Jimena suspiró profundamente y apuró el contenido de su copa de un trago.Mariana realmente no comprendía a Walter en absoluto.Walter también tenía sentimientos.—Mariana, te voy a contar por qué Walter permanece a mi lado. Por qué te ha estado mimando sin reservas todos estos años —Jimena miró a Mariana con intensidad.¿Por qué Walter había insistido tanto en divorciarse de ella, Mariana, y casarse con Jimena?Mariana esperó a que Jimena continuara.Jimena sonrió. —Es por ti.Mariana frunció el ceño.¿Por ella?¿Por qué?Jimena se inclinó ligeramente hacia adelanteLas palabras a punto de salir de sus labios, cuando de repente la banda cambió la melodía y el ambiente se animó.Jacob se acercó y apremiadamente levantó a Jimena. —No sigas bebiendo, vamos a bailar.Cuando Mariana levantó la vista, Jacob ya se había llevado a Jimena entre la multitud.Jimena lucía molesta y vociferaba: —¡Jacob, tengo algo importante que hablar contigo!—¿Qué podrías tener que decir que no sea causar prob
Mariana se dio la vuelta, dispuesta a irse de aquella cubierta de lujo y desenfreno. Entonces escuchó a alguien preguntar en voz baja: —¿De verdad ha venido el señor Guzmán?—¿Qué tipo de mujeres le gustan al señor Guzmán? Si esta noche no logro subir a su cama, mi madre me matará, así que no puedo cometer ni un solo error...En la entrada del pasillo de seguridad, una chica joven con ropa provocativa estaba hablando por teléfono.Mariana se mordió el labio, la luz era tenue y ella se escondía en un rincón.La chica continuó: —Dicen que la ex esposa y la novia actual del señor Guzmán están en el barco, así que esto se me va a complicar mucho. ¿Podrías ayudarme?—Papá, yo... yo... —la llamada se cortó.La voz de la chica sonaba entrecortada.Mariana entrecerró los ojos, de esas frases había captado información importante. Sus padres la estaban vendiendo.Mariana tosió suavemente.La chica se giró de inmediato.Aunque Mariana no podía ver bien su rostro, ella sí lo veía con claridad: ten
—¿Por qué te resistes tanto a mí solo porque soy amigo de Walter? —Vicente se interpuso en el camino de Mariana.Mariana asintió. —Tú sabes por qué. Además, no estoy interesada en un hombre más pequeño que yo.Incluso salir con alguien maduro como Walter la cansaba, mucho menos con un hermano que no era juicioso y todavía no se había asentado.—¿Acaso es mi culpa ser más joven? Solo nací unos meses después que tú —Vicente extendió los brazos bloqueando el camino de Mariana, retrocediendo para quedar frente a ella.Mariana suspiró con resignación. —Vicente, cuidado, hay gente detrás de ti. Aquí había mucha gente, caminar así no era seguro.—Hermanita, me duele —Vicente suspiró, sujetándose el estómago.Le dolía el área golpeada, pero más le dolía en el corazón.Mariana lo miró con disgusto.Vicente observó la espalda de Mariana mientras intentaba alcanzarla, pero alguien se interpuso en su camino.Vicente frunció el ceño, con desagrado en la mirada, luego se sentó en el sofá. —¿Qué pasa
Ella se giró, era otra chica joven y bonita.—No pasa nada —Gisela sonrió levemente, sin poder evitar tocar el lugar donde Walter la había sujetado.Todavía sentía el calor.Levantó el brazo y lo olió suavemente, pero lamentablemente no quedaba ningún aroma.Recordó la primera vez que vio a Walter, cuando él vino a dar una charla a su universidad. Ella no encontraba el camino y se topó con Walter hablando por teléfono afuera.Fue él quien le indicó cómo llegar.Lo que más le confirmó que estaban destinados a encontrarse, fue que después de la clase llovía y ella no tenía paraguas.El asistente de Walter le dio uno.—Gisela, ¡creo que acabo de ver que chocaste con el señor Guzmán! ¿Acaso tu objetivo esta noche es el señor Guzmán? —la amiga a su lado le dio un codazo a Gisela.La cara de Gisela se enrojeció de inmediato. —¡Ay, qué cosas dices! ¡El señor Guzmán jamás se fijaría en alguien como yo!Su amiga se rio sin decir nada más.Pero Gisela no pudo evitar volver a mirar hacia la entra
Mariana abrió la puerta.Era Walter parado afuera.Vestía una camisa blanca, su corbata algo desarreglada. Al ver a Mariana, frunció el ceño, como si tuviera muchas cosas que decir.Mariana agachó la cabeza y luego se hizo a un lado, indicándole que pasara.Aquí había mucha gente, no podían hablar en la puerta.Pero Walter no mostró intención de entrar.—Mariana, ¿cuánto más sufrimiento tienes acumulado? Estoy aquí ahora, te permito desahogarte todo —dijo Walter, con evidente cansancio en su mirada.Mariana lo miró con amargura y sonrió con desgano. —Ya no tiene sentido, no tengo ganas de hablar.—¿Ahora que estoy frente a ti no quieres hablar? —Walter dio un paso adelante, tragando saliva.Su tono denotaba cierta incredulidad.Mariana soltó una risa irónica. —El herido soy yo, tú eres el que se creía superior. Ahora que estamos divorciados, ¿vienes con esa pose de querer escuchar mis penas? ¿No te parece hipócrita?Cada palabra de Mariana era como una daga invisible clavándose en el c
Y ahora, ella era una mujer resignada, testaruda.Ciertamente se había vuelto más hermosa, pero había perdido la alegría y el buen ánimo.Todo eso era por su culpa.Él había hecho que su vida perdiera el color.Él había convertido la vida de Mariana en un caos.Pero, ¿acaso Mariana sabía que en realidad, en la época del colegio, él se había sentido atraído por ella?En la universidad, él la había amado...Por ella dejó de fumar, por ella ingresó a la universidad de medicina más cercana, por ella el primer sector al que entró Grupo Guzmán fue el de la salud...Ella siempre decía que no le importaba nada de lo bueno que hiciera por la familia Guzmán.Fue ella quien lo acosó hasta que accedió a casarse.No, eso no era cierto...Él recordaba todo lo bueno que ella había hecho por la familia Guzmán: cómo le daba masajes a su madre, cómo alegraba a su abuela, todo eso lo sabía.Al principio, él realmente iba a casarse con Mariana. Había tomado la decisión de pasar el resto de su vida con ell
En la cubierta.Jimena estaba discutiendo con una chica.La había empujado contra la baranda, desde la cual se veía el abismo del mar profundo.Jimena le sujetaba con fuerza los brazos a la chica, con terror reflejado en sus ojos.Respiraba con dificultad y jadeaba, buscando entre la multitud a la persona que necesitaba.—Walter... ¡Walter, sálvame!La chica bufó con frialdad y le apretó con fuerza el cuello a Jimena. —¡Eres la amante que se mete en la relación de otros!Se oyó un revuelo entre la gente, y alguien susurró: —El señor Guzmán ha llegado.Al escuchar esto, la chica dio un paso al frente y le espetó a Jimena: —¿Sabes quién me ha enviado? ¡Mariana!Walter se detuvo en seco.Jimena la miró incrédula. —¿Qué?La chica rechinó los dientes, furiosa: —El señor Guzmán tenía una bonita relación con Mariana, y usted se metió. ¿Acaso no debería morir?Vicente también se apresuró a llegar, y al ver a Mariana al margen, se acercó a ella.Mariana escuchaba en silencio las acusaciones, co
Si pudo mantener la calma para salvar a la persona que secuestraron, ¿cómo iba a comportarse como Jimena, llorando por un poco de dificultad?Los ojos de Walter se ensombrecieron un poco cuando dijo con suavidad.—Déjala ir, y yo me entregaré como rehén.Al escuchar eso, todos los que estaban alrededor se quedaron pasmados.—¡Vaya, el señor Guzmán quiere ser rehén! Realmente ama mucho a Jimena.—Jimena no se puede ni comparar con el señor Guzmán, ¡y aun así logró que él aceptara ser rehén por ella!Todos expresaban que este era un amor grandioso.Pero solo Walter sabía realmente qué es lo que estaba planeando.—Walter... —Jimena también se conmovió, y lo llamó con los ojos llorosos—. No lo hagas.—Si entre nosotros uno tiene que morir, prefiero que sea yo y no tú —dijo llorando.Mariana soltó una amarga risa.Vaya pareja tan romántica.Mariana se abrió paso entre la gente y se acercó.Cuando Jimena vio a Mariana llegar, en sus ojos brilló un destello de crueldad.—¿Esta es la persona q