estuviera cayendo. Luca, al ver esto, no pudo evitar gritar: — ¡Está diciendo tonterías! — su voz sonaba llena de ira. ¡La familia Ferrucho no podía estar tan descontrolada! Clarissa claramente estaba inventando todo. Clarissa se rio y miró fijamente a Luca: — Cuando puedas controlar lo que tienes entre las piernas, ven y háblame de esto. Sus palabras fueron directas, dejando a Luca sin palabras e incómodo. Justo cuando Luca pensaba acercarse a Clariss
Se armó un gran escándalo en internet. — Clarissa es muy hermosa. Yo entré para decir un par de bobadas, pero cuando vi el video no pude quitarle los ojos de encima. — ¿Ese Luca está ciego o qué? ¿No se da cuenta de cuál es la más bonita? ¡Tiene una esposa tan hermosa y sigue con la tonta de la amante! — ¡Me dejé llevar! La otra acaso sirve para algo, ¿no? Ayer la esposa la tiro por unas escaleras y la hizo abortar, y al día siguiente ya estaba allí para ver cómo se divorciaban. ¡Qué rápido se recuperó la otra! — ¿Nadie ve lo fastidiosa que es la amante? ¡¿Qué hace metiéndote donde no te llaman cuando están en medio de un divorciando?! ¡¿Qué se cree esa brincona?! ¡Miren con se queda detrás de Luca como nadie la viera, patético! ¡Solo falta que pongas un cartel que diga "Vine a robar un esposo"! Claramente, esto era muy diferente a lo de ayer. Ayer, todos criticaban a Clarissa, y cuando alguien mencionaba a Giulia como la amante, otros decían: — ¡Las amantes también tiene
La situación en el Grupo Financiero Ferrucho se volvió un desastre. Antes de que Luca y Clarissa se divorciaran, toda la red estaba atacando a Clarissa, pero la empresa no había sido criticada. Sin embargo, ahora el foco de la atención había cambiado, y Luca era el nuevo objetivo. Además, en el grupo ya no podían seguir ocultando la situación a Enrico. El consejo de administración ya estaba enterado de todo. Antes de que los empleados le informaran a Enrico, los accionistas y los altos ejecutivos ya lo estaban llamando para exigir respuestas. Cuando Enrico empezó a recibir las llamadas de los altos ejecutivos, no entendía qué estaba pasando. Al ver las tendencias en Twitter, casi se desmaya de la rabia al ver las palabras en la lista de destacados. — ¡Me lleva la mierda! Enrico no podía ni hablar bien de la furia que sentía. Sabía que su hijo era mujeriego, pero siempre había sido inteligente. ¿Cómo pudo volverse tan tonto de repente? Llevaba tiempo advirtiéndole, le había