capitulo 34. No te puedes esconder de él. —¿Abi, estás viva? Me alegra tanto de saber que estás bien...—mi pequeña bebé comienza a llorar y ella la mira extrañada. —No me digas que ella es...— —Ella es tu nieta —sonrío y asiento con la cabeza. La señora Margarita me entrega a mi bebé, y yo se lo muestro a mamá. —No me lo puedo creer, mi pequeña ha crecido y ahora es madre también—. Mientras habla no puede dejar de llorar, se acerca hasta mí de nuevo y esta vez extiendo mis brazos para que coja su nieta. Pasamos todo el día en casa de la señora Margarita y el señor José, ya tengo a otras tres personas más para agradecer. Hace poco más de un año no tenía ni una sola amiga, nadie me miraba, nadie me hablaba y ahora he dejado a un pueblo entero echándome de menos. Y voy a volver a dejar a estas tres buenas personas. Después de haber dormido y haber descansado bien. Mamá y yo nos dirigimos hasta la embajada, mamá ha traído todos los papeles que ha encontrado. Esperamos que co
Capitulo 35. Reencuentro No sé si nerviosa es la palabra más adecuada para expresar como me siento en estos instantes. Porqué me siento morir por dentro una y otra vez. Alam debe de estar por llegar y no sé si me asusta más la idea de verlo después de un año o de decirle que hemos tenido un bebé. Estoy sentada junto a mi hija cuando escucho como un coche estaciona en la puerta. Estoy tentada a levantarme y dejar a mi bebé, pero no, debo de ser fuerte y aunque le impacte lo que vea, cuanto antes pase mejor será. Segundos después tocan a la puerta, es mi madre la que se acerca hasta ella y abre la puerta. Puedo ver cómo Alam ingresa en el interior de la casa. No avanza se queda parado muy quieto mirándome fijamente. El ambiente está demasiado cargado, mi madre ha abandonado la estancia y nos ha dejado solos. Ninguno de los dos articulamos palabra, los segundos pasan y la tensión no deja de ser visible. Saco valor de dónde puedo y soy la primera en hablar. —Alam ven aquí ha
Capitulo 36. Sueños húmedos Extrañaba a Alam, extrañaba juntarnos y reírnos, mirarlo a los ojos y sentir ese algo; sentir en mi piel el deseo de acercarme más a él.No recuerdo el momento en el que me dormí. Estábamos los dos en el pórtico de la casa, era de noche, una noche de verano, la luna resplandecía y teñía nuestros rostros de un color pálido.Recuerdo mirarlo fijamente a esos ojos claros, y sentir un escalofrío recorrer mi espalda. En mi mente quería escapar, lo tenía muy cerca, moví mis manos y toqué la pared detrás de mí, de pronto mi espalda dio contra esa pared y él se acercó más, sin dejar de mirarme ni un solo segundo, sus ojos eran como un fuego intenso. El ambiente comenzó a tornarse pesado, y me repetí “algo va a pasar”. Nos inundó un silencio incómodo.Intenté apartar esos pensamientos de mi cabeza y miré al cielo estrellado. Lentamente volví mi vista hacia el, y sentí como mis piernas se juntaban, entre tanto él entreabría sus labios, remojándolos con su lengua. Yo
Capitulo 37. Desbordados por la pasión. Después del sueño que tuve anoche, no puedo obviar que deseo estar a solas con mi compañero. Y no quiero hablar quiero más bien hacer otras cosas, había olvidado que me había vuelto adicta a sus caricias. No entiendo porque trato de negarme a mi misma que lo deseo y lo más importante es que lo amo. Todo un año pensando en él y ahora que estoy aquí. Intentó evitarlo de todas las maneras. Pasare la tarde con Yami, creo que necesito distraerme y quizás hablar de cosas de chicas con ella. Supongo que una segunda opinión no tiene porqué estar de más No sé porque pero esa noche llevaba falda, medias negras y un abrigo, era una noche de invierno en Alaska. Aun no entendía porque me había vestido así y más para pasar una tarde de amigas en su casa. Si al menos fuésemos a un bar mi ropa tendría más sentido. Yo la reina del chándal, o el pantalón vaquero. En fin a veces tomaba decisiones que ni yo misma llegaba a comprender. Había bebido un poco
Capitulo 38. Tú no eres el único que ha sufrido.. Nunca subestimes la capacidad de un hombre para hacerte sentir culpable por sus errores. Después de nuestra noche de pasión Alan volvió a comportarse de manera distante. Esta vez no lo iba a permitir, o dejábamos las cosas en claro para empezar desde cero o esto jamás funcionaría. —¿Qué es lo que te pasa conmigo? —digo quitándole los papeles de la mano y mirandolo fijamente. Con cada palabra que sale de su boca el calor en mi interior sube, parece culpable por cada uno de sus errores. Es decir que es mi culpa que esa loca me secuestrara, es mi culpa que me tendieran una trampa, es mi culpa que ese horrible ser me tuviera como una esclava en su casa. En fin que todo es mi culpa y él es una víctima. Cuando me canso de escucharlo, levanto la voz y lo pongo en su sitio. Se de sobra con quien estoy hablando pero ya no tengo miedo, ya no soy la misma muchachita tonta que vine por primera vez aquí. —¿Acaso no te das cuenta de qué
Capitulo 39. Ojos rojos Han pasado tres meses desde que regrese a casa y las cosas no pueden ir mejor.Pero no puedo evitar sentir miedo, cada vez que me ocurre algo bueno en la vida algo malo viene después. Se que suena malo decirlo y es como atraer a la mala suerte pero es que es lo que me ha sucedido siempre.Desde aquella tarde no he vuelto a ver a Yami, siempre que intento contactar con ella, ella me sale con una excusa por lo que esta vez voy a tirar de influencias.Si no quiere ver a su amiga. No podrá negarse a ver a su reina.Con ayuda de Alam he redactado una carta oficial, el no parecía muy de acuerdo pero lo que no entiende es que estoy realmente preocupada por ella. No es que quiera meterme en su vida, pero siento que si no lo hago de este modo quizás no le quedé mucho más por vivir.Ojalá me equivoque llegue y este perfectamente, si pasa eso no me sentiré enfadada más bien todo lo contrario. Cómo le he mandado un requerimiento oficial no la puedo recibir en casa, por
Capitulo 40. Rey Vampiro No tengo fuerzas para levantarme, supongo que aquí estaré segura. Escucho gritos en el exterior de la casa, creo que se está librando una batalla. Escucho un golpe muy fuerte y veo como la ventana de la habitación se hace añicos. Han debido de lanzar algo, como puedo me bajo de la cama y comienzo a arrastrarme hasta el baño. Pero paro en seco cuando veo unos pies parados delante de mi. Con el miedo invadiendo mi cuerpo, levanto la cabeza poco a poco y veo que es un hombre el que está parado delante de mi, es un hombre alto, casi tan alto como Alan y bastante fuerte pero no es eso lo que llama mi atención sino más bien el color de sus ojos. El me levanta del suelo como si de una muñeca de trapo se tratase. Grito todo lo fuerte que puedo, pataleo y araño a mi secuestrador. Pero poco o nada puedo hacer, esto no me puede estar pasando otra vez. Veo como rápidamente nos acercamos hasta el borde de la ventana y este da un salto. Ahora sí que este es mi
Capitulo 41. Esto es otra prisión. Llevo aquí varios días, pensé que Alam llegaría antes a rescatarme. Pero veo que las cosas se están complicando. Antes habría dudado de que este me buscase, pero ahora estoy totalmente segura de que no parará hasta encontrarme. Sólo tengo que tener paciencia o ser un poco más rápida que él y escapar de esta prisión. Siento que me estoy empezando a devorar por dentro, si lo que pretende este ser es matarme de hambre lo está consiguiendo. Igual es que aquí las reinas tienen que morir y después renacer. El pomo de la puerta se mueve y está se abre. Una chica joven trae una bandeja de comida y la deja sobre el escritorio. Creo que se trata de la misma chica que me ayudó con el baño. Igual que entra sale de la habitación dejándome sola con la bandeja de comida. Me acerco hasta ella y la olfateo. La boca se me hace agua, ¿pero y si está envenenada? Descarto rápidamente esa idea de mi mente, si no pruebo la comida también puedo morir así que si lo