Punto de vista del autor…

Un suspiro de satisfacción escapó de sus labios manteniendo su mirada estoica pero tierna fijada en su rostro angelical. Sus ojos marinos estaban cerrados, privándolo del derecho de mirarlos para el contenido de su corazón. Pero la noción de su rostro fue suficiente para que él sintiera una extraña tranquilidad en su corazón.

Después de intercambiar un apetitoso beso con ella, él abrazó su diminuto cuerpo en sus fuertes brazos y dejó que ella descansara su cabeza contra su duro pecho, no tenía idea de cuándo permitió que el sueño la envolviera mientras escuchaba el rápido crecimiento de los latidos de su corazón. Nunca pensó que su cercanía lo afectaba tanto.

Si bien, por otro lado, Gabriel no permitió que sus párpados se cerraran ni siquiera pensara en dejar caer la vista ante sus ojos, había esperado demasiado para que esto sucediera, y finalmente, ella estaba aquí, en sus brazos con toda su voluntad. Levantando sus dedos largos y ásperos, barrió con recelo