cap.35

Capítulo 35

Iolanda realmente tuvo el valor de dejar a Marco solo, su silla estaba a casi dos metros de distancia.

- ¡Qué vieja más desvergonzada! - gritó mientras llamaba varias veces a la cocina, pero ella le ordenó que no respondiera a ninguna de sus llamadas.

Estuvo atrapado en la cama durante tres horas hasta que se sintió acalambrado y deseó desesperadamente ir al baño, intentó levantarse de la cama, pero las piernas no le funcionaban en absoluto.

- ¡Que venga alguien! - grita, molesto. - Entonces, ¿por qué tengo sirvientes en esta casa? ¿Adentro? - gritó inútilmente mientras se arrastraba hasta la silla, usando los brazos, pero no podía subirse a ella porque no paraba en el mismo sitio.

Pensó en llamar a Alessa, pero se dio cuenta de que no tenía su número.

Ya eran las cinco cuando llegó y subió corriendo a reunirse con su marido. Nada más entrar, lo encontró tumbado en el suelo mirando al techo.

- ¿Se encuentra bien?

- Necesito ir al baño ahora, esa vieja gruñona no ent
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