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Capítulo Seis: ¡Houston tenemos un problema!

“El tiempo es una cadena que nunca se rompe”

¿Han vivido alguna situación en la que no pueden creer hasta donde llegó su idiotez? ¿No? Porque yo sí.

— ¿Quién es el padre?—Dice Nicolae mientras su vista sigue puesta en la carretera. Se negó a dejarme ir en un taxi o caminando.

—No te importa— me crucé de brazos.

—Ohm linda créeme que me importa, porque cuando sepa quien es, lo voy a matar.

— ¿A ti que m****a te pasa?, eso no es de tú jodida incumbencia.

Resoplé y esperé a que llegáramos a casa. Él no volvió a tocar el tema, sin embargo no estaba para nada feliz.

¡Genial la persona que menos quería que supiera esto, lo sabe, este día no puede ir de mal en peor!

Pero parece que mi suerte va en descenso, fuera de mi casa puedo ver a un Leo desesperado, cruzado de brazos y esperando mi llegada.

Trago saliva cuando el auto se detiene. Estoy por bajar pero Nicolae me toma de la muñeca y hace que gire a verlo.

—Has que el hijo de p**a que te embarazó te responda, porque de lo contrario esta muerto, y cuídate por favor— sin palabras, con un sin fin de emociones en mi cabeza, bajé del auto.

Esto es sumamente extraño, ese chico, su comportamiento, pero hubo algo más que me dejó sin aliento.

Sus ojos, no me había detenido a verlos fijamente, ese brillo, esa pequeña capa de misterio, me hizo temerle, me hizo que la curiosidad creciera en mi interior.

—¿Me puedes explicar cómo es que te desmayaste?, Pamela me habló eufórica diciendo que el chico que te empujó en la cafetería te subió a su auto según esto, al hospital.

Fruncí el ceño, la postura, inclusive el rostro de Leo no eran los mismos de siempre, se miraba verdaderamente intimidante.

—Yo, necesito descansar— susurré pasando a un lado de él y abriendo la puerta de casa con mis llaves. 

Al entrar no escuché ningún ruido o señas de que alguien estuviese aquí.

—Tus padres salieron, los vi cuando iba llegando por ello no entré— Agregó.

Subí los escalones con pesar, me sentía cansada más que nada abrumada con la situación. Dejé caer mi cuerpo en la cama respirando profundo.

En la actualidad juzgan mucho a chicas de mi edad si están embarazadas, lo cual me parece una basura.

Las personas no nos conocen, mucho menos nuestras razones, nuestra vida. Los errores son lecciones, son tatuajes de aprendizajes que se quedan marcados en nosotros mismos. 

Aceptarlo es parte de la vida, ¿Quién dice que ser un adolescente es fácil? Tenemos muchas facetas, etapas por pasar, existenciales, de personalidad, y nadie nos dice cómo hacerlo, como salir de casa y actuar ante los demás.

Los chicos solo se fijan en chicas esbeltas, hermosas, con una etiqueta definida y la inseguridad crece con cada centímetro de desconfianza en nosotras mismas. 

Vivimos en un mundo en donde sus habitantes se encargan de destruirse mutuamente, en donde nosotros, los adolescentes, tratamos de no caer al mismo abismo.

¡Wow tus pensamientos sí que son intensos!

¡¿De nuevo tu subconsciente?!

¡Si, vengo a recordarte que la has cagado y el padre de tu hijo esta parado frente a ti, esperando respuestas, así que suerte!

¡Te odio!

—Estoy esperando Fanny.

—Si yo también— respondo sin ser consciente de mis palabras.

— ¿Qué?— Me doy un golpe mental por mi estupideces.

—Nada Leo, si lo que quieres saber es la razón por la cual me desmayé, fue porque no desayuné y los exámenes me han tenido muy estresada.

Sus facciones se relajaron un poco, sin embargo aún tenía esa pizca de duda, conocía a Leo como la palma de mi mano, y se que no se ha creído todo por completo.

— ¿Porque él te llevó así como así al hospital?

—No lo sé, ese chico es muy raro, supongo que es una forma de disculparse por lo que hizo— me encojo de hombros.

—Vamos ya no estés preocupado, estoy bien.

¡Dile que va ha ser papá tonta!

Muerdo mi labio inferior, un hijo, un hijo le arruinaría la vida a ambos, pero no, no pienso perderlo, por algo llegó, si es un descuido, lo convertiré en mi bendición.

Si él no está dispuesto a hacerse cargo, entonces lo haré yo, no quiero atar a alguien a mi vida, Leo tenía otros planes, planes con chicos, obligarlo a esto sería condenarlo. Sin quererlo empiezo a llorar.

—Leo, tengo que decirte algo— sollozo.

—Oh querida, ¿por qué lloras?, Fanny, ¿qué es lo que aún no me has dicho?

Suspiro y levantó la cabeza.

—Estoy em...

— ¿Estas Em?

—Empachada, si estoy empachada, creo que lo mejor es que te vayas, necesito estar a solas he ir al baño.

Hago una mueca rogándole a Dios que me haya creído.

¡Cobarde!

—Oh querida que susto me diste, por favor no te estreses y ya no comas esas galletas que hace tu mamá.

Se acerca poniendo una de sus manos a lado de su boca— Aquí entre nos, a mí también me empachan— tragué saliva nerviosa.

—No te preocupes Leo, ya pasó todo esta bien.

—Bueno, en ese caso, me voy, cualquier cosa llámame.

Asiento con la cabeza y este sale de mi cuarto, me dejo caer de espaldas a la cama, coloco una almohada sobre mi cara y ahogo un grito en ella.

Estoy realmente jodida, ¿como voy ha decirle a mi mejor amigo que estoy esperando un hijo suyo?, él es gay, voy a joderle la vida. 

No puedo abortar, no lo haré, es momento de afrontar las consecuencias de mis actos.

Bajo de mi habitación a la cocina, me preparo un sandwich y tomo algo de jugo de manzana, en realidad el de naranja nunca ha sido de mi agrado.

Mis padres regresaron hace unos minutos, nunca los había visto tan felices, lástima que papá se tenga que volver a irse en unos días.

Voy de regreso cuando escucho a mi padre hablar por teléfono, parece enojado.

—Es mi última palabra, no te acerques a ella y no regreses a 

Boston — me agacho un poco para que no logré verme.

—No me importa si es mi culpa o no, cumple con tu maldito trabajo, ellas ya no existen para ti.

« ¿De quién estará hablado papá? ¿y por qué lo hacía de esa forma?»

Decidí no tomarme mucha importancia, quizá alguno de sus restaurantes tenga un pequeño problema.

Tomo mi celular y reviso las fotografías que tengo con Leo, ha estado en mi vida por mucho, y no quiero que este bebé lo aleje de mi. No se si lo soportaría. 

Levanto mi camiseta y toco mi vientre.

—Espero que a tu papá no le de un infarto cuando sepa de tu existencia, llegaste en un mal momento, pero haré de ese instante, una hermosa eternidad— sonrió acariciando mi estómago que pronto estará más abultado.

Mañana le diré la verdad, merece saberla y que tenga que pasar, lo que tenga que pasar.

[...]

—Oye mamá, ¿crees que deba teñirme el cabello?

— ¿y eso?, ¿desde cuándo dejó de gustarte el rubio?

—Es solo que estaba viendo una revista y me llamó la atención un tinte color caramelo, pero era un tono entre rubio y naranja.

—Por mí lo que tú hagas está bien querida.

—Usaré un tinte sin tantos químicos— susurré bajo.

Seguí comiendo mi desayuno, el cual constaba en pan tostado, huevos con jamón, y jugo de durazno.

— ¿Y papá?

—Salió temprano, dijo que tenía que arreglar un asunto.

—Vale

— ¿Saldrás hoy?— pregunta metiendo una charola llena de brownies al horno.

Asiento con la cabeza llevándome un trozo de pan a la boca.

—Iré a la casa de Leo.

—Me parece genial, yo aprovecharé para hacerme un manicure en el salón.

Ayudé a mi madre a recoger y lavar los platos, después subí a mi habitación para ponerme algo más cómodo y salir hacía la casa de Leo.

La distancia era de unos diez minutos caminando, no estaba muy lejos, puse música en mi celular y la escuché con los auriculares en el camino.

Las manos me sudaban y realmente estaba muy nerviosa, pero ya no podía con esta sensación de culpa.

Cuando al fin llego toco la puerta. Esta se abre de inmediato y Leo aparece muy sonriente.

—Hola querida, pasa.

Caminamos hacía su habitación, mi corazón empezó a latir con más fuerza.

—¿Y dime que película quieres ver?— preguntó colocando la app en el televisor. Respiré profundo.

—Tengo que decirte algo, y es muy importante.

— ¿De qué se trata Fanny?— dejó lo que estaba haciendo para ponerme atención.

—Estoy embarazada— solté liberado un gran peso de encima.

— ¿Es en serio?, increíble ¿Quien es el papá?

—Tú, estoy esperando un hijo 

tuyo— Leo se llevó una mano a la boca y abrió sus ojos con incredulidad.

— ¡Houston tenemos un problema!— mencionó antes de desplomarse en el suelo.

— ¡Yo tengo un problema estoy embarazada de mi mejor amigo gay!

Besos y abrazos: Limberem. 

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