Capítulo 0686
Ahora se daba cuenta de que, en la vida, la soledad y la vacuidad eran la norma.

Mariana se lavó la cara con agua fría para despejarse un poco. Al tomar su teléfono, se dio cuenta de que la gente del instituto le había enviado varios mensajes, la mayoría relacionados con datos.

El instituto no podía estar sin dirección ni un día; aún la necesitaban.

Mariana miró la hora: pasaba de las seis de la tarde. Debido al invierno, la noche caía rápidamente.

Se cambió de ropa, se arregló un poco y se dirigió al instituto.

El viento soplaba con una frialdad cortante, y el pronóstico del tiempo advertía que se esperaba otra caída en la temperatura. Cuando Mariana llegó al instituto, ya no había nadie en el edificio. Unas pocas hojas crujían bajo los árboles, y el sonido inquietaba a quien lo escuchaba.

El instituto, vacío y sin luces encendidas, tenía un aire extraño.

Mariana se dirigió a la base de datos; al introducir su huella dactilar, las luces se encendieron automáticamente. Justo cuando iba
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