Al llegar al departamento con todo el caos que había rodeado el traslado, Emilia estaba mareada y
con ganas de vomitar por tanto miedo que le daba accidentarse y al sentirse con la posibilidad deser expuesta de un momento a otro.Dante y Ruiz por su parte no podían o mejor dicho no querían dejar de lado la molestia que tenían
ante la actitud del otro.Al llegar al departamento, Emilia decidió ir a enjuagarse la boca y relajarse un poco.
— Lo siento pero necesito ir al tocador. — les avisó mientras se retiraba mostrando
seguridad, aunque no sabía si realmente estaba para ese lado era la primera vez que ibaese lugar, pero Ruiz no tenía por qué saberlo.— Claro cariño. — Dante se esforzaba por recalcar en cada oportunidad que tenía unarelación son ella.Al ver que ella se retiraba, el primero en hablar fue Ruiz.
El día iba pasando de lo mejor, y para Emilia demasiado rápido, después de comer un poco y dejarque Dante se pusiera cómodo, habían decidido ver una película juntos.— Dime que ese no es el final — Dante no era de ver películas, así que no tenía ni idea deque se trataba la que estaban viendo.— Sí, pero después tiene otra que da respuesta a muchas preguntas que deja esta— Emiliaestaba feliz.A ella realmente le encantaría que eso fuera permanente y mantenerse alejados de todos losproblemas que los rodeaban.— Entonces tendremos que hacer más palomitas, no me puedo quedar con la duda.Emilia sonrió, le encantaba tener la oportunidad de ver ese lado relajado de él, sin que los demástuvieran que intervenir, si hasta su rostro había rejuvenecido varios años solo con una s
Emilia había caminado por un tiempo, no sabía como pero había llegado a un parque en el quepudo sentarse para pensar.— Dios mío, ¿qué debería hacer? ¿qué es lo correcto en este caso? — dijo para sí misma—Dante tiene que estar tranquilo y sereno, además el accidente del abuelo es algo queestá revisando Ruiz.Como por obra de magia el teléfono comenzó a brillar, era él.— Hablando del rey de Roma— dijo Emilia antes de responder. — Hola Ruiz…— Emilia, tengo actualizaciones, el helicóptero ha sido encontrado, y no hay nadareconocible.Emilia sitio que un escalofrió recorrió todo su cuerpo, eso solo significaba que el abuelo… sacudiósu cabeza para borrar la imagen de su mente.— El helicóptero está totalmente ca
Definitivamente le diría las cosas con calma y paciencia, Emilia quería evitar en medida delo posible que Dante sufriera y le dolía el corazón al saber que ella sería quien le diera una noticiatan dolorosa. Una luz en el fondo de su corazón le decía que esto terminaría bien, que de un momento aotro Ruiz llamaría para decirles que el abuelo estaba bien, y esa pequeña luz sería la que ellaencendería en el corazón de Dante. Emilia ya tenía pensado avisar en su casa para quedarse con Dante todo el tiempo debúsqueda y rescate, además de ayudar en lo que pudiera con las cosas o la organización de laspersonas voluntarias que estaban participando en la búsqueda. Al entrar al departamento, ella recordó que no le había llamado a su hermanito en unosdías, y seguro la estaría extrañando, podría llamarle cuando estuviera con Dante y así que lo vierabien y sonriente para darle ánimos, eso mejoraría sus ánimos para decirle la verdad, todo iba bienhasta que al dar la vuelta para entrar a l
Después de llorar todo el camino de regreso a casa, sin creer todo lo que le había dicho Dante, pero es que no le dio la oportunidad ni de explicarse, no pudo decirle nada, solo la corrió como si fuera cualquier cosa. Tal vez para el sí lo era, a fin de cuentas a Frida la había tratado con todo el cuidado y respeto, que ella hubiera deseado que tuviera para con ella. Se bajó del taxi, sin siquiera esperar el cambio, no tenía tiempo que perder, solo quería encerrarse de nuevo en su habitación, ese lugar seguro en el que nadie podría lastimarla y del que nadie podría correrla, pensó con coraje. Había hecho lo que creyó correcto en el momento, pero no tuvo oportunidad de decir nada, pero si hasta a un condenado a muerte se le da la oportunidad de decir sus últimas palabras. Pues la conclusión era que para Dante, tenían más derecho los condenados a muerte que ella, una sonrisa con amargura fue su respuesta. Tal vez si asesinaba a alguien y la condenaban, él se enteraría y podría decir
Dante estaba que no cabía de coraje, desesperación y miedo. Ya que él no podía salir, llamó inmediatamente a Ruiz y al licenciado Duarte para pedirexplicaciones de todo ese sinsentido, Ahora se encontraban en la sala de su querido departamento, al que nunca había llevado trabajo,ese era su santuario y había sido profanado de la manera más horrible que podía haberimaginado. — Entonces… — esperaba que ellos le dieran algo de información antes de tal vezdespedirlos.— Dante, primero que nada— le increpa Ruiz— ¿Dónde está Emilia? Dante no podía creer el descaro de su “amigo”, estaba en una situación de vida o muerte con suabuelo y él estaba preguntando por Emilia, realmente todo se estaba saliendo de control. — Lejos, ¿dime que es lo que pasa con el abuelo Ruiz?— no pensaba darle más detalles de loque había pasado.— Estás mal amigo, pero bueno te lo diré, el día del incendio se registró el accidente de unhelicóptero que más adelante identificamos como uno con el que había un v
Después de intentar mantener el control, cosa que no consiguió delante de Duarte y Ruiz,quedándose sólo, lo único que quería era tomarse todo el alcohol que se atravesara paraanestesiarse, no creía poder con tanto dolor.El piso daba vueltas, su cuerpo se sentía pesado, realmente se había quedado solo, ¿esto era a loque se refería su abuelo? El sentimiento de saber que tienes a alguien que te acompañe cuandote sientes totalmente perdido.Es que no tendría algún descanso de tanto problema, ya estaba pensando que esto era algún tipode karma que tenía pendiente por pagar de varias vidas pasadas.De nuevo sentado en la cama, en la que horas antes había estado tan tranquilo y feliz… junto aella… junto a Emilia.Rabia, eso era lo que sentía, rabia por que él había contribuid
Danna estaba cansada, después de pasar toda la noche anterior tratando de sacarse de la cabeza aElías, cosa que no consiguió, por cierto, no había podido dormir lo mínimo como para decir quehabía descansado. Al ir caminando en busca de oro líquido, llamado comúnmente café, miró de reojo una figura quele pareció conocida. Se detuvo en seco y enfocó de nuevo, era Emilia ¿Qué estaba haciendo aquí? ¿Dante se habríalastimado? Decidió acercarse a ver si todo estaba bien. Algo no cuadraba, al acercarse y verla toda hinchadaseguramente de lo que había estado llorando. — ¿Emilia que pasó? ¿Dante está bien?— Amiga — Emilia había estado tan ensimismada entre culpas y reclamos para con ellamisma como para darse cuenta que estaban en el mismo hospital donde había sidotratado Dante, el hospital Arango— no te preocupes él está bien.— ¿Entonces? — Danna estaba confundida, ¿por qué se veía tan mal?— Es mi mamá.— ¿Liliana? ¿Qué tiene?— Danna se sentó a un lado de su amiga para abrazarla.
Emilia y Tadeo estaban en la oficina de facturación, inmediamente después de iniciar su jornadalaboral Danna le había pedido a Emilia que fuera a verla, Tadeo la acompañó para no dejarla sola. Después de haber visto la cantidad de facturas que se acumulaban a nombre de Liliana Puentes,Emilia no supo cómo podría pagar esa cantidad en tan poco tiempo. — Te digo amiga, hay programas en los cuales se brinda apoyo económico por pertenecer aensayos clínicos, por suerte el doctor Andrews es de los principales en utilizar esterecurso. Danna hizo una pausa, no quería sobrepasar a su amiga con tanta información. — El doctor va a revisar todas las características de Liliana y si cumple con los protocolos, tedará la opción de que la ingresemos al programa, pero aun así, el restante seria grande,recuerda que este es el mejor hospital del país, pero así como tiene el mejor servicio yatención también es el cobro. Emilia lo entendía, al momento de la emergencia lo único que tenía en mente