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Margot corría, estaba desesperada, quería llegar a un lugar a salvo, siquiera tomar un taxi, que la llevaran a casa de Joaquín, tenìa mucho miedo.Logró tomar un taxi.—¡Por favor, lléveme a la zona azul de la ciudad!El taxista la mirò con duda.—Es muy lejos, señorita, le prometo que le pagaré.El taxista asintió y condujo.De pronto, un auto apareció detrás del taxi, Margot tuvo miedo.—¡Por favor, aceleré! Por favor, ¡No se detenga!El chofer tuvo miedo, aceleró solo porque vio ese auto muy cerda de ellos.Pero, los seguían.—Señorita, ¡¿en qué líos está metida?! Yo no quiero líos con gente mala.—Le juro que soy inocente.Un golpe en la parte trasera los asustó, pero un auto impactó a un lado, haciendo que el auto diera vueltas y finalmente se detuviera.Margot se golpeó contra un vidrio y perdió la conciencia.***Rodolfo estaba desesperado, recibió una llamada, le indicaron donde estaba alojándose Pilar Andrade, cuando supo qué lugar era, casi se quedaba sin aliento.—¡¿Qué has
Margot escuchó que cerraron la puerta, abrió los ojos con estupor para mirar ante ella a su madre.—Hijita, ¡qué rebelde eres!—¡No! ¡Vete, vete ahora mismo! Joaquín viene en camino, va a hacer que te arrepientas del daño que me hiciste.La mujer rodó los ojos, dos enfermeras entraron detrás de ella.—Háganlo.Margot las miró con miedo, intentó detenerlas, pero fue inútil, las mujeres la inyectaron, ella lloró, luchó, pero nada pudo hacer.Al cabo de unos minutos se sintió muy cansada.—¡Mi bebé! ¡Salven a mi bebé…! —suplicó, pero nada pudo hacer porque esa medicina la rindió, y se quedó dormida.***Cuando Joaquín llego al hospital, buscó a Margot.—Lo siento, señor, la paciente Margot Andrade ya fue dada de alta.—¡¿Qué?! ¿Dónde está?—Su madre Pilar Andrade vino por ella, pagó la cuenta y la llevó a casa.—¡¿Qué?! —exclamó enfurecido—. No debieron dejar que mi hermana fuera con esa mujer, ¡maldición!Joaquín estaba sorprendido, ¿Cómo su madre podía llegar tan lejos?Salió furioso, e
Dinorah se acercó al hombre, lo llevó hasta el sofá, ahí aprovechó para quitarse la blusa y el sostén, Joaquín estaba dormido, pero ella recargó su cabeza contra el sofá.Sacó su teléfono, lo puso grabándolos.Ella se puso a horcajadas sobre el hombre, comenzó a besar sus labios, mientras jadeaba.—Yo también te amo, mi amor, yo también soy tuya.La mujer detuvo el video, Joaquín estaba dormido en el sofá.Dinorah tomó el video, lo cortó de forma en que pareciera perfecto como lo quería, y luego lo envió al móvil de Joaquín.Desde ahí, Dinorah envió el video a Diana, lanzó un suspiro y una gran sonrisa cuando el video fue enviado.***Diana no podía dormir, esperaba a que Joaquín por fin llegara a casa, cuando escuchó que le enviaron un mensaje, fue a revisar de inmediato, era de Joaquín, creyó que le informaría si ya volviera, pero lo que vio a continuación la dejó perpleja.Sus ojos se abrieron enormes, se le llenaron de lágrimas, no podía creerlo.¡Era Joaquín siendo infiel con otra
—¡¿Tú?! Ronald, ¡¿Tú fuiste quien mató a mi familia?! ¡Pensé que lo hizo Joaquín, pero…! ¡Fuiste tú todo el tiempo!La mirada de Ronald brilló, esbozó una gran sonrisa.—Tu padre era un mediocre, pensé que estaba de mi lado, èl me dio el video para que yo se lo mostrara a Diana, pero ¿Qué hizo después? Tuvo una conversación a corazón abierto con Joaquín y se arrepintió, me dijo que buscaría el perdón de los Andrade por el dolor del pasado, y que mejor manera que formar una sola gran familia, entregando a su hija a otro, ¡yo no lo iba a permitir! Diana es mi amor, nunca la perderé, por eso lo hice, ¡por eso maté a tu padre y maté a todos! Pensé que Diana volvería a mí, y lo hubiera hecho, pero el maldito de Joaquín arruinó todo, no fue a prisión como pensé, y me robó a mi mujer.—¡Maldito seas! —gruñó el hombre con furia, luchaba por liberarse, pero nada podía hacer—. ¡Te mataré!Ronald rio.—¿Me matarás? Lástima que estés aquí, ¡nunca podrás salir de aquí, Rodolfo! Me encargaré de esto
Diana estaba observando a través de la ventana, su mirada estaba triste.—Mami, ¿Estás triste? —exclamó Opal al ver los ojos de su mamá.Diana acarició el rostro de su pequeña, negó.—Todo está bien, mi amor, mamá te ama, siempre lo hará.—¿Y papito también? ¿Verdad?Diana asintió.—Y papito también te ama, ¿Verdad?Diana de nuevo asintió.—¿Y mamita ama a papito?Diana no pudo responder, vio dos camionetas llegar y entrar en la mansión.—La niñera se acercò a Diana.—Cuide a mis hijos, ya sabe lo que debe hacer.Diana salió de ahí.Subió a la camioneta, los guardias la quisieron detener, pero nada pudieron hacer cuando fueron enfrentados y rebasados en número por los guardias de la propia Diana.Ella fue en un auto, lejos de ahí.***Rodolfo miró al guardia que le trajo comida.—¡Por favor, ayúdame! Siempre fuiste leal a mi padre, Ronald mató a mi padre, ¡ten piedad!El guardia le mirò con duda, pudo ver que aún le quedaba algo de lealtad, pero el hombre salió de ahí.Rodolfo estaba d
Diana miró a todos los socios reunidos en la empresa.—Ahora solo reciben órdenes del nuevo CEO.Ella salió de ahí, Ronald fue detrás de ella.—Hiciste bien, Diana, nunca te arrepientas de esto.Ella asintió.—¿Ya está listo el documento de divorcio?El hombre sonrió.—Claro.—Debo ir a la mansión por mis hijos, mañana mismo quiero tener ese documento, lo llevaré para que me lo firme.—Yo me puedo encargar, querida, no tienes que volver a ver a Joaquín Andrade, nunca más.—Quiero verlo, hay cosas que quiero decir.Ronald titubeó, tenìa miedo, claro que lo tenía, no quería que ese hombre pudiera convencer a Diana, pero, no pudo hacer nada, era mejor no levantar sospechas.—Bien, pero iré contigo.Diana asintió, y salió de ahí.Al salir subió al auto, miró por la ventana durante el trayecto a casa, no pudo evitar llorar en silencio, dolía, dolía mucho haber destruido al hombre que amaba, pero al que creía culpable de sus desgracias.Diana no imaginaba lo equivocada que estaba.***Comisa
Al día siguiente.Rodolfo abandonó el auto, y fue hasta un motel alejándose del lugar.Necesitaba escapar, no tenìa mucho dinero, sabía que pronto irían tras de él.***Ronald llegó temprano con Diana, ella ya lo esperaba.—¿Estás lista?Ella asintió, el hombre le mostró los papeles del divorcio, Diana tuvo un sentimiento extraño, uno que le gritaba en su interior que era un error.Ronald tomó su mano.—No te arrepientas de nada, pequeña, haces lo mejor por la memoria de tu padre, de tu familia, y por el cuidado de tus hijos, ¿Qué futuro tendrían si vivieran con un criminal?Diana hundió la mirada, asintió.Ronald sonrió, salieron de la mansión y fueron al auto, iban rumbo a la comisaria.***Joaquín luchaba porque le dejaran llamar a un abogado, pero no le permitían nada, le tenían aislado, había mucha crueldad en esta gente, no le sorprendía, Joaquín no era un santo, después de todo, pero jamás pensó que caería en una trampa así.«¡Tantos años de que la gente me respetara, tantos año
Joaquín estaba en esa celda, sus ojos enrojecidos, no había llorado desde que creyó que ella murió, y ahora se sentía muerto en vida.«¡Te amo tanto, Diana! Solo por ti detuve mi venganza, pensé que hacía lo correcto, que tu padre era mi peor enemigo y yo debía ser el verdugo, sé que hice mal, sé que te dañé, me disté lo mejor de ti y me amaste tanto, hasta que supiste la verdadera razón por la que me acerqué a ti.Duele, sé que duele, saber que no crees en mí, sé que piensas lo peor, pero, dime, ¿Cómo puedo dejar de sentirme tan roto y traicionado? ¡Me mataste, Diana! Me has matado en vida, mi corazón está sangrando.¡¿Qué es este infierno?! No quiero odiarte, porque sería como odiarme a mí, aún te amo, m*****a sea, ¿Cómo me arrancó este amor, Diana?»***Diana fue a casa, recogió a los niños.Pronto llegaron a otra casa, era la de Ronald.—Solo voy por mis maletas, tengo todo listo para irnos de viaje.Él le dio los pasajes para el viaje hacia Italia.Diana los tomó, ella tenía el eq