Una mujer libre

Logré dirigir y creo que se acabó ese trauma. Encendí la radio, no tan fuerte, pero para poder escuchar y olvidar todo lo que tenía en mente.

Me sentí libre... Y no he sentido este sentimiento en mi vida en mucho tiempo.

Thomas me siguió hasta la puerta de la cabaña. Cuando estacioné, me bajé y fui hacia él:

- Creo que podríamos celebrar... Soy libre. - dije levantando los brazos, girándome y sonriendo como un niño.

Se rió, sin bajarse del auto:

- Realmente me gustaría celebrar contigo, Meg... Pero realmente necesito trabajar hoy. No hay manera de quedarse... A menos que quieras ir conmigo. - el propuso.

- No... Podemos dejarlo para otra noche.

- ¿Cómo pensabas celebrar? ¿Tú, yo y tu cama?

- Tomás, no. - dije sonrojada. – Pensé en un bar, a última hora de la tarde, yo, t

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