Dante tenia días revisando los movimientos de Damián, sin conseguir verlo solo para acercarse y poder hablar con él y ayudarlo con su relación con su hermana, ya estaba desesperado se suponía que hacía quince minutos que debió salir pero aún no lo veía aparecer por la calle.El seguía esperándolo, cuando de pronto lo miró despedirse de sus amiguitos, y por obra del destino se quedó solo.— Por fin – pensó Dante, era su oportunidad.Decidió acercarse sigilosamente para no variar su camino, después de todo solo necesitaba unos minutos para saber qué era lo que realmente le molestaba a Damián, lo veía pensativo y con la mirada baja.— Tal vez tiene mucha tarea— siguió respondiendo sus incógnitas con suposiciones.Se acercó un poco más, pero lo que comenzó a notar es que Damián no se detenía y el semáforo peatonal se encontraba ya sin tiempo, se había puesto en rojo para que todos quienes fueran caminando se detuvieran, cosa que todos hicieron menos Damián, Dante se quedó concentrado en
Emilia se encontraba en la plaza, aun no sabía cómo había llegado Damián ahí, pero le pidió que fuera con él y era lo único importante, le hacía sentir que podía llegar a perdonarla y que regresaban a la normalidad, cosa que ella necesitaba desesperadamente.Era una plaza grande pero en el fondo se encontraba el cine, al llegar miró a su hermanito en la entrada de la sala con todo lo que podía sostener con sus manitas para comer.— ¿Qué es todo esto?— preguntó ella emocionada con todo lo que hacía su hermano.—Es una sorpresa para disculparme, Emi, te quiero.— Yo también déjame ayudarte. — le dijo al mismo tiempo que ella tomaba la bandeja para continuar hacia la sala.Damián entregó los boletos al muchacho encargado y entraron a la sala, buscaron los asientos y al dar con ellos, Emilia se encontró con que a un lado de ella se estaba Dante ¿Qué hacía el aquí?— se preguntó al sentarse.—Dante va a acompañarnos Emi— susurró Damián.Ella se abstuvo de decir nada, en toda la p
Dante llegó a la casa de su abuelo, no sabía cómo hacerlo cambiar de parecer pero era necesario, una parte importante para que Emilia accediera a ser parte de todo eso, era que se mantuviera en secreto, sabía perfectamente que su abuelo no sabía ese detalle y que por ende no entendía el afán de quererlo mantener privado, pero algo se le tendría que ocurrir.Al llegar a la entrada se sorprendió al ver salir a Noel Duarte, el abogado familiar, a lo que tenía entendido el licenciado Duarte solo llevaba los casos familiares personalmente y todos los demás eran atendidos por su agencia.—Buenas noches, señor Villanueva. — como siempre era un hombre recto, formal que nunca perdía la propiedad, un hombre de unos cincuenta años, delgado y de un metro sesenta con unos lentes en la punta de su nariz.—Buenas noches, señor Duarte, ¿que lo trae por aquí?— preguntó Dante sabiendo de antemano cuál sería su respuesta.—Asuntos confidenciales de su abuelo señor, si me disculpa debo irme.Y sin dar
Emilia pasa toda la noche feliz a lado de su hermanito, tenía días que lo extrañaba muchísimo y el poderlo abrazar y acurrucarlo con ella la reconfortaba, se despertó más temprano de lo normal, esperaba poder ver a su mamá, tenía días por no decir que semanas sin verla más que unos minutos cuando se cruzaban en la puerta de salida de la casa y cada vez se veía más agotada, al llegar a la cocina la miró haciéndose un café.— Buenos días mamá— la saludo contenta.— Buenos días mi niña, ¿Cómo dormiste?— Muy bien— su mamá no sabía del conflicto que habían tenido Damián y ella de hecho no sabía ni de los puntos que le habían dado a su hermano, no quería preocuparla más de lo necesario.— Qué bueno hija, yo me tengo que ir temprano me hablaron de una de las agencias y tengo que presentarme en una hora y queda lejos.— Mamá pero ayer llegaste muy muy tarde, ¿estas segura que puedes con eso?— Emilia se acercó para prepararle un lunch rápido, para que alcanzara a llevárselo, había veces que n
Después de ver la fotografía entre las noticias principales del país, Dante decidió llamar a Emilia para ver cómo se estaba tomando las cosas, lo bueno de todo era que no se le veía el rostro y aparte de Tadeo, su amigo, nadie la había reconocido, eso lo tranquilizó.Ese mismo día pero en la tarde Dante ya tenía a la persona encargada de haber tomado las fotos y lo tenía en una habitación de hotel quería hablar directamente con el cara a cara. “Y ahí estaba un hombre más bien delgado, ojeroso, pequeño, insignificante, mirándome con cara de miedo, aunque no lo creo si fuera así no se atrevería a mirarme siquiera menos a tomarme fotografías” pensó furioso.— Lo haremos sencillo— le dijo Dante amenazador parándose frente a el – tú me dices ¿por qué demonios me hiciste las fotos? y yo te dejo ir.El hombre tragó saliva. Al continuar en silencio él le dijo.— Sabes que puedo demandar ¿verdad? Y no solo eso pedir compensación económica.— Estaba en un lugar público— aun con nervios el hom
La noche de la subasta había llegado para sorpresa de Dante sería en la casa de su abuelo; No había lugar al que voltearas en el que no brillara un diamante, un rubí o una esmeralda que luchara por mantener la atención.Una competencia de ostentosidad en toda regla, la subasta era una obra de beneficencia pero todos disfrutaban mostrar la máscara que tenían preparada y su abuelo estaba feliz de tener a tanta gente a su alrededor.— Llegó el momento, hay muchas cosas de las que puedes pujar, quiero que te quedes con algo, la familia tiene que participar — le dice su abuelo nada más llegar a un lado de él como modo de saludo.— Hola Dante, ¿cómo estás?, algo así debería ser el saludo abuelo no nada más irte directamente a la yugular— reclamó Dante a su abuelo por ser tan osco al momento de acercarse.Carlos Villanueva solamente hizo un gesto de no darle importancia a todos los comentarios que había hecho Dante y continúa:— Te digo que tienes que quedarte con algo, la mayoría son joya
Emilia estaba cansada por ir a correr esa mañana, tenía mucho tiempo sin hacerlo, sin darse ese respiro, después de tantos inconvenientes e imprevistos en su vida que normalmente era rutinaria, ella se sentía sofocada y estresada ante tantos cambios inesperados, al llegar a su casa lo primero que quería hacer era bañarse, tomar una deliciosa y larga ducha, seguro le hacía recuperar energía pero un ruido en la habitación de su mamá la detuvo, se suponía que tenía que estar trabajando a esta hora, bueno arreglándose para ir a trabajar en cambio se encontró la habitación en oscuridad y con su mamá acostada en la cama.— Mamá ¿te sientes mal?— le preguntó al entrar en la habitación con todo el cuidado que pudo, no quería hacer ruido.— Emi ya llegaste gracias a Dios —le respondió su mamá con una tos profunda — hija espero no tengas inconveniente en ayudarme ¿tienes cosas que hacer hoy?— No mami, no te preocupes ¿qué es lo que necesitas? ¿quieres que te lleve al doctor?— preguntó Emilia p
Ariana comenzó a seguir a Emilia hasta que la alcanzó en la habitación de los dueños de la casa, no sabía de donde había salido ese hombre guapísimo, pero lo que sí sabía era que nada de eso debió pasar.— Emi – le dijo para llamar su atención entrando en la habitación tratando de calmar su corazón después de la impresión y los nervios de pensar en que Tadeo se enterara.— Ariana, lo siento— le respondió Emilia nerviosa— no sabía que estabas con el muchacho de esta casa.— Y no lo estoy – la interrumpe Ariana.— Está muy guapo.— le dijo cómplice.— Si lo sé— una pequeña sonrisa se coló entre los labios de Ariana pero continuó carraspeando para concentrarse— eso fue un error, no debí entrar a esa habitación pero tampoco sabía que había gente dentro.— Seguro estaba recién bañado, por eso no lo viste, debió estar en el baño— dijo pensativa.Ariana regreso la vista hacia la puerta de la habitación al final del pasillo, no quería que nadie escuchara esa conversación, así que cerró la puer