28. NO ERES UN MAL PADRE... —¿Tú nunca tuviste patines, Marcos? —Sarah le habla en el oído al oficial, mientras hace círculos en su pecho desnudo.Simón desde que llega del colegio en esos dos últimos días, no ha dejado de hablar de los patines que quiere y su papá no le compra, así que, Sarah decide esa madrugada, intervenir un poco en el asunto.—Sí.—¿Por qué no dejas tener a Simón unos patines?—¿También te tiene cansada? Solo habla de eso.—No me tiene cansada, lo que quiero es saber tus motivos.Marcos se levanta sentándose y agarrando la mano de Sarah se la pone en la cabeza, buscando algo con los dedos.—¿Sientes está cicatriz? —Sarah asiente—. Me la hice en patines —le cuenta el hombre.—¿Y?—Hubo mucha sangre y puntadas.—¿Y? —vuelve a repetir la chica.—No quiero que le pase a él.Sarah se sienta en la cama y estira su pierna.—¿Ves esta cicatriz? —Le señala su rodilla—, y esta, y esta otra —Sarah sigue mostrandole las marcas, en uno de sus codos, su barbilla y hasta en un
29. LLAMA A ESTO COMO QUIERAS...Marcos baja a Sarah de su hombro dentro del baño y ella se mueve sensualmente quitándose la pijama y tirándosela en la cara. Él sonríe y se acerca por detrás de su chica.Sarah agarra la afeitadora y se depila las axilas, bajo la atenta mirada de Marcos que no deja de observarla, por el reflejo del espejo.—¿Quieres hacerlo tú? —le pregunta, girándose y quedando frente a él y señalándole su pubis.—Me encantaría —contesta Marcos, lamiéndose los labios.—¿Lo has hecho antes?—No, pero creo que puedo aprender.—¿Ni a Simona? —pregunta sorprendida Sarah.—No.—Qué raro —comenta ella con el ceño fruncido.—Habían cosas que a Simona le causaban vergüenza o creía que eran conductas inaceptables.—¡Oh!—Fue criada en un colegio de monjas —le recuerda Marcos.—Cierto. Entiendo.—¿Qué debo hacer?—Te indicaré cómo lo hago —Sarah le muestra cómo hacerlo y Marcos baja a la altura de la zona. Antes de empezar, le muerde la vulva y mete su lengua en la abertura.—Ma
30. AUNQUE NO DEBERÍA, TE AMO.—Lo que tú quieras, está bien —le contesta Marcos, cuando Sarah le pide la opinión de un corte de cabello estando en la peluquería.—¿Sigues enojado conmigo? —le pregunta ella, con un mohín de tristeza.—No lo estoy, ni lo he estado —le asegura él.—Entonces, ayúdame a escoger, por favor — Sarah le muestra tres cortes de cabello que le han gustado.—Amor, para mí, te ves hermosa como sea, con el que escojas seguirás viéndote perfecta.Cecilia, la peluquera que atiende a Sarah, suspira escuchándolo.—Está bien. Solo cortarme las puntas, por favor, Ceci —le pide Sarah, sonriéndole a la mujer.Simón que está en un espacio de la peluquería especial para los niños, le llega su turno.—¡Papá! —lo llama— ¡Me toca a mí!Marcos se acerca a la peluquera que atenderá a Simón, la misma que desde que llegaron, mira al oficial como si estuviera hambrienta y él fuera un filete.Sarah que la ha notado desde el principio, mira por el reflejo del espejo, cómo la peluquera
31. ES MI PAPÁ Y MI NUEVA MAMÁ.Sarah contempla a Marcos mientras duerme, con la luz de la mesa de noche, que ha quedado encendida.Así, puede apreciar con atención, los rasgos que Simón ha heredado de él. Sus pestañas largas y su bella nariz, la textura y el color de su cabello. Debajo de la barba del hombre, también se perciben los bellos hoyuelos como los que tiene Simón y que sin duda son heredados de su progenitor.El oficial, abre los ojos y sonríe encontrándose con la mirada de su bella mujer. Luego mete la nariz entre los pecho de Sarah nuevamente. Poco antes, se había quedado dormido jugando con ellos.—Eres un extraño bebé con barba —le susurra la chica, acariciándole el cabello.—¿Te incómoda?¿Piensas que esto es pervertido? —le pregunta Marcos con preocupación subiendo a mirar a Sarah a la cara.—¡No! Pienso que te ves tierno y es excitante, muy excitante —Sarah se sube arriba de él y mira la hora—. Es la 1:00 am, creo que deberíamos dormir —le dice con una risita pícara, b
32. QUIERO TODO CONTIGO.Ha pasado más de un mes del reclamo de Sarah a Lina y ella no se ha vuelto a meter con el pequeño Simón; sin embargo ordena a su hijo Leonardo, hacerle la vida difícil, cada vez que tiene oportunidad. Aunque son pocas las veces que puede fastidiarlo, no desperdicia ninguna ocasión.Leonardo, por orden de su madre; rompe los juguetes de Simón, le tira las cosas de las manos, le mete el pie cuando el pequeño va pasando para que se caiga... El niño soporta todo sin decirle a Sarah, pues no quiere que se enfrente nuevamente a Lina.Pero ese día, Leonardo se mete con lo más sagrado que el pequeño tiene, el libro que su mamá le hizo.Simón siempre lo esconde para que Lina no lo toque, como le había pedido su mamá antes de morir, pero en esta ocasión, olvidó guardarlo y lo dejó sobre su mesa de noche.Leonardo después de llegar de la escuela, junto con Simón en la ruta, aprovecha un descuido y entra al cuarto del pequeño. Halla el libro y se lo lleva a su mamá.Lina r
33. SE ESTÁN ENFRENTADO A UNA MANÍACA...—Mucho gusto, tú debes ser Sarah —la terapeuta saluda a la joven mujer, a penas ve llegar al trío que sonríe. De inmediato nota lo contento que está el niño y le es imposible no darse cuenta del cambio que tiene desde la cita anterior, donde estuvo en compañía de su madrastra.—Así es, doctora —le saluda Sarah con una sonrisa.—Adelante, pasen. ¿Cómo has estado, Simón?—Muy bien, doctora —le contesta el niño.—Eso me alegra. ¿Hoy podrías dibujar lo que te hace poner triste, por favor? —le pide la psicóloga. El niño asiente agarrando el lápiz y la hoja y enseguida se sienta a dibujar—. Sarah, supongo que sabes por qué pedí que vinieras —se dirige nuevamente a la chica.—Eh, realmente no —contesta ella, mirándo al hombre que está a su lado.—Simón ha interactuado mucho contigo y tengo interés en saber cómo se comporta, qué cosas te cuenta...—Bueno, Simón es un niño muy parlanchín. Es inteligente, obediente, atento, es un encanto —Marcos la observ
34. ¡MI PAPÁ SE VA A DIVORCIAR DE TÍ...!—¿Te vas? ¿No habías pedido el día? —le pregunta Sarah a Marcos, haciéndo un mohín de tristeza.—Sí, amor, no demoro. Tengo cita con un abogado que hará todo el proceso del divorcio.Sarah lo mira sorprendida.—¿Ah, sí?—Sí, cariño. Quiero empezar todo, lo más pronto.—¿Y ya hablaste con Lina?—No. Primero quiero hablar con el abogado y asesorarme.Simón, que está adormecido en el sofá, alcanza a escuchar la conversación y sonríe feliz.Marcos besa a Sarah antes de salir y ella se queda mirándolo alejarse. Siente una revoltura de emociones en su estómago, entre esas miedo.—"Sarah, si los comentarios de Simón son ciertos, si la mujer tiene que ver con la muerte de su mamá, se están enfrentando a una maníaca y ponerla sobre aviso sería muy peligroso." —recuerda las palabras de la psicóloga.«¿Qué pasará cuando Marcos le pida el divorcio?» se pregunta.●●●Cuando Marcos regresa, Sarah empieza a alistarse para ir a trabajar.—¿Tienes que ir? —le pr
35. ...TIENES QUE CONTARLE A TU PAPÁ...Simón está en el suelo al pie de la escalera, su brazo en una posición anormal y de su cabeza sale sangre.—¿¡Qué le hiciste, Lina!?—¡No le hice nada, se cayó de las escaleras! —exclama nerviosa la mujer.—¡No lo toques! —le grita Sarah, cuando Lina se acerca y pretende moverlo—. ¡Llama una m*****a ambulancia! ¡Ahora!Sarah se tira en el suelo, revisando los latidos y la respiración de Simón. El niño se mueve y abre sus ojos.—¿Sarah?—Mi amor, aquí estoy. Quédate quieto, por favor —le pide Sarah sollozando.La ambulancia llega unos minutos después. Inmovilizan el cuello y el brazo de Simón y lo meten dentro. Sarah se monta para ir con él.—Lina, llama a Marcos y avísale —le pide antes de irse.°°°Marcos llega al hospital donde han llevado al niño y entra como loco.—Sarah, ¿dónde está Simón? ¿Dónde está mi hijo, Sarah? —le pregunta agitado, a penas la ve.—Marcos, tranquilo. Lo están atendiendo.—Sarah, dime que mi hijo va a estar bien —los oj