Justo en ese momento Hernan se acerca interrumpiendo la conversacion: -debemos retornar al salón tu tío Benito esta por anunciar algo muy importante... Antonela guardo silencio, le sonrió a su hijo y le dijo: hazle caso a tu padre Andres, después continuamos la conversación... de esa manera Andres y Hernan se sumaron al grupo que estaban en el salón. -Tío Benito ¿que tienes que decirnos? siéntense, llego el momento de reunirnos con la familia Saavedra, he recibido una respuesta de ellos, ¡sera hoy mismo! en una hora estaremos en el centro de convenciones Dux, pero fue explícito en que fuera el patriarca de esta familia, desea que nos reunamos los dos solamente... -puede ser una trampa tío Benito. no creo que sea prudente que vaya usted solo. dice Hernan -soy consciente de ello, pero debo jugar este juego, igualmente no creo que sea imprudente Juan, sabiendo que un paso en falso puede traerle más problemas. responde el anciano calmando las aguas. -Señor Benito permit
¿como me explicas que un compañero y dos amigas de tu sobrino hayan estado con Isabel el día que fue secuestrada? o¿ que un excompañero de el, llamado Jonas lidere un pelotón de la organización criminal que la tiene cautiva? esas preguntas le parecieron complejas de responder al anciano Benito, a el mismo le hubiese costado entender que era un sabotaje de la misma organización, después de unos minutos en silencio el anciano dijo: -es fácil suponer lo que dices, y más difícil creer en mis palabras, pero no crees que yo tendría mejores planes para hacer algo tan aberrante, por los años que tenemos conociéndonos la familia Macias es una familia patriótica orgullosa de Butania que siempre ha contribuido a la soberanía de nuestro país... si bien tenemos intereses comerciales que nos llevan por caminos diferentes y aveces competimos por el control del mercado, eso no quiere decir que en nuestra identidad de país estemos por caminos diferentes.... estoy tendiendo mi mano, para combatir
Al llegar a la residencia Macias Benito se dirige a su cuarto estudio, destapa una botella de vino Rosmane conti... hace pasar a Wilfred y le cuenta un poco sobre la reunión con Juan Saavedra. después de un largo silencio el anciano pregunta: ¿has sabido algo de Winfrey? no, responde Wilfred. un extraño presentimiento invade el corazón de Benito, ¿debería preocuparme? le pregunta A Wilfred, este último vacila en responder... esta noche sabremos que ha pasado con el. dice Wilfred. -no podemos llamarle, recuerda lo peligrosa que es esta misión. Dice Benito. -no le llamare de la forma ordinaria que usted conoce, utilizaré una técnica prohibida por los Yuuwa que me permitirá saber donde se encuentra, incluso podremos comunicarnos sin pronunciar alguna palabra.... Benito quedo anonadado por lo que escuchaba, pensaba que ya había visto todo lo increíble sobre este mundo y que ha su edad ya eran poca las cosas que le sorprenderían, sin embargo esa tarde había sido sorprendid
Mientras Wilfred luchaba con todas sus fuerzas contra Cefiro, cada golpe resonaba en el aire, un eco de la desesperación y la determinación. Winfrey, aún aturdido por el dolor, apenas podía procesar lo que sucedía a su alrededor. Su hermano mayor se movía con una agilidad sorprendente, pero la preocupación por su seguridad lo distraía. Andrés, al llegar al campo de batalla, sintió la tensión en el aire. Era un aprendiz decidido, pero la visión de Wilfred enfrentándose a su mortal enemigo lo llenó de miedo. - "¡Wilfred!" gritó, intentando hacer que su maestro se concentrara. "¡Debes dejar que me lleve a Winfrey! No podemos perderlo ahora." Con un movimiento rápido, Andrés se arrodilló junto a Winfrey y comenzó a revisar sus heridas. "Debemos irnos," dijo con firmeza. "el maestro Wilfred puede manejar a Cefiro; confía en él." A pesar del dolor punzante que sentía, Winfrey sabía que su hermano estaba en una lucha desesperada. "¡No puedo dejarlo!" protestó Winfrey, intentan
El aire estaba cargado de tensión en el campo de batalla. Wilfred, con la espada empuñada y el corazón latiendo con fuerza, se encontró cara a cara con Cefiro. El oscuro líder del ejército del Sigilo de la Noche sonreía, una expresión que combinaba arrogancia y peligro. “¿Creías que podrías detenerme, Wilfred?” dijo Cefiro, su voz resonando como un eco ominoso. “Tus esfuerzos son inútiles. Este mundo caerá bajo mi dominio.” Wilfred sintió cómo el coraje se encendía dentro de él. “No dejaré que eso suceda. No solo lucho por mí, sino por todos los que han sufrido por tu ambición.” Cefiro alzó su mano y, con un gesto siniestro, convocó sombras densas que se arremolinaron a su alrededor, transformándose en criaturas oscuras que se lanzaron hacia Wilfred. Sin dudarlo, el joven guerrero desenvainó su espada y cortó a través de las sombras con precisión y determinación. Cada golpe resonaba como un eco de su propósito. Wilfred se movía ágilmente, esquivando ataques mientras sus pies
El sol comenzaba a ocultarse en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y púrpuras. El campo de batalla, que antes había sido un caos de gritos y acero, ahora se transformaba en un lugar de reflexión y reagrupamiento. Los guerreros aliados, tras la victoria sobre Cefiro, se reunieron para recibir las nuevas órdenes que definirían sus próximos pasos. Con un gesto firme, Wilfred tomó la delantera, mirando a sus compañeros con determinación. “Es hora de que cada grupo regrese a su hogar y se prepare para lo que viene. Debemos reunir nuestras fuerzas y compartir lo aprendido en esta batalla.” Los guerreros comenzaron a agruparse según sus respectivas familias. Winfrey, conocido no solo por su valentía sino también por su habilidad excepcional como cartógrafo, se acercó a Wilfred con un pergamino enrollado bajo el brazo. “He completado la misión,” dijo con una mezcla de orgullo y preocupación en su voz. “Logré dibujar un mapa detallado de la base del enemigo, el Sigilo de
La mansión Saavedra se alzaba majestuosa en el corazón de Porto, con sus altos muros de piedra y grandes ventanales que reflejaban la opulencia de la familia. En el interior, el ambiente era tenso; Juan Saavedra, el jefe de la familia, estaba atado a una silla en su lujosa oficina, un lugar que normalmente invitaba a la paz y la reflexión. Sin embargo, esa tarde estaba impregnada de una inquietud palpable.Enrique Mendoza, su sobrino, se había adueñado de la situación. Con una mirada oscura y decidida, había amordazado a su tío, amenazando con hacerle daño a Isabel, la hija de Juan, quien estaba cautiva del temido Sigilo de la Noche. La mansión, que solía ser un refugio seguro, ahora se convertía en una trampa mortal.“Escucha bien, tío”, susurró Enrique con voz fría y calculadora. “Si no haces lo que te digo, Isabel sufrirá las consecuencias. El Sigilo de la Noche no perdona a los traidores”.Juan luchaba contra las cuerdas que lo mantenían prisionero. Su mente corría a mil por hora;
La noche se cernía sobre la ciudad, y las sombras se alargaban mientras Cefiro atravesaba los oscuros pasillos del Sigilo de la Noche. Su corazón latía con fuerza, no solo por el esfuerzo de su viaje, sino por la ira que burbujeaba en su interior. Había fallado en su misión de eliminar a Winfrey, y esa idea lo consumía.Al llegar a la sala principal, donde los pilares de la organización lo esperaban, Cefiro sintió cómo la tensión en el aire aumentaba. Los rostros serios de sus compañeros se iluminaban con la luz tenue de las antorchas que adornaban las paredes. Ellos sabían que algo no iba bien.“Cefiro”, dijo uno de los pilares, una figura alta y enigmática envuelta en una capa oscura. “Has regresado. ¿Dónde está Winfrey?”Con un gesto brusco, Cefiro se acercó a la mesa central donde se encontraban dispuestos mapas y documentos estratégicos. “He fallado”, declaró con voz temblorosa por la rabia contenida. “Winfrey sigue vivo. No solo eso, sino que ha reforzado su seguridad. No puedo