Toda la noche.—Eva —le dijo Logan llamándole por su nombre.Eva se dejó caer sobre la mesa.El momento había sido demasiado para contenerse pro nada del mundo. Ella ya le pertenecía a su alfa y él le pertenecía a ella. Un beso, había sido más que suficiente para comprobar esto―No pares ―le suplicó ella cuando vio que Logan había tenido cuidado por aquella expresión de dolor que se le había marcado en el rostro a ella.―No quiero dañarte ―le dijo él con ternura.―Sé que no lo harás ―le dijo ella sin poder mirarle. Sus ojos estaban cerrados, pues el embate del placer que sentía era explosivo.La primera incursión de Logan había arrancado un grito de su garganta, ya luego el cuerpo de Eva se había ido adaptando para acoplarse al tamaño de él.Logan le había susurrado al oído aquella peculiaridad: Los de su especie se diferenciaban de los humanos ordinarios por varios detalles y el tamaño de su falo era uno de esos. Eva no alcanzó a entender las implicaciones de esto hasta que tuvo la o
Colisión― ¿Estas personas son como tú? ―Eva realizó la pregunta en medio de la estupefacción que se llevó, apenas bajó del coche con la ayuda de Logan, quien no manifestaba en su rostro buenas sensaciones.―Si ―respondió el alfa, quien ahora no rehuía a mostrarse atento y cercano con Eva, pero aquella situación estaba complicándose más de lo esperado―… esta es mi manada.Eva quedó boquiabierta cuando escuchó a Logan confesarle esto.Ella había escuchado con atención mientras Logan aprovechó el viaje para ponerle al tanto de detalles específicos sobre su manada; ahora tenía la oportunidad de conocerla.―Yo soy el alfa y eso hace que sobre mí recaiga el dominio y la autoridad de todo asunto que competa a nuestra raza y organización… pero también me hace responsable de velar por muchas cosas.― ¿Qué cosas?… ¿Odiarme a mí, por ejemplo? ―le preguntó Eva mirándole de soslayo, a lo que Logan respondió con una explicación que no le hacía mucha gracia después de haberse entregado por completo
Descontrol― ¡Es una traición! ―Gritó uno desde atrás.― ¡No podemos permitirlo! ―susurró uno de los jóvenes.― ¡El alfa puede hacer lo que le dé la gana! ―exclamó uno a su lado.― ¡Es una deshonra! ―bufó otro.― Ustedes están locos ―concluyó otro joven.Los ánimos estaban tan caldeados que poco importó para ellos el asunto de la enfermedad de Nina, a Logan, en cambio, era una cuestión que le importaba y mucho, pues Eva había tenido aquella premonición que no presagiaba nada positivo.Un par de sujetos rodearon a Frank y le ayudaron a levantarse, otros, por el contrario, se había puesto del lado de Logan. Por primera vez en mucho tiempo la estabilidad de la manada se había visto comprometida y Logan no tenía cabeza para calmar los ánimos.Alan se apresuró y se colocó del lado de su jefe y asumiendo el derecho de palabra, les dijo:― ¡Imbéciles! ¿A caso no se dan cuenta? ¡Nuestra madre está allí adentro sufriendo algo que no comprendemos! ¡¿Y ustedes pretenden pelear por una nimiedad
Conversaciones complicadas― ¿Qué sucede? ¿No se supone que eres inmortal?Logan se quedó impresionado por ver el estado realmente crítico en el que se encontraba Nina. La anciana estaba recostada sobre su camastro, con los ojos entrecerrados y un pañuelo blanco y húmedo sobre su frente. La piel de Nina en ese momento era más blanca que el pañuelo que tenía encima.―La inmortalidad la inventamos cuando no me morí en los últimos mil años… pero nadie sabe en realidad si es que solo muero un poco más lento.Logan disimuló el impacto que estas palabras tuvieron en su ánimo.El alfa no había conocido a su madre humana. Desde hacía unas cuatro generaciones incluso se había instaurado eso como una regla no escrita dentro de la manda. Las humanas le daban un hijo varón al alfa y ellos se los llevaban para que fuese Nina quien les criara.Nina, aunque Logan se negaba en reconocerlo por su inútil orgullo, era una persona importantísima en su vida.―No digas estupideces ―bufó Logan con desgano c
Tensión en el paraíso.―Sabes que no es correcto.―No me importa lo que sea correcto, señorita… solo quiero saber una cosa ―Alan comenzó a destrabar su alma, dejando que las preguntas fluyesen de lo más hondo de su angustia con un tono descontrolado.Eva no se sentía segura. Ella estaba en un trance donde sus pies descalzos parecían caminar sobre un terreno inestable.―Alan… no sé.―Solo respóndame lo que necesito saber… solo esto le pido.Eva había desviado la mirada, pero Alan se había deshecho de todo miedo y limitante; él ahora solo era un hombre, por esos escasos segundos dejó de ser el segundo lobo de la manda, por un segundo de eternidad inusitada dejó de ser el beta que daría la vida por su señor y se atrevió a ser y a actuar por sus propios intereses.Alan le tomó el rostro de Eva, colocando con delicadeza sus dedos debajo de la quijada de ella haciendo que sus ojos volvieran a cruzarse. Entonces, sin esperar a que ninguno de los dos dijese algo más que pudiese destronar esa
Nuevo rumbo― ¿Qué es todo esto?Eva apenas comenzaba a racionalizar lo que acababa de ver. Ella ya había ayudado a Alan, quien había quedado bastante afectado luego de recibir aquel disparo. Eva hizo todo lo que estuvo a su alcance para mantener al guardaespaldas calmado, mientras que en la orilla del lago el cadáver de Frank se iba hasta el fondo luego de que el inmenso animal lo destrozara con sus fauces.―Este es el mundo de los lobos ―le dijo Alan, quien apenas y podía hablar con su cabeza recostada en la pierna de Eva, quien temblaba despavorida―… siento mucho que hayas tenido que presenciar todo esto.Las palabras del beta se escuchaban sinceras, pero no había forma de que ella procesara la locura que acababa de vivir.Un hombre musculoso había quedado desnudo frente a ella cuando el lobo que era Logan se volvió a su forma humana. Logan se estiró con unos movimientos que parecían los calentamientos de un atleta.Logan volteó a ver a su luna y a su amigo.― ¿Estás bien? ―Loga
Un panorama confuso―Lo siento, pero creo que necesito un momento para procesarlo ―Eva se había dejado caer en el sillón, apenas entraron en la casa. Logan se le quedó viendo, él sabía que para ella todo aquello debía ser demasiado.―Sé que lo que viste en ese lago fue algo muy impactante.― ¡¿impactante?! ―exclamó Eva a manera de pregunta― ¡Literalmente te vi convertido en un lobo gigante matando a otro sujeto!… ni siquiera sé cuál de las dos cosas esas difícil de procesar.Logan tuvo que desviar el rostro, pues una sonrisa se intentó dibujar en la comisura de sus labios, ante lo que había sido una aseveración de su Luna que a él le ocasionó mucha gracia.―Eva lo siento, no quería que tuvieras que verlo así… pero entiende, ese malnacido estaba amenazándolos, no podía permitir algo así… Frank tenía que pagar.―Pero es que no te discuto eso, ¡¿Pero matarlo Logan?! ¡¿A caso ustedes todo lo resuelven con soluciones así de drásticas?!Eva no estaba de ánimos como para hacer un berrinche,
Compromiso adquirido.―Logan, yo no lo he olvidado. El compromiso sigue firme en mi memoria.― ¿Entonces? ―le preguntó el alfa que no le quitaba la mirada de encima. Los dos cuerpos apenas se habían separado unos centímetros, pero aún seguían deseándose con furia.―Es solo que ese acuerdo fue hecho por otras razones muy diferentes.―Lo sé, sé que lo hiciste por tu hermana y el dinero que necesitabas para ella —Logan dio esto dejando en claro que aquello le estaba haciendo sentirse diferente.―No solo eso, amor ―Eva estaba condensado en ese momento un caudal de muchas ideas y nociones contrastantes que le hacían descubrirse abierta a decirlo todo―… ayer yo no había dimensionado la realidad de este mundo oculto que he descubierto a tu lado… todavía no había entendido lo real que podía llegar a ser todo esto.Logan asintió dejándose ir a un lado del sofá. Aquellas palabras de Eva le estaban haciendo reflexionar.― ¿Me estás diciendo que el miedo te ha hecho dudar?―De ninguna manera ―afi