’Si no puedo recuperarla, lo dejaré ir. Si insisto en hacer eso, al final perderé a Yang Qianqian. Yo nunca haría algo así que solo me haría daño a mí mismo’.

Aunque la familia Yang había perdido su poder, no estaba tan mal. Después de todo, como dice el refrán, un camello flaco es más grande que un caballo.

Al ver que él no había sacado su celular después de mucho tiempo y sin saber lo que estaba pensando, Song Anyi lo apresuró. "Solo llámala. ¿No estás tratando de recuperarme? ¿No quieres que sea testigo de tu determinación?".

Al escuchar eso, Han Yichen la miró y dijo: "La llamaré, pero debes volver conmigo".

‘Ja, ja, ¿él está negociando una condición conmigo?’.

"¡Imposible!". Song Anyi se burló y sus ojos se volvieron más fríos. "Han Yichen, eres tú quien me está suplicando ahora. ¿Crees que estás calificado para negociar conmigo?".

Han Yichen apretó las manos y dijo: "Qianqian está embarazada".

"¿Quieres decir que el niño es más importante que yo?". Song Anyi curvó sus labi