Pasando la punta de su dedo por la espalda de Luisanna no pudo evitar sentir algo de miedo al confesarle que le gustaba más de lo normal. No debía de haber dicho esas palabras a alguien así como ella, no podía dejarse caer por una persona que vendía su cuerpo por dinero para pagar sus deudas.
La habitación del apartamento estaba oscura pero a cierta manera se podía ver la luz del sol salir dando el primer alumbramiento del día.
Debía de admitir que para una persona tan joven como lo era Luisanna era sumamente hermosa, con ese toque de inocencia que le hizo contratarla desde que la vio hace meses en la puerta de su oficina buscando trabajo.
Sonrió de lado sin dejar de pasar sus dedos por la espalda y detenerse en su trasero y volver a subir otra ve
Se escondió detrás de una de las columnas viendo con una ceja levantada a la supuesta esposa de Markus en uno de los restaurantes que quedaban cerca de su trabajo. Justamente en el mismo lugar en que había estado comiendo con Matt.Entrando otra vez se sentó de espaldas a ella y a los dos hombres con los que estaba tratando de escuchar algo. Ya se le hacía bastante raro que la vea otra vez con ellos.Encendió la cámara quitándole el flash y luego lo colocó junto con la sal grabando todo lo que decían. En voz baja pidió un café tratando de que no la reconocieran por haber estado allí hace unos pocos minutos.— Debemos de actuar rápido, Markus no es estúpido como para creer que estoy embaraz
— ¿Puedes caminar un poco más lento, por favor? —pidió Luisanna, mordiendo su labio.Markus se dio la vuelta para mirarla con una ceja levantada y con rostro burlón.Ambos estaban llegando al hotel después de haber desayunado. Tenían varios días de haber llegado a ese país y aún la rubia no había podido ver a su hermana para no levantar sospechas en Markus.— ¿Te duele mucho? —preguntó en un susurró posándose a su lado, y esta asintió—. Prometo dejarte descansar por unos pocos días mientras estemos aquí.— Está bien, eso me alivia un poco —rodó los ojos. Riéndose con algo de fuerza, miró a sus amigos los cuales estaban en el pasto del jardín del hospital con ella, jugando con cosas sin sentido. De un momento a otro los chicos se levantaron del suelo dejándola sola. Con el ceño fruncido miró hacia la entrada del hospital para darse cuenta de que allí estaba el chico que siempre le hacía la vida imposible. Hizo un puchero dándole la espalda y soltando pequeños sollozos los cuales trataba de calmar para no llamar la atención de nadie. ComenzóCapítulo 18.
Mirando la habitación, se dijo así misma que su vida era un caos total. Pero sobre todo lleno de mentiras las cuales están destruyéndola lentamente. Su hermana pensaba o mejor dicho creía que el dinero que había conseguido para trasladarla a Estados Unidos lo había recaudado a través de su trabajo. Por otro lado estaba Markus, sexy, arrogante como ella decía y su amante por contrato desde hace dos meses. No estaba del todo segura de si los sentimientos que sentía por Markus eran correspondidos.Al fin al cabo era su jefe. No había porqué pensar más en eso.—
La mano que estaba en su cintura le hacía sentir un tanto cómoda por así decirlo.No podía dormir debido a lo que había ocurrido la noche anterior. Pero aún estaba en su loca cabeza el que Markus no le había dicho que haría su relación oficial. Su vida había cambiado en el último mes, no tenía la más remota idea de que haría. Con mucho cuidado se alejó de Markus el cual ni se había movido sino que simplemente abrazó una almohada. Sonrió enternecida por la imagen que este le causó. Miró hacia donde estaba su maleta y buscó ropa interior y un par de prendas para luego ir hacia el baño.
Markus se quedó en shock. Quedó plasmado con esas simples pero poderosas palabras que le había dicho Luisanna.¿Su hermano? ¿Acaso había escuchado mal? — ¿Mi hermano? —susurró confundido.— Sé que tienes un hermano menor llamado Adler Pisinis Jones, Markus. Nos conocimos en una de las visitas que le hacía a mi hermana —rió negando con la cabeza—. Era con él con quien hablaba hace unos minutos, antes de que te pusieras histérico.— Pero él estaba muerto…— No lo está. Tú y tu maldi
Luisanna miraba por la ventana de la nueva casa de Markus.No malinterpreten las cosas, simplemente estaba allí porque su hermana Bismalie le quería dar una pequeña sorpresa a Adler y nada más. Estaban a finales de noviembre por lo que el clima en Londres era una mierda.Ese día se estaba llevando a cabo el juicio de su ex jefe por lo que estaba asustada a más no poder por las cosas que podían pasar ese día. Hace unas horas había mandado un regalo hacia el juzgado especialmente para Markus. Pero ahora mismo lo único que deseaba era irse lo antes posible del país y jamás volver.Aunque no podía hacer eso porque su hermana estaba más que maravillada con Adler.— No
Mirándose brevemente en el espejo se dijo así misma que podía hacerlo, que solo era decir el famoso sí y asunto resuelto. Pero sabía que ese gran sí podía acabar con su poca capacidad de poder seguir siendo una mujer libre.Estaban a inicios del otoño y hace más de un año que Luisanna le había dicho que si a Markus y hace seis meses que vivían juntos. Su hermana Bismalie tenía entre sus manos una caja llena de dulces devorándolo de forma desesperada.En ese tiempo habían ocurrido tantas cosas de las cuales en cierto momento se sintió triste, poco después del juicio el cuerpo de la ex esposa de Markus fue encontrado en una playa totalmente decapitado.Se presumió que fueron sus secuaces los cu