Él se reprimió, y en voz baja, llamó insoportablemente: "Chu".

Él caminó pesadamente y establemente mientras la cargaba.

"Amo, ¿qué hacemos con él?". Preguntó un hombre vestido de negro que estaba esperando en la puerta.

Él miró a Lin Cheng, que estaba tirado en el suelo, con una mirada fría. Entrecerró los ojos ligeramente, soltando una pizca de odio.

"Destrúyelo".

...

Cuando Lu Shengyao salió del baño y regresó a donde había estado parado con su cuñada, se dio cuenta de que ella no estaba allí.

En esa fracción de segundo, él entró en pánico.

Él pensó que ella acababa de alejarse y que todavía estaba en el lugar. Sin embargo, no importaba lo mucho que buscó, no pudo encontrarla. Sus llamadas tampoco llegaban.

Cuando sintió que algo andaba terriblemente mal, rápidamente se comunicó con su hermano y le contó sobre la situación.

"Lu Shengyao, si algo le sucede a tu cuñada, será mejor que estés preparado".

La voz lúgubre de su hermano venía del otro lado de la línea.