Song Anyi blanqueó sus ojos y suspiró. "Creo que no me atreveré a comprar perfume en el futuro. ¡Nunca pensé que un perfume pudiera oler tan mal!".

Desde que Shen Mofei se convirtió en el nuevo Director Ejecutivo, el grupo de mujeres liderado por Lu Xiaolin se había vuelto loco. Todos los días, se vestían como mariposas. Al igual que las concubinas en los patios traseros de palacios antiguos, esperaban que, algún día, el nuevo Director Ejecutivo las honrara con su presencia como un emperador.

Esto hizo que otros sufrieran. Todos los días, además de tener que oler esas sofocantes fragancias, también tenían que escucharlas hablar con sus falsas voces agudas.

"Creo que pronto me volveré loca". Song Anyi se quejó y se reclinó en su escritorio. Si esto continuaba, realmente se volvería loca.

"Está bien, cálmate”. Tang Ruochu le dio unas palmaditas en la cabeza. "Cuando les entregue esta noticia, se darán por vencidas".

"¿Noticias?". Song Anyi se sentó recta de inmediato. Estiró su cuel